El calor provocado por el cambio climático causó 2.800 muertes adicionales en España este verano
Dos estudios internacionales confirman que el verano más cálido jamás registrado en España dejó miles de fallecimientos que no se habrían producido sin el calentamiento global.

El calor asociado al cambio climático cuesta vidas. / Surasak Suwanmake
El verano más caluroso en España desde que existen registros ha dejado una cifra demoledora: 2.841 muertes adicionales atribuibles directamente al cambio climático. Así lo revelan dos informes internacionales publicados este miércoles que analizan el impacto del calentamiento global en Europa y, en particular, en nuestro país.
En total, entre junio y agosto de 2025 se produjeron 3.893 fallecimientos en España vinculados al exceso de calor. De ellos, un 72 % se explican por el incremento de las temperaturas provocado por la quema de combustibles fósiles. La magnitud del problema se refleja también en el conjunto de Europa: 24.400 muertes en 850 ciudades, de las cuales 7.900 —más de dos tercios— no habrían ocurrido sin la influencia humana.
Barcelona aparece como una de las ciudades más golpeadas del continente. Allí murieron 786 personas por calor extremo, pero los científicos calculan que 630 de esas muertes no se habrían producido en un mundo sin cambio climático. La capital catalana figura empatada con Atenas y solo por detrás de Roma y Milán en el ranking europeo de urbes más afectadas.
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El calor va a más a causa del cambio climático. / chuchart duangdaw

El calor va a más a causa del cambio climático. / chuchart duangdaw
"Como ciudades, nos enfrentamos a diario a la realidad de la crisis climática. Las zonas urbanas están en primera línea y las comunidades vulnerables son las que pagan el precio más alto", advirtió Jaume Collboni, alcalde de Barcelona y vicepresidente de la red Eurocities.
Madrid también sufrió un fuerte impacto: 387 muertes adicionales atribuibles al cambio climático, frente a las 36 derivadas de calor no relacionado con el calentamiento global. La capital se convierte así en la séptima ciudad europea con más víctimas. Valencia y Zaragoza registraron 173 y 120 fallecimientos, respectivamente. En Sevilla, 70 de las 111 muertes se achacaron al cambio climático, un 63 %, y en Granada la proporción fue similar: 67 de 94.
Los más afectados, los mayores
Los autores del estudio subrayan que el 85 % de las muertes afectó a personas de más de 65 años, lo que anticipa que una Europa envejecida afrontará veranos mucho más mortales si no se actúa con rapidez. "Si bien se necesitan políticas para proteger a las personas del calor, la forma más eficaz de evitar veranos más calurosos y mortales es abandonar rápidamente los combustibles fósiles", señalan.
Friederike Otto, profesora de Ciencias del Clima en el Imperial College de Londres, lo resume así: “La cadena causal que va desde la quema de combustibles fósiles hasta el aumento del calor y la mortalidad es innegable. Hoy, con solo 1,3 ºC de calentamiento, miles de personas ya están muriendo. Pero este siglo estamos en camino de experimentar hasta 3 ºC, lo que traería un calor mucho más intenso y mortal a Europa”.
El segundo informe, elaborado por Climate Central, confirma la magnitud del problema: entre junio y agosto, 30 millones de personas en España sufrieron de media 31 días adicionales de calor extremo respecto a un mundo sin cambio climático. En esos tres meses hubo 55 jornadas sofocantes; sin calentamiento global habrían sido solo 24.
Este verano podría costarle a España más de 12.000 millones de euros
Ciudades como Valencia, Madrid y Barcelona se situaron entre las diez europeas con más jornadas adicionales de calor: 43, 37 y 33 días respectivamente. En el ranking global, España fue el undécimo país con mayor número de habitantes expuestos a más de 30 días extra de calor y el décimo con la mayor anomalía térmica, 1,8 ºC por encima de lo esperado.
El calor extremo no solo mata. También golpea la economía. Un análisis reciente calcula que este verano podría costarle a España más de 12.000 millones de euros en pérdidas económicas a corto plazo, cifra que se dispararía hasta los 34.000 millones en 2029 si no se refuerzan las políticas de adaptación y mitigación.
El contexto político añade preocupación. Justo cuando se publican estos estudios, los líderes europeos han aplazado su decisión sobre el objetivo climático para 2040. El Consejo Asesor Científico Europeo recomendó una reducción de emisiones del 90 % para esa fecha, subrayando la amenaza a la salud pública y la estabilidad económica.
Los datos de este verano parecen darles la razón: el calor provocado por el cambio climático ya no es un problema abstracto del futuro, sino una emergencia presente que está costando vidas y miles de millones de euros.












