Antonio Montero y María José Galera se reconcilian en televisión tras reconocer que fue él quien desveló su pasado como prostituta
Momento emotivo que llega después de mucho daño causado
María José Galera en GH / Telecinco
María José Galera será siempre recordada por ser una de las primeras concursantes de Gran Hermano. Un nuevo formato que llegaba a la televisión y provocaba una auténtica revolución social. Fue el gran fenómeno del momento y la popularidad de aquellos chavales que, por primera vez, entraban a una casa para vivir aislados y rodeados de cámaras las 24 horas del día. Ahora nos resulta familiar, pero en aquel entonces, era una novedad impactante.
Ella dio mucho juego porque se enamoró dentro de la casa de aquel compañero que hizo historia con una frase inolvidable: “¿Quién me ha puesto la pierna encima para que no levante cabeza?”. Lo de ella y Jorge Berrocal fue una telenovela que siguieron millones de personas, pero que duró poco.
Solo estuvo 11 días dentro de la casa allá por 2000, pero ha sido imposible olvidarse de ella al convertirse en la primera expulsada de la historia de este formato.
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A su salida se convirtió en un personaje público y eso propició que saliera a la luz su pasado. Un pasado que incluía un tiempo dedicada a ejercer como prostituta. Ella justificó en aquel momento que lo hizo para poder pagar los caros tratamientos de una de sus hijas que padecía parálisis cerebral y que, finalmente, acabó falleciendo.
Aquel momento en el que salió a relucir su pasado fue uno de sus momentos más duros y es el que ha rescatado este martes El precio de, el programa de Santi Acosta en Telecinco.
Antonio Montero recuerda el pasado de María José Galera
“Esta información llega a Interviú porque yo tenía entonces 20 fotógrafos y dos de ellos sevillanos. Al ver el impacto de María José en su Gran Hermano en la sociedad...", empezando relatando Antonio Montero antes de que Galera le interrumpiera para asegurar que “yo solo me presenté a un concurso, no me presenté para que me clavaran un puñal".
Montero, continuaba con su relato y contaba que "estos fotógrafos tenían la información de que en un pueblo había una casa donde ocurre. Y hablan con esa madame y les habla de ti; incluso les da más información de tu relación con otras personas de allí. Esto no es nada que me divierta a mí y no fueron 15 millones como se dice, fue bastante menos y no sabíamos realmente la importancia que pudiera tener esto".
Después de aquello, María José apareció semidesnuda en la portada de Interviú. "Fui yo quién se lo contó a Interviú y yo no te conocía, y luego has hecho con tu vida lo que has querido, te reconcilias tú misma con la revista", decía el colaborador. “Esta revista sí chantajea y me parece un trabajo muy sucio cuando una persona no quiere. Lloro porque me acuerdo de mis padres e imagínate el daño", decía entre lágrimas María José.
Momento de la reconciliación
Unas lágrimas que ablandaban a Montero que acababa disculpándose: "Yo te veo llorar y yo lo siento, y te doy mi palabra que, si yo llego a saber lo que esto provocaría luego en ti, desde luego yo lo hubiera evitado si hubiera estado en mi mano. Pero, estas personas tenían esa información y yo no soy nadie para cortar las alas a la gente que esté trabajando. A mí no me agradan este tipo de cosas, y de las malas sensaciones de mi profesión es que mi agencia o yo hayamos publicado cosas que hayan provocado este tipo de dolor en la gente; te lo prometo".
En ese momento se fundían en un abrazo y Montero le pedía que no llorara más. “Espero que no llores más porque creo que te has ganado el respeto, el cariño de la gente y que, realmente, lo volvería a hacer si fuera necesario y nadie somos nadie para juzgar”, terminaba diciendo el periodista.
Ella reconocía que le ofrecieron 20 millones por posar desnuda y que no se publicara aquella información. “Hoy en día soy una mujer orgullosa de llegar donde he llegado, estoy haciendo un trabajo espectacular”, decía ella que ahora trabaja como vigilante de seguridad. Además, sigue pasándose por algún plató de vez en cuando y le ha cedido el testigo de los realities a su hija Laura.