Los meteorólogos desvelan cómo será el tiempo en otoño en España

El otoño de 2025 se presenta en España con un pronóstico que rompe con la imagen tradicional de la estación. Según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), gran parte del país vivirá un trimestre más cálido y seco de lo habitual. Las temperaturas estarán por encima de la media en casi toda la Península, Baleares y Canarias, mientras que las lluvias serán escasas, especialmente en el oeste y centro peninsular. Este escenario prolonga la sensación de verano y podría agravar la situación de sequía en zonas sensibles como Andalucía, Castilla-La Mancha o Extremadura.

Las probabilidades son claras: hay entre un 60% y un 70% de que el otoño sea más cálido de lo normal en buena parte del país. En cuanto a las precipitaciones, la AEMET estima hasta un 45% de posibilidades de que el trimestre sea más seco de lo habitual, frente a apenas un 20% de que las lluvias superen la media. Esta tendencia preocupa especialmente en regiones donde el déficit hídrico ya es una realidad. Además, el archipiélago canario también se verá afectado, aunque con menor intensidad, con una probabilidad del 50% al 60% de temperaturas superiores a la media.

¿El verano se prolongará este año?

Aunque el calendario marca el fin del verano el 22 de septiembre, el otoño meteorológico ya ha comenzado con una clara prolongación del calor. Octubre y los meses siguientes se perfilan como una continuación del verano, con temperaturas que podrían mantenerse elevadas durante semanas. Este fenómeno no es casual: detrás de estas previsiones están complejos modelos matemáticos que analizan el comportamiento del sistema climático global.

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Entre los elementos que más influyen en estas previsiones destacan fenómenos climáticos a gran escala como El Niño y La Niña, que alteran los patrones de circulación atmosférica en todo el planeta. En este caso, La Niña, ligada a los vientos alisios, podría contribuir a una bajada de temperaturas a nivel global, aunque en España el efecto parece contrarrestado por otros factores como el estado del Atlántico, la evolución de la corriente en chorro y las temperaturas del mar Mediterráneo.

Estos factores, junto con la entrada de dorsales cálidas en niveles medios y altos de la atmósfera, podrían generar un ambiente prácticamente veraniego durante buena parte del otoño.

La falta de lluvias no solo afecta al confort térmico, sino que tiene implicaciones directas en el abastecimiento de agua, la agricultura y los ecosistemas. Un otoño seco podría agravar la situación de sequía en zonas ya castigadas por la escasez hídrica, dificultando la recuperación de embalses y acuíferos. Además, la prolongación del calor puede alterar los ciclos agrícolas y aumentar el riesgo de incendios forestales.

Aunque las predicciones estacionales no son infalibles, sí ofrecen una fotografía bastante fiable de las tendencias más probables. Y en este caso, todo apunta a que el otoño 2025 será más cálido y seco de lo habitual, con consecuencias que podrían sentirse en múltiples ámbitos. La ciudadanía, las administraciones y los sectores productivos deberán estar preparados para afrontar un trimestre que, lejos de traer lluvias y frescor, podría parecerse más a un verano extendido.