No: no hay relación entre el paracetamol y el autismo, como sugiere Trump
La comunidad científica ha salido en tromba a desmentir las informaciones vertidas por el presidente de EEUU.
Donald Trump ha puesto el paracetamol en el punto de mira. / krisanapong detraphiphat
El presidente estadounidense Donald Trump volvió a generar polémica este fin de semana al insinuar que el consumo de paracetamol —conocido allí como Tylenol— durante el embarazo estaría vinculado con un mayor riesgo de autismo en los hijos. La afirmación, presentada casi como un descubrimiento revolucionario, se acompañó de la promesa de aprobar el uso de leucovorin, un medicamento empleado contra el cáncer y la anemia, como potencial tratamiento del autismo. El anuncio ha causado sorpresa entre la comunidad médica, que lo considera precipitado y falto de fundamento.
El paracetamol, en las dosis recomendadas, sigue siendo el analgésico más seguro para las embarazadas
En realidad, la evidencia científica disponible va en la dirección contraria: no existen pruebas que vinculen de manera causal al paracetamol con el autismo. Numerosos estudios que incluyen datos de millones de embarazos en distintos países han descartado esa relación, subrayando que factores como la genética o ciertas complicaciones del embarazo tienen un papel mucho más determinante. Expertos en farmacología y medicina materno-fetal coinciden en que el paracetamol, en las dosis recomendadas, sigue siendo el analgésico más seguro para las mujeres embarazadas.
Lo que dice la ciencia
Algunas investigaciones previas detectaron ligeras asociaciones entre el uso de este medicamento y el desarrollo de trastornos del neurodesarrollo, pero se trataba de estudios observacionales, sujetos a múltiples sesgos. Investigaciones más robustas, como un trabajo sueco que comparaba hermanos dentro de la misma familia, no encontraron diferencias significativas de riesgo, lo que sugiere que aquellas correlaciones no tenían fundamento alguno. Además, se sabe que las mujeres que toman paracetamol durante la gestación lo hacen con frecuencia por fiebre o infecciones, condiciones que por sí mismas podrían influir en el neurodesarrollo del bebé.
La evidencia del leucovorin es limitada y requeriría estudios más amplios
El consenso de organismos internacionales es claro: el paracetamol puede utilizarse durante el embarazo cuando sea necesario y siguiendo las dosis recomendadas. La Agencia Europea del Medicamento reiteró recientemente que no hay nuevos datos que obliguen a cambiar sus pautas de uso. Farmacólogos y médicos de prestigio en Reino Unido, España y Estados Unidos han recordado estos días que generar miedo injustificado en torno a este fármaco puede provocar que mujeres gestantes renuncien a un tratamiento seguro y eficaz, con el consiguiente impacto negativo en su salud y la del feto.
El presidente de EE.UU. Donald Trump / Christopher Furlong
De manera paralela, la Casa Blanca ha anunciado su interés en el leucovorin como tratamiento frente al autismo. Este compuesto ha mostrado cierta utilidad en pequeños ensayos clínicos con niños ya diagnosticados, sobre todo en casos con dificultades de lenguaje, pero los especialistas recuerdan que no se trata de una cura ni de una medida preventiva. La evidencia aún es limitada y requeriría estudios más amplios antes de cualquier recomendación generalizada.
Por otra parte, el aumento en el número de diagnósticos de autismo registrado en Estados Unidos no responde a una "epidemia" súbita, como deja entrever Trump. La mayor parte de los investigadores coinciden en que ese crecimiento se explica por un mejor acceso a la detección, un cambio en los criterios clínicos y una mayor concienciación social.