'Batman: Ciudad de Locura': la pesadilla que pide verse a lo grande

En Gotham siempre ha habido sombras, pero pocas veces han sido tan densas y viscosas como en Batman: Ciudad de Locura. Christian Ward nos invita a abrir una puerta que quizá hubiera sido mejor mantener cerrada: la que conduce a una Gotham secreta, escondida bajo la superficie, donde nada es lo que parece y el murciélago no es un héroe, sino un monstruo salido de una pesadilla lovecraftiana.

Panini lo edita en España bajo el sello DC Black Label y, con buen criterio, lo hace en gran formato. Porque este no es un cómic que se lea únicamente: se contempla, se respira y casi se teme. Cada doble página se abre como un mural de neón y tentáculos, reclamando espacio para que los horrores tengan margen de desplegarse.

La historia: Gotham debajo de Gotham

Ward imagina que bajo Gotham existe otra Gotham, una urbe “inferior” y viva, poblada por reflejos retorcidos de sus habitantes. La Corte de los Búhos guardó durante décadas la puerta entre ambas… hasta que se abre y un “Batman de Abajo” escapa para forjar su propio Robin. El verdadero Batman deberá colaborar —a regañadientes— con la Corte para contener la invasión de horrores que ascienden a la superficie. Es una propuesta de terror cósmico que dialoga con clásicos como Arkham Asylum y Batman: Gothic.

La huella de Lovecraft en Gotham

No es un “Batman contra Cthulhu”, pero la influencia lovecraftiana se palpa en cada rincón. El Batman de Abajo es una figura tentacular y monstruosa, eco de los dioses primigenios. La Gotham subterránea recuerda a ciudades prohibidas de los Mitos, vivas y corruptas. Y, sobre todo, late la idea de un horror cósmico que trasciende la razón del propio Bruce Wayne. El autor lo define como una carta de amor a Arkham Asylum y a los Mitos de Cthulhu, y esa mezcla es lo que convierte Ciudad de Locura en una experiencia perturbadora y fascinante.

Ward se encarga de guion, dibujo y color, y se nota: la narración visual manda. Sus paletas saturadas y nocturnas, las formas orgánicas que invaden la página y la manera de romper la simetría convierten Gotham en un organismo psicótico. El resultado es un cómic que funciona tanto como relato de terror como obra plástica de impacto. Y el acierto llega con la edición de Panini de gran tamaño dentro de la línea Dc Black Label que, como decimos, no es capricho, es necesidad.

Ciudad de Locura es un viaje a lo desconocido, una Gotham deformada como soñada por Goya o por Dalí que no verás en ningún otro lugar. Panini te lo pone en bandeja con una edición oversize que se convertirá en una de las piezas sagradas de tu colección cuando ya no se pueda comprar.