Macaco reflexiona sobre el contexto político y social: "Parece que la ultraderecha sea el nuevo pan y eso es muy peligroso"
Charlamos con el artista sobre su faceta como activista y el poder concienciador de su plataforma

Imagenes promocionales del disco Futuro Ancestral de Macaco cortesía de Forward Comunicación / Forward Comunicación
En algo más de un mes, Macaco lanzará Futuro Ancestral, un disco que sigue la estela de sus trabajos anteriores, en tanto en cuanto sirven para concienciar y como plataforma en favor del activismo social y medioambiental.
Esta vez, canciones como Sube el nivel del mal expone la realidad de las élites y gobernantes desde perspectiva satírica, tirando de humor e ironía, parodiando a los políticos a través de un personaje ficticio: Jordi Moncuc.
En LOS40, hemos podido hablar con el artista —aprovechando el lanzamiento de Pasaste tú como nuevo single— sobre la situación político-social, ya no solo a nivel nacional, también a nivel internacional, donde vemos cada día titulares en torno al genocidio en Palestina, Donald Trump y otros discursos negacionistas del cambio climático.
LOS40
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Imagenes promocionales del disco Futuro Ancestral de Macaco cortesía de Forward Comunicación / Forward Comunicación

Imagenes promocionales del disco Futuro Ancestral de Macaco cortesía de Forward Comunicación / Forward Comunicación
Describes el álbum Futuro Ancestral como una conversación entre el pasado y el mañana, un viaje hacia el interior y hacia el exterior. En esta conversación de ida y vuelta que has hecho, ¿qué conclusiones en claro has sacado tú?
Macaco: Uf... Pues la primera, y creo que es muy obvia, es que estamos avanzando mucho en lo tecnológico. Nos creemos todos muy modernos y tal, pero es evidente que vamos para atrás. Vamos para atrás en el mal sentido de la palabra, porque que haya guerras me parece lo más surrealista del mundo. Que realmente nos estemos matando, que no seamos capaces de ponernos de acuerdo hablando, creando puentes de palabras —como decía Benedetti—, es que no lo entiendo. Parece la época medieval.
También siento que no hay un proceso de autorreflexión en la humanidad. Estamos en un momento con un ego desbordado, donde lo único que queremos es devorar el hoy, sin pensar en el colectivo. Y al final estamos todos conectados, para lo bueno y para lo malo. Y se vive mucho mejor cuando estamos conectados. Eso es lo más doloroso de todo.
Por otro lado, se está bipolarizando —ya no diría polarizando— mucho la sociedad: 'estás conmigo o estás contra mí'. Y eso también es muy doloroso. Como decía [Bob] Dylan: 'nadie puede tener la razón todo el rato'. No existen las verdades absolutas, existen realidades. Cada perspectiva te da una visión diferente sobre esa presunta realidad.
Nos creemos muy modernos, pero vamos para atrás. Que haya guerras me parece surrealista. Parece la época medieval
— Macaco
Y luego, cuando hay datos que realmente avalan una situación, si tienes capacidad de adaptación y eres más permeable, no pasa nada por cambiar de opinión. Pero siento que una gran parte de la humanidad está en un momento muy hermético, de “yo soy así, punto”. Yo prefiero: 'yo soy así, punto suspensivos'; quiero ser permeable.
Pero, repito, ante toda esa oscuridad, también está apareciendo mucha luz. La gente está muy harta de todos esos principios que se están imponiendo. Una gran parte sigue casándose con eso del “más es más”, como en la música urbana: "Cómprate Gucci, putxi, ponte las uñas largas, ten un descapotable..."Ese “más es más”.
Hay también mucha gente joven —y de otras edades— que está empezando a decir: 'Uff, no me creo nada, paso de todas estas marquitas, de todo este discurso, qué estrés, me tengo que hipotecar la vida por ese consumismo extremo, ¿no?'
Los que queremos intentar reconocernos a nosotros mismos, mirarnos en nuestro espejo interior, un buen ejercicio es mirar para atrás para mirar para adelante, para ver qué cosas nos estamos perdiendo, ¿no? Por eso hay tanta gente dejando las redes sociales, tanta gente joven que dice: “Ya no me creo nada”. Entre la IA, las noticias, todo parece manipulado, no puedes contrastar nada, tienes que tener una opinión inmediata sobre todo... Mucha gente está diciendo: “Hostia, prefiero leer un libro, coger una guitarra y tocar un poco”.
También quiero hablar de tu faceta como artivista, como tú la llamas. A finales de agosto estuviste cantando en Barcelona contra el genocidio en Gaza. ¿Cómo fue aquello? ¿Sientes que la gente está cada vez más concienciada y se posiciona más contra este horror?
Macaco: Sí, aunque siento que es muy tarde. Súper, súper tarde. Aquí hay un tema de testosterona del poder máximo, de los que están arriba del todo, que no podemos ver. Es el poder económico, que está claro que lo domina Israel. Y hay una limpieza étnica. Yo intento ser positivo, pero también soy realista: ya hemos perdido. Ya hemos perdido como humanidad. Esto solo es comparable con la Alemania nazi. Es un disparate tan bestia, tanto dolor...
Tengo amigos israelíes también, porque hay muchísima gente israelí que está en contra, que está horrorizada. El pueblo palestino está totalmente traumatizado. Es que prácticamente ya no existe. La lentitud y la manipulación de Israel frente a todos los gobiernos está siendo devastadora. Es un despropósito total, no hay por dónde cogerlo.
Ya no se puede pasar de puntilla ni disimular. Todos tenemos que tomar una posición político-social sobre lo que está pasando
— Macaco
Por supuesto, estoy a favor de la flotilla, me habían invitado para estar ahí, pero no pude ir. Apoyo todos los movimientos sociales. Y creo que ya no se puede pasar de puntillas, ya no se puede disimular. Todos tenemos que tomar una posición político-social sobre esto. Porque nos viene de cara a todos. No solo lo de Palestina, sino todo lo que viene detrás: ese ego devorador, los Trumps y todos los que están por encima de él. Solo piensan en el 'más es más'. Van a saco. Se han desenmascarado. Mira a los chavales, parece que la ultraderecha sea el nuevo pan. Pueden decir lo que quieran, cuando quieran, y nadie les dice nada: pueden insultar, ser machistas, homófobos... Eso es tan peligroso y está aquí, y está en un nivel tan fuerte que hay que posicionarse de verdad. No podemos, desde nuestra salita de confort y nuestra posición de privilegio, ser simplemente observadores.
¿Y cómo se puede arrojar un poco de luz, de esperanza ante todo esto que estamos viviendo? ¿Cómo se mira el futuro con esperanza?
Macaco: Con acciones. Estos días pienso mucho en eso. Sobre todo con los tuyos, con tus amigos, con tu gente. Intentar ayudarnos, hablar más. Porque muchas veces no sé cómo vamos a solucionar el mundo si tenemos peleas en nuestra familia, en nuestros pequeños colectivos. Eso para empezar. Hacer ese ejercicio continuamente, que nos cuesta un montón. Todos tenemos ese ego ahí: quiero tener la razón, quiero imponer mi punto de vista... Y eso es lo que siento.
Hay que juntarse, alzar la voz, ser más proactivos. Siento que en cualquier momento nuestro lugar de privilegio se puede caer
— Macaco
hay que juntarse, alzar la voz, ser más proactivos. Siento que en cualquier momento nuestro lugar de privilegio se puede caer.
Después, también dar consejos. Como dice Derek Zer: 'Todos vamos a aprender de viejos'. Pero siento que hay que juntarse, alzar la voz, ser más proactivos. Siento que en cualquier momento nuestro lugar de privilegio se puede caer. Hay mucha gente que habla de una tercera guerra mundial desde hace tiempo. Y repito: soy positivo y quiero soltar luz, pero también quiero ser realista.
Por ejemplo, cuando la gente se cabrea con los inmigrantes, yo siempre digo: 'Pero si todos hemos sido inmigrantes'. Nuestros abuelos se tuvieron que ir en la época de la dictadura. Ahora [hipotéticamente] se lía una aquí en Europa —puede pasar en cualquier momento—, y nos tendremos que ir todos, o los que podamos. Entonces querrás que te reciban con un abrazo en Argentina, ¿no? Creo que hay que ponerse más que nunca en la piel del que tienes enfrente.
A un nivel más artístico, ¿cómo creas tus canciones de crítica social y concienciación sin caer en el pesimismo absoluto? ¿Cómo le das la vuelta a todo esto?
Macaco: Pues mira, en este disco he querido jugar con la ironía. Tú sabes que en Macaco hay muchas canciones con mensaje medioambiental. Tengo canciones que se han convertido en hits mundiales y nadie daba un duro por ellas. Desde Moving hasta La mano levantada. Luego con Drexler hice Blue (Diminuto Planeta Azul), que es mucho más poética, más sutil.
Y ahora, por ejemplo, Sube el nivel del mal es totalmente irónica. Empieza con: “No existe el cambio climático mientras tenga vistas desde mi ático”. Y jugué a hacer el idiota con todo eso. Esa ha sido otra manera de decir lo mismo, pero desde otro lugar. Creo que el humor y la comedia son muy poderosos.

Por último, tu plataforma tiene un fuerte componente de concienciación. ¿No te resulta a veces extenuante tener que hacer activismo y pedagogía todo el rato?Sobre todo en un momento en el que es muy necesario hacerlo, ¿no te drena mentalmente?
Macaco: Sí... A mí me sale natural, no sé si viene de mi abuelo o de dónde viene, pero me gusta. Lo siento así, y no es la posición más cómoda ni más comercial. Como decía una vez Javier Bardem: “Estoy más orgulloso de mis ‘no’ que de mis ‘sí’”. No siempre se puede. Vivimos los humanos muchas veces en contradicción, porque nadie es totalmente perfecto, ¿sabes? Vivimos en la sociedad que vivimos, pero dentro de eso hay muchísimos niveles.
Yo en mi día a día, dentro de que soy aprendiz de vida —no soy maestro de nada, todos somos espejo de todos— intento ver cuál es mi movilidad, cómo me puedo comunicar mejor con los míos, cómo puedo ser más consciente de ciertas cosas. Y eso reflejarlo en las canciones, lleguen a donde lleguen.
He dicho que no a muchísimas cosas con las que hubiera ganado muchísimo más dinero. Soy muy trabajador y me gusta el arte por encima de todo. Pero también, pudiendo hacer una canción de amor y hablar sobre naturaleza, no me quiero quedar con un solo color ni me voy a quedar.












