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Muere Brad Everett Young a los 46 años, el actor de ‘Embrujadas’, ‘Sensación de vivir’ o ‘Anatomía de Grey’

También era fotógrafo de celebs y deja grandes retratos a compañeros como Gavin Casalegno o Seth Green

Brad Everett Young, en un estreno en Los Ángeles el pasado febrero 2025. / JB Lacroix

Cuando todavía estamos asimilando la muerte de Robert Redford, nos llega la noticia del fallecimiento de otro actor. El pasado domingo, el actor y fotógrafo de celebs, Brad Everett Young iba conduciendo por las afuera de Los Ángeles cuando un coche que venía de frente, en dirección contraria, chocó con su vehículo y murió en el acto.

El conductor kamikaze se encuentra hospitalizado, pero el actor no sobrevivió. Volvía a casa después de haber ido al cine a ver una película. Lo contó su publicista, Paul Christensen, que aseguró que “la pasión de Brad por las artes y las personas que la respaldaban era inigualable”.

Brad nació en Virginia en 1979. Aunque al principio se planteó una carrera muy distinta —se mudó a Los Ángeles con la idea de estudiar Medicina— sus pasos lo llevaron hacia la actuación.

Brad Everett Young: Una vida delante y detrás de los focos

Desde finales de los años 90 empezó a aparecer en espacios pequeños de la televisión: papeles episódicos, participaciones en series adolescentes, dramas y comedias.

Su rostro se hizo reconocible para el público con apariciones en series como Felicity, Popular, Sensación de Vivir, Embrujadas, Anatomía de Grey y en películas como Los ángeles de Charlie, Jurassic Park III, Austin Powers en Miembro de Oro o la oscarizada The Artist, entre otras.

Era buen amigo de Paul Walker al que recordaba con cariño en muchos de los aniversarios de su fallecimiento.

Pero Brad no se quedó solo frente a la cámara. Además de actor, Brad era un fotógrafo de celebridades valorado: captó con su lente a figuras como David Harbour, Seth Green, Sarah Michelle Gellar y muchos otros. Su trabajo apareció en publicaciones prestigiosas como Vanity Fair, Vogue, Elle, Harper’s Bazaar… nombres que reconocen su buena mirada artística.

Y él creía en el arte más allá del glamour: fundó Dream Loud Official, su proyecto con el que buscaba mantener vivos los programas de música y artes en colegios. Quería que quienes aman el arte tuvieran espacios para expresarse, aprender, crecer. Esa fue su misión más duradera.

Quienes lo conocieron lo describen como alguien de gran positividad, generoso, cercano. No era solo talento: era aquella persona que se acuerda de uno, aunque hayan pasado los años, que da consejos, que impulsa a otros sin esperar reconocimiento.

En cada set de fotos, en cada papel pequeño o grande, Brad aportaba entusiasmo. Esa energía, su compromiso con lo artístico y educativo, deja huella.

Representó: la unión del actor, del fotógrafo, del mentor, del soñador que creyó en que el arte es vital. Nos deja un espacio menos brillante, pero también un legado que inspira a quienes aman contar historias, capturar momentos y defender lo que mueve el alma.

Siempre discreto sobre su vida más personal, poco se sabía sobre sus relaciones sentimentales. Mandamos el pésame a su familia.