La leyenda de los Chicago Bulls que ha aparecido en 'La Revuelta' para cumplir el sueño de la infancia de Grison

En el Teatro Príncipe Gran Vía de Madrid, donde cada tarde se graba La Revuelta, pocas veces se ha vivido una expectación semejante. La visita de Scottie Pippen, leyenda indiscutible de la NBA, se ha convertido en uno de esos momentos televisivos que rozan lo surrealista.

La entrada de Pippen ha sido recibida con entusiasmo, aunque el arranque del programa ya había estado cargado de energía. David Broncano, presentador del formato, advirtió que el público parecía más encendido de lo normal. Con un clima distendido, ha aparecido Pippen, sonriente y cercano. El exjugador de los Chicago Bulls, considerado entre los 50 mejores de la historia de la NBA, dejó claro que estaba encantado de estar en Madrid. A punto de cumplir 60 años, puede presumir de un palmarés envidiable: seis campeonatos junto a Michael Jordan y dos oros olímpicos con Estados Unidos. "Es un placer estar aquí", declaró nada más tomar asiento.

Las preguntas clásicas

La entrevista, conducida con la ayuda de Broncano como traductor improvisado, ha permitido recordar las jugadas más emblemáticas de la carrera del alero. Pippen se ha mostrado confiado al hablar de su legado: "No creo que nadie me llegue a superar. Quizá algún día aparezca alguien, pero aún no lo he visto. Para mis hijos, yo sigo siendo el mejor", ha confesado.

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Además de responder a las tradicionales preguntas del programa —con declaraciones tan crípticas como que posee "unos cuantos miles de dólares" o tan directas como señalar que el número de sus relaciones sexuales coincide con el dorsal que siempre lució, el 33—, el invitado quiso tener un detalle con el equipo: ha entregado a Broncano balones firmados y una camiseta relacionada con el evento que lo ha traído a la capital, el primer All Star inclusivo de baloncesto que se celebrará en el Polideportivo Antonio Magariños.

La emoción de Grison

Pero la gran anécdota de la noche la ha protagonizado Grison, colaborador del programa, quien ha intentado atrapar con la boca trozos de comida lanzados por Pippen. La escena, tan cómica como improbable, ha tenido un fuerte componente emocional para el beatboxer. "Mi carrera ha tocado techo", ha confesado, reconociendo que en su adolescencia jamás habría imaginado vivir algo así. No en vano, tenía en su cuarto un póster del exjugador al que admiraba profundamente. La velada ha dejado claro que el humor irreverente de La Revuelta puede convivir con momentos que rozan lo histórico.