1.300 euros por la cabeza de un lobo: está ocurriendo en La Rioja
La comunidad riojana autoriza la caza deportiva del lobo. Ecologistas y expertos alertan de las graves consecuencias para la especie.

El lobo ibérico está en el punto de mira de los cazadores. / RamonCarretero
Un cazador en La Rioja puede pagar 1.298 euros y llevarse la cabeza de un lobo a casa. Desde este 1 de octubre, la comunidad ha abierto la puerta a que el lobo ibérico vuelva a convertirse en un trofeo de caza, algo que no ocurría en España desde hace años. Así lo denuncia la organización ecologista WWF, que advierte de que se trata de una medida "sin base científica" y con un enorme impacto en una especie que apenas empieza a asentarse en esta región. Se da la circunstancia de que la misma organización puso en marcha hace poco la campaña Aúlla X el lobo, de la que ya hablamos en El Eco de LOS40.
Según WWF, no existen estudios que avalen la medida
El Gobierno riojano ha regulado esta posibilidad a través de la nueva orden de caza. El texto establece que, con autorización previa, se podrá abatir a ejemplares de lobo, dependiendo de los planes de cada coto o de los daños que los ganaderos declaren en su ganado. Para WWF, esto significa poner en riesgo la recuperación de la especie en la zona, ya que no existe un número máximo de capturas claramente definido ni estudios recientes que avalen la medida.
Sin límites
En otras comunidades donde vive el lobo, como Asturias o Cantabria, se permite su captura como parte de planes de control de daños, realizados por personal de la administración. Pero La Rioja es la primera en volver a ofrecer su caza como actividad deportiva. Según WWF, esta decisión "abre la puerta a una caza sin límites, con el único objetivo de complacer intereses políticos y de un sector de cazadores".
LOS40
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En La Rioja apenas hay una manada exclusiva y cuatro que comparten territorio con Castilla y León
El coordinador de conservación de WWF España, Luis Suárez, asegura que "no hay justificación científica para matar a los pocos lobos que habitan en La Rioja". Se trata de una población muy reducida y en un punto estratégico: conecta con los ejemplares que llegan desde Aragón y Cataluña, lo que favorece la variabilidad genética de toda la especie. “Estamos ante una medida política e incomprensible”, concluye.
Los datos lo confirman: en La Rioja apenas hay una manada exclusiva y cuatro que comparten territorio con Castilla y León. En esta última región, que cuenta con más de 190 manadas, no se ha dictado ninguna orden de caza desde que el lobo salió de la lista de especies protegidas el pasado marzo. Esa protección, aprobada en 2021, solo duró tres años.
WWF pide un diálogo entre ganaderos, ecologistas y administración
La reacción no se ha hecho esperar. WWF ha presentado un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja, solicitando que se suspenda la orden por el "impacto irreparable" que puede tener en la conservación de la especie. También pide al Gobierno riojano que devuelva al lobo la protección autonómica de la que gozaba y que convoque de nuevo la llamada Mesa del Lobo, un espacio de diálogo entre ganaderos, ecologistas y administración. Otras organizaciones, como Ascel, también han pedido medidas cautelares y están a la espera de que los jueces decidan.

El lobo es un trofeo cotizado por los cazadores. / RamonCarretero

El lobo es un trofeo cotizado por los cazadores. / RamonCarretero
Mientras tanto, otras comunidades han tomado caminos parecidos. Asturias ha autorizado la muerte de hasta 53 lobos (lo que representa el 15% de su población) y Cantabria ha fijado en 41 el número de ejemplares a eliminar, de los cuales ya se han abatido más de la mitad. Galicia, por su parte, incluyó al lobo en su orden de veda, aunque los tribunales han paralizado de momento su aplicación.
La polémica está servida. Lo que para algunos es un recurso turístico y cinegético, para otros es un paso atrás en la convivencia entre ganadería extensiva y vida silvestre. Y lo cierto es que, a día de hoy, en La Rioja basta con un permiso y 1.300 euros para ponerle precio a la cabeza de un lobo.












