Sabrina Carpenter se convierte por fin en Brigitte Bardot tras años de comparaciones: “Todo es aún más sexy”

En el mejor momento de su carrera, Sabrina Carpenter no solo conquista los escenarios de todo el mundo: también se ha ganado un lugar en el corazón de los y las fashionistas. Prueba de ello es la nueva portada de Vogue Italia. La artista, oriunda de Pensilvania, posa en una producción fotográfica que combina alta costura, nostalgia retro y un aire sofisticado que refleja a la perfección su personalidad.

Fotografías sofisticadas

Sabrina recibió instrucciones claras antes de la sesión: “Me dijeron que querían un look muy natural”. Pero respondió a su manera: con frescura, autenticidad y energía. “Cuando llegué al set, tenía los ojos ahumados y una melena voluminosa. Pensé: ‘¿Sabes qué? Esta es exactamente la persona que quiero ser en este momento de mi vida’”. Ese gesto define el estilo de Carpenter: hacer siempre lo que le nace. Si quiere performar, ahí estará la primera para crear un personaje o reinterpretar la feminidad bajo su propio prisma, pero sin perder nunca su esencia.

La estética de la sesión estuvo inspirada en las chicas alemanas de los 60, aportando el toque más nostálgico, mezclado con guiños a la escena de las discotecas berlinesas, para dar un aire más conceptual. “Me sentí muy feliz de poder vestirme de una manera que reflejara mi estilo personal. Me encantan los años 60 y 70, y los cortes de algunos looks me inspiran confianza”, explica la cantante. El maquillaje y peluquería estuvieron a cargo de Pat McGrath y Guido Palau, que potenciaron ese aire vintage con un acabado elegante y magnético.

Trabajar con Steven Meisel

La fotografía corrió a cargo del legendario Steven Meisel, que por su objetivo han pasado artistas y modelos como Madonna, Naomi Campbell o Bella Hadid. “Se mueve increíblemente rápido. Es como capturar un rayo. Y creo que por eso confío en él. Realmente no miro las fotos. Simplemente lo dejo disparar y luego me voy”, confesó Sabrina sobre trabajar por segunda vez con el icónico fotógrafo (la primera tuvo lugar en marzo de 2025 para Vogue Estados Unidos).

Lo más llamativo de la producción es el equilibrio entre lo clásico y lo contemporáneo. Aunque gran parte de las imágenes se presentan en blanco y negro, transmiten un glamour elegante y melancólico, con un toque Brigitte Bardot que aporta sensualidad. “Hay un glamour en blanco y negro, elegante y melancólico. Y con ese toque de Brigitte Bardot, todo es aún más sexy. Estoy encantada”, asegura.

Lo que supone la moda para Sabrina

Para Carpenter, la moda es un vehículo de expresión y de identidad, no solo un complemento. En sus estilismos se respira la elegancia de épocas pasadas, reinterpretada con un lenguaje actual que conecta con las nuevas generaciones.

La elección de prendas de líneas limpias, siluetas marcadas y texturas sofisticadas refuerza esa dualidad, perfectamente equilibrada, entre lo vintage y lo moderno. El blanco y negro, lejos de restar fuerza a la sesión, potencia los gestos, la actitud y el carisma de la cantante, que se mueve entre la vulnerabilidad y la seguridad en sí misma.

Una musa para la nueva generación

Más allá de la música, Sabrina Carpenter se ha convertido en un símbolo cultural. Su humor, su estética cuidada y su manera de vivir y narrar la feminidad la posicionan como una de las voces más influyentes de su generación.

La portada de Vogue Italia no es solo un logro más en su carrera: es la confirmación de que Sabrina ya es una artista que marca el pulso de la cultura pop actual.