Muere la actriz y heredera Marissa Laimos a los 29 años: “Se fue a dormir y ya no despertó”

Hay muertes que cuesta asimilar por lo absurdas y una de ellas es la de la actriz griega Marissa Laimos que ha fallecido a los 30 años a causa de la picadura de un mosquito. Ha sido su madre la que lo ha revelado en un medio local, Parapolitika: "La picó un insecto, tenía comezón, fue al médico y tomó antibióticos".

Pero parece que su cuerpo no resistió y a los dos días, “comió algo, se fue a dormir y ya no despertó. Mi hija murió por nada". Una muerte totalmente inesperada porque la joven gozaba de una buena salud pese a que recientemente se había enfrentado a un cáncer de pecho del que se había recuperado.

Por lo visto, tras la picadura del insecto empezó a sentir fiebre alta, mareos y picazón y fue a dos hospitales y una clínica oncológica, pero en todas le dieron de alta. Finalmente, el 11 de septiembre fue encontrada sin vida en su apartamento de Londres.

Su tía Chysanthi Laimos ha asegurado que toda la familia está en shock ante una noticia tan repentina. “Era una niña muy educada, amable, modesta y sencilla. Amaba el arte y el teatro", aseguraba.

Una joven heredera

La joven provenía de una de las familias navieras más influyentes a Grecia que nació y fue criada en Londres apostando siempre por una educación cosmopolita que la llevó a cursar el bachillerato en Nueva York y estudiar Teatro Musical en Arizona. Fue en 2019 cuando regresó a Londres para entrar en la Escuela de Drama de Londres para seguir estudiando y sacando el máximo potencial a su talento.

Lejos de seguir el legado familiar de la naviera como hija mayor del matrimonio griego que tiene otros dos hijos más pequeños, ella se decantó por las artes y estaba a punto de producir una versión teatral de Romeo y Julieta en la que ella iba a ser la protagonista.

La familia ha denunciado negligencia médica: creen que los hospitales deberían haberla mantenido bajo observación en vez de dejarla irse a casa con síntomas que empeoraron rápidamente. Se está a la espera de los resultados de la autopsia para determinar exactamente la causa de su muerte.