Muere la duquesa Catalina de Kent, figura histórica de la monarquía británica, a los 92 años
La 'royal' que desafió el protocolo y dedicó su vida a la música y la juventud
La duquesa de Kent / Colin Davey
La duquesa Catalina de Kent, esposa del duque Eduardo, ha fallecido a los 92 años en el Palacio de Kensington, según ha confirmado el Palacio de Buckingham. El comunicado, difundido este viernes 5 de septiembre, señala que la duquesa murió "pacíficamente y rodeada de su familia" la noche anterior, tras una larga enfermedad. Catalina, conocida por su carácter discreto y su pasión por la música, llevaba años retirada de la vida pública por decisión propia. El rey Carlos III, la reina Camila y el resto de la familia real han expresado su pesar y han destacado su "devoción de toda la vida a las organizaciones con las que colaboró, su empatía por los jóvenes y su amor por la música".
La duquesa, nacida Katharine Lucy Mary Worsley en Yorkshire en 1933, fue una figura singular dentro de la realeza británica. Su vida estuvo marcada por momentos de profunda humanidad, como su trabajo como profesora de música en escuelas públicas y su implicación en causas benéficas. También fue conocida por su cercanía con el público, llegando a pedir que se la llamara simplemente "Catalina" en lugar de "Su Alteza Real".
Así era la duquesa de Kent
Catalina de Kent no fue una royal convencional. Desde joven mostró una inclinación por la música, aprendiendo a tocar el piano, el órgano y el violín. Aunque no fue admitida en la Royal Academy of Music, dedicó gran parte de su vida a la enseñanza musical, incluso en escuelas públicas como Wansbeck Primary School en Hull. Su estilo cálido e informal la hizo muy querida por quienes la conocieron, y su papel como presentadora de trofeos en Wimbledon durante años fue uno de los más visibles dentro de sus funciones reales.
En 1994, su conversión al catolicismo supuso un hito en la historia de la monarquía británica. Lo hizo con el respaldo de la reina Isabel II, y desde entonces varios miembros de su familia también han seguido ese camino religioso. Esta decisión, profundamente personal, reflejaba su carácter independiente y espiritual. A lo largo de los años, Catalina también enfrentó problemas de salud, como celiaquía y depresión, especialmente tras la pérdida de dos hijos en la década de 1970. Ella misma habló públicamente sobre el impacto emocional de estas tragedias, mostrando una vulnerabilidad poco habitual en figuras reales.
Retiro voluntario y legado silencioso
En 1996, la duquesa decidió retirarse de la vida pública y en 2002 pidió expresamente que no se la llamara Su Alteza Rea”, prefiriendo ser conocida como Katharine, duquesa de Kent.
Esta renuncia al protocolo fue coherente con su estilo de vida: alejada de los focos, dedicada a la enseñanza y a causas sociales. Fundó junto a Nicholas Robinson la organización Future Talent, centrada en apoyar a jóvenes músicos con talento.
Su muerte marca el fin de una era para la familia real británica. Aunque no ocupaba un lugar central en la línea sucesoria ni en los actos oficiales, su figura representaba una forma distinta de ejercer la realeza: más humana, más cercana, más comprometida con la sociedad. El luto decretado por el Palacio de Buckingham incluye el uso de bandas negras por parte de las tropas y vestimenta de luto por los miembros de la familia real, aunque no se espera la cancelación completa de la agenda oficial.
El comunicado de la Casa Real británica
El comunicado oficial publicado por la Casa Real en redes sociales ha sido claro y emotivo: "Con profundo pesar, el Palacio de Buckingham anuncia el fallecimiento de Su Alteza Real la Duquesa de Kent. Su Alteza Real falleció pacíficamente anoche en el Palacio de Kensington, rodeada de su familia".
Catalina de Kent deja tras de sí un legado de sensibilidad, cultura y compromiso. Su vida, marcada por la música, la fe y la empatía, es recordada hoy con respeto y admiración.
Alba Benito
Periodista porque uso el teclado para algo más...Periodista porque uso el teclado para algo más que jugar a videojuegos. Un día me colé en una fiesta de Miley Cyrus y creo que por eso estoy aquí.