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'HandsoffNature'. Objetivo: defender las leyes que protegen la naturaleza

Las principales organizaciones ecologistas se unen para evitar que Europa simplifique la normativa medioambiental.

Los ecologistas se oponen a simplificar las leyes medioambientales. / anand purohit

Europa se encuentra ante una disyuntiva peligrosa: simplificar las leyes que protegen la naturaleza o reforzarlas para afrontar la mayor crisis ambiental de nuestra historia. Frente a la primera opción, un bloque de organizaciones ecologistas ha decidido plantar cara. WWF, SEO/BirdLife, Ecologistas en Acción y ClientEarth han lanzado en España la campaña HandsoffNature (Quita las manos de la naturaleza) para frenar lo que consideran un intento de "debilitamiento encubierto" de la normativa verde.

El detonante es la consulta abierta este verano por la Comisión Europea, presentada como un proceso de "participación ciudadana" bajo el nombre 'Have your Say'. Entre el 1 y el 10 de septiembre, empresas, instituciones y ciudadanos pueden enviar su opinión sobre si las leyes ambientales de la Unión deberían “simplificarse”. La palabra suena inocente, pero los ecologistas sospechan de lo que se esconde detrás. Simplificar no siempre significa mejorar.

Contra el retroceso ambiental

Para las ONG, el riesgo es claro: suavizar los requisitos ambientales que deben cumplir empresas, gobiernos y ciudadanos. "Este movimiento de debilitamiento de la normativa enmascara un intento de erosionar la protección del medio ambiente y la salud", denuncian desde WWF. Detrás de un lenguaje técnico, advierten, puede esconderse una rebaja de controles sobre la calidad del aire, el agua o los procesos industriales, con consecuencias directas para la ciudadanía.

El medio ambiente no puede ser moneda de cambio para intereses económicos, según los ecologistas

Lejos de generar confianza, el proceso europeo ha despertado recelo. Escasa información, plazos muy cortos y un marco poco claro sobre las propuestas concretas alimentan la sensación de que la consulta no persigue tanto recoger opiniones como legitimar una decisión ya tomada. Por eso, las organizaciones han decidido activar a la sociedad civil y ofrecer plataformas propias desde las que enviar mensajes directamente a Bruselas.

La campaña pone sobre la mesa un debate incómodo: ¿qué significa simplificar cuando hablamos de proteger la biodiversidad, frenar el cambio climático o defender la salud pública? Los ecologistas lo tienen claro: "El derecho a un medio ambiente sano es un derecho humano, y no puede ser moneda de cambio para intereses económicos a corto plazo".

Los intereses económicos amenazan el medio ambiente. / Tim Robberts

Más allá de la consulta, el contexto no ayuda. La UE está lejos de cumplir sus compromisos internacionales: los objetivos del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, el Acuerdo de París o la Estrategia Europea de Biodiversidad 2030 siguen en terreno resbaladizo. En un momento de retrocesos y de crisis climática, el mensaje es contundente: lo último que necesita Europa es desarmar su legislación ambiental.

La defensa de la naturaleza, recuerdan los promotores de HandsoffNature, no es solo cuestión de pájaros, bosques o mares. Es una cuestión de democracia participativa, de transparencia y de futuro común. Porque, como insisten, lo que está en juego no son solo normas técnicas: son las condiciones mínimas para garantizar que las generaciones que vienen puedan vivir en un entorno sano.