Google Pixel 10 Pro es el gran teléfono que esperas, pero puede que no consiga emocionarte

El Google Pixel 10 Pro es uno de esos teléfonos que transmiten sensación de familiaridad nada más sacarlos de la caja. Si has visto un Pixel 9 Pro, aquí no hay grandes sorpresas: el diseño sigue fiel al visor trasero y a las líneas limpias que ya son marca de la casa. Es un móvil elegante, muy bien construido, pero no genera el efecto wow de algo completamente nuevo. Lo que sí notas al poco de usarlo es que Google ha limado pequeños detalles: el brillo de la pantalla ahora sube con fuerza, lo suficiente para que en exteriores no haya problemas, y el peso y grosor están un poco mejor equilibrados. Es un refinamiento más que un rediseño.

Donde Google ha querido marcar diferencia es en la IA. Al probar funciones como Magic Cue, que te sugiere información contextual mientras usas otras apps, o Camera Coach, que te guía en tiempo real para sacar la mejor foto, notas que el teléfono quiere ser algo más que un dispositivo: quiere convertirse en asistente. La experiencia más llamativa está en el Pro Res Zoom: con IA generativa, puedes estirar el zoom hasta niveles casi imposibles (Google habla de 100x) y ver cómo el móvil “reconstruye” detalles. A veces el resultado sorprende de verdad, otras se perciben artefactos o ese “toque artificial” que recuerda que es IA rellenando.

En lo cotidiano, el Tensor G5 se siente más fresco y eficiente que generaciones anteriores. Las apps abren rápido, no he visto sobrecalentamientos molestos y la gestión de la batería es correcta. No obstante, cuando lo comparas con la competencia, no es el chip más potente del mercado: un Snapdragon o un iPhone siguen estando un paso por delante en potencia bruta, sobre todo si piensas en juegos. En el uso real, eso sí, la experiencia es más que suficiente.

El apartado fotográfico es quizá el más continuista. Las cámaras son prácticamente las mismas que en el Pixel 9 Pro, con lo que la mejora viene más del software y la IA que de un salto de hardware. El resultado sigue siendo excelente: colores naturales, un rango dinámico espectacular y un modo retrato de primer nivel. Pero si esperabas un nuevo sensor revolucionario, aquí no lo encontrarás.

En batería, el Pixel 10 Pro sigue cumpliendo. Ha aumentado sensiblemente el tamaño pero la sensación sigue siendo que aguanta bien la jornada completa y la carga por cable se mantiene en torno a los 30 W. La gran novedad está en la carga Qi2 con imanes, algo así como el MagSafe de Apple. Es cómodo acoplar el móvil al cargador, pero también tiene su lado negativo: Google ha eliminado la carga inversa (Battery Share) porque físicamente no era compatible con el nuevo sistema de imanes. Y aunque el Pixelsnap Stand parece atractivo sobre el papel, en la práctica se calienta y no aporta tantas ventajas frente al Pixel Stand anterior.

En cuanto a software, Google asegura 7 años de actualizaciones y añade un año de prueba de Google AI Pro, un servicio premium que extiende la experiencia de IA en el dispositivo. Es un gesto interesante que apunta hacia dónde quiere ir la compañía: el Pixel ya no es solo hardware y Android puro, es un teléfono diseñado alrededor de la inteligencia artificial.

Después de usarlo, mi impresión es clara: el Pixel 10 Pro es un gran teléfono, probablemente uno de los más equilibrados y agradables de este año, pero también es un producto continuista. Si vienes de un Pixel 9 Pro, el salto es difícil de justificar. En cambio, si llegas desde un Pixel 6, 7 o incluso 8, o desde otro Android más antiguo, es una compra redonda: tendrás lo mejor del ecosistema Google, una de las mejores cámaras del mercado y un soporte de software envidiable.

Google Pixel 10 Pro es el Pixel más maduro, más pulido y tiene la IA como protagonista, pero no es un punto de inflexión. Google parece haber apostado por afianzar lo que ya funcionaba, en lugar de arriesgar con un cambio radical. Y eso, según cómo lo mires, es tanto su mayor virtud como su mayor limitación.