Antonio Orozco se vuelve a desnudar en ‘Inevitablemente yo’: “Vas ganando popularidad y te vas volviendo más inútil”
Hablamos con él de su transformación, su familia, sus inicios en pleno boom 'OT' o su época en un grupo
Antonio Orozco lanza su primer libro, 'Inevitablemente yo'. / Foto de Javier Ocaña cedida por Editorial Planeta
Antonio Orozco es un hombre inquieto y feliz. Por lo menos en esta etapa en la que, tras seguir el método que le ha cambiado la vida, está disfrutando de una seguridad y un bienestar que en otros momentos no han estado tan presentes. Y eso se transmite y se contagia. Lo hemos podido comprobar con su disco El tiempo no es oro y el documental que lo acompañaba en el que nos muestra que se puede tocar fondo y remontar.
Él lo ha hecho con ayuda de los que saben y ha querido compartir su experiencia que, tal vez, pueda ayudar a otros. Y en ese camino ha probado cosas nuevas como escribir un libro. Inevitablemente yo sigue la estela del mood que arrastra en los últimos tiempos. Nos cuenta la misma historia, pero con la amplitud y libertad que da la escritura, ahondando en algunos temas personales y familiares que hasta ahora solo había apuntado o que, incluso, había pasado por alto.
Y la acogida no podía ser mejor y es que cuando emanas energía positiva, solo puedes recibir energía positiva y él está en uno de sus mejores momentos y lo está disfrutando. Y lo mejor de todo, está siendo generoso, y lo está compartiendo.
Te recomendamos
Pregunta: Primera edición del libro agotada incluso antes de salir a la venta, ¿qué?
Respuesta: Me dieron la noticia ayer por la mañana y no entendía muy bien lo de agotada la primera edición. Ese concepto en mi mundo no existe y luego me di cuenta de que realmente era algo importante, sobre todo, por la cantidad de libros que habían salido de la primera edición. Se podría decir, en este momento, que soy libro de platino.
P: A ver si vas a tener que cambiar de profesión.
R: Tengo que decir que yo escribo desde que era un niño, pero es verdad que nunca había escrito sobre mi vida todo aquello que no fuese en canciones. Había escrito ficción, cuentos para niños, tengo alguna novela que otra. Cosas divertidas que, en algún momento, sirvieron para crear y compartir cosas con mis hijos y luego se convirtieron en novelas preciosas. Y algunos cuentos.
P: Y, ¿por qué te los guardas?
R: De todo corazón, nunca imaginé que lo que yo pudiera escribir a ese nivel le pudiera interesar a alguien. Ha sido una propuesta de Planeta que no ha sido en dos días, ha sido un largo proceso. Hemos hablado durante mucho tiempo hasta que tomé la decisión de hacerlo. Es muy difícil salir de las zonas de confort y esto es un salto al vacío. Lo único que espero de la experiencia es que sea agradable. Pero lo más importante es que la gente disfrute y sean capaces de ver otra parte de alguien que escuchan o siguen desde hace 25 años.
P: Ya había visto el documental, había escuchado el disco, había hablado contigo y pensaba, ¿queda algo por contar? Pero al final es como las películas, que el libro, siempre, es más.
R: Al final, cuando tú escribes, el límite lo pones tú. No hay ningún límite porque el papel lo aguanta todo. Las historias que se cuentan en el documental o en las canciones tienen un límite porque el sistema así lo requiere. Una canción tiene que estar entre los tres minutos y medio o los cuatro –últimamente más cortos- y muchas cosas quedan fuera. Sin embargo, un libro es como una ida de conciencia. Suena a disculpa, pero realmente es un libro, aunque podía ser perfectamente una disculpa. Este último tiempo que he estado tan desconectado pienso qué habrá pensado mi hijo, que he estado tanto fuera escribiendo o trabajando. Es muy bonito que lo haya leído.
P: Ya lo ha leído, entonces.
R: Lo ha leído. Lo más bonito de todo ha sido la emoción con la que lo recibe porque descubre que hay tantas cosas que no sabe. ¿Has visto La vida es bella? No quiero comparar, pero todos los padres hacemos que la vida parezca otra cosa que no tiene que ver con lo que realmente es, pero que a la vista de tus hijos debería ser. Ha sido una pasada, de uso terapéutico absoluto, en todos los aspectos. Pero, sobre todo, una disculpa, no sé si para conmigo también.
P: ¿Te has sentado a releerlo una vez acabado?
R: Me lo leí ayer entero y me siento plenamente orgulloso. Creo que, entre muchas otras cosas, para poder contar según qué tipo de cosas uno tiene que tener la conciencia tranquila y sentirse libre.
P: A uno le dan ganas de ir a Puigcerdá leyendo el libro, tu lugar de retiro.
R: Tengo una idea, igual no es verdad y algún científico lo puede rebatir, pero creo que Puigcerdá es un sitio tan mágico para mí porque, primero porque está mi casa, pero por otro lado porque allí siento una calma que es como estar fuera de lo normal. Como está tan alto, todo va más lento y allí es como regustoso pasar por la vida. Hay tiempo para pensar, para hablar, para escribir y creo que el tiempo no es oro y después de lo que está pasando en mi vida y en mi carrera, El tiempo no es oro, es, sin duda, el disco más importante de mi vida, te lo juro. Estoy en un momento que no me puedo creer y creo que tiene que ver mucho con el estadio en el que yo estaba cuando todo eso se escribió. Fue un acierto ir ahí.
El caso es que vas ganando en popularidad y según vas creciendo en popularidad te vas volviendo gilip*llas. No sé si es un término que se deba utilizar o no. Vas ganando popularidad y te vas volviendo más inútil.
P: No sé si será generalizado o tu caso particular, pero leyendo el libro paraba en ese punto en el que hablas de que los artistas, o tú, te vuelves inútil para lo cotidiano por el hecho de tener asistente que lo hace todo por ti. De ahí que cuando Sam te dijo que se iba en 2023, lo pasaras tan mal.
R: Hoy mismo vamos a hacer 16 entrevistas, estaré en el Wizink Center cantando en el concierto de Cris contra el cáncer con Hombres G y, entre medio, estaré en La Revuelta con Broncano. No todos los días son iguales, pero la mayoría tienen esta intensidad. El caso es que vas ganando en popularidad y según vas creciendo en popularidad te vas volviendo gilip*llas. No sé si es un término que se deba utilizar o no. Vas ganando popularidad y te vas volviendo más inútil. El otro día en una conversación con mi hijo, que estábamos en Londres, me dice, ‘es curioso lo tuyo que te has pasado la mitad de la vida intentando que te conozca la gente y la otra mitad llevas intentando que no te conozcan’. Es muy curioso. Creo que hay un antes y un después en la vida cuando aparecen los móviles en las cámaras. Ahí la libertad de muchas personas se ha visto totalmente coartada. Si te rodeas de gente que te ayuda o te asiste en todo, al final, no sabes cómo se hacen las cosas. En este libro se cuenta cómo una persona que trabaja conmigo durante 20 años desaparece porque tiene que volver a su mundo, su vida y su familia, que es lo normal. Pero cuando se va, abandona un lugar en el que me quedo como un pollito sin gallina. Esto es un caos porque es como un divorcio. Ese ha sido uno de los peores momentos de mi vida. Si yo ya no estaba bien, como se pudo ver, estar a ese nivel y solo, es una tragedia porque no sabes cómo cogerlo.
P: En el libro avanzas un posible reencuentro con Sam, ¿se ha producido?
R: El tiempo pone todo en su sitio y el que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen, y aquí a mi lado está Sam… jajajaja… está trabajando con nosotros. Está trabajando con nosotros en todo el proceso de IA, de redes sociales. Intento que aquello que aprendí, la autosuficiencia, se mantenga porque es importante. Lo de la burbuja no es una forma de hablar. Nadie va a venir aquí a decírtelo, pero te garantizo que hay un día en el que tú estás rodeado de gente y tú no sabes hacer la O con un canuto. He aprendido tantas cosas en este tiempo que he decidido cambiarlo todo, por eso he escrito este libro.
P: Entre las curiosidades que he descubierto leyendo Inevitablemente yo es que ibas para futbolista y jugaste en el Barça y un equipo de Francia, ¿sigues jugando?
R: No, no, nada. Hago boxeo de vez en cuando. Yo empecé hace muchos años, pero es verdad que se es un deporte como que se ha puesto de moda. Realmente es divertido, mientras no te peguen, todo bien.
Cuando vas a comprar tres veces ropa y no encuentras nada para ti es bastante probable que termines en el psicólogo.
P: Hay afirmaciones que casi son sentencias: “O vas a la moda o vas al psicólogo”. ¿Las dos son incompatibles?
R: Es incompatible. Hay un estereotipo. La gente que va a comprarse ropa a una tienda tiene que estar dentro de unos parámetros. Si estás fuera, normalmente en las tiendas, no hay nada para ti. Cuando te pasa eso tres veces, cuando abres el armario tres veces y no te va la ropa. Cuando vas a comprar tres veces ropa y no encuentras nada para ti es bastante probable que termines en el psicólogo.
P: Estas cosas han generado una desconfianza ante lo que puedan grabar de ti que ha modificado tus hábitos, has vuelto más hermético su grupo social y haces menos locuras, pero, ¿no crees que tendemos a eso en general cuando vamos cumpliendo años?
R: Es evidente que el móvil nos ha acercado a todos de alguna forma. Hoy sabemos más cosas de nuestros cuñados, nuestros suegros, de nuestros tíos que no sabíamos antes porque estás en un grupo donde se cuentan las cosas. Eso lo ha movido casi todo, incluso, la cena de Navidad. Ya no se sabe de qué hablar porque se ha hablado de todo por el grupo. Reúne a la gente, pero te hace más aséptico. No te relaciones personalmente con casi nadie porque para qué, si ya te lo han contado todo. Las relaciones personales se están llevando a un lugar donde todo es mucho más complejo. Luego hay un mundo que yo conozco porque tengo la suerte de ir como transeúnte por la vida y estar en un puerto y en otro, donde la tecnología forma parte de la vida, pero no del instante, gente que vive la vida de otra manera y es totalmente distinto. La forma de mirar, de compartir, de ayudar, es distinto a la gente que se relaciona a través de la pantalla, es distinto. He intentado salir de WhatsApp, lo he intentado, pero no lo he conseguido. Hubo un momento en el que no me enteraba de nada. Tengo colegas… Dani Martín no usa WhatsApp y no pasa nada, todo el mundo está firme con él. A lo mejor cuando nos volvamos a ver ya no tengo móvil, ¿te imaginas?
Hoy por hoy he empezado a cantar arias de lírica, de ópera con mi profe. ¿Te puedes creer que a los 50 años estoy aprendiendo a cantar?
P: Por cierto, que lo de los años es una ilusión y nunca es tarde para nada. Tú reconoces que con 50 has aprendido a cantar con José Sepúlveda, profe de La Voz. Muchos dirán que estás exagerando.
R: No sabes lo bien que canto. Dice mi profe de canto que cuando estás cantando y decides dar una nota son miles de mecanismos los que se activan a la vez que tienen que ver con tu caja de resonancia, tu cerebro, tu laringe, tus pulmones, tu diafragma, es como un milagro. Cantar es una de las cosas más difíciles que yo he aprendido en mi vida y mira que he estudiado Telecomunicaciones. Cantar es un milagro, pasan tantas cosas a la vez, que si todo está en armonía tú lo sientes. Sientes que está pasando algo increíblemente perfecto e increíble dentro de ti. Llevo dando clases desde que me operaron, hace tres años y pico. Hoy por hoy he empezado a cantar arias de lírica, de ópera con mi profe. ¿Te puedes creer que a los 50 años estoy aprendiendo a cantar?
P: Y todo eso, ¿lo estás notando en la gira?
R: Ya no sufro cuando salgo al escenario. No hay notas altas, no hay desgarros, ni sobreesfuerzos. Era solamente conocimiento. Me gustaría decirles a todos los chicos que están empezando a cantar o que ya tienen éxito, que tienen una luz prodigiosa en su garganta. El que estudió, olé, y el que no, que se ponga manos a la obra porque todo tu potencial se multiplica a lo bestia. Es algo que realmente te cambia la vida si eres cantante. Bueno, si no lo eres también porque el que canta, su mal espanta, tal cual. Raramente vas a ver una persona que cante, que esté triste. Los que suelen cantar cada día, suelen estar contentos.
P: ¿Tú eres de los que canta habitualmente fuera de los escenarios, es decir, cuando estás en la ducha o cocinando?
R: Todos los días hago una clase de canto, o a las 9.15 de la mañana o a las 8.15 de la tarde, todos los días. Soy cantarín. No suele cantar en una fiesta donde se espera que cantes, eso no, pero en mi casa sí canto. Estoy más contento que unas pascuas, ¿no lo notas?
P: La verdad es que sí. Llevamos 26 años coincidiendo y te he visto arriba y abajo y, desde que sacaste el disco, se te ve de otra manera.
R: Ha habido muchos momentos muy duros y tristes también. Te pierdes fácil, es bastante fácil no pisar firme. Pero lo que se cuenta en este libro es transparente y fácil. Si tú sientes que algo no va bien, trata de buscar la solución, pero hazlo con aquellos que sepan de lo que hablan. Es una propuesta, una especie de método que, aplicado, funciona.
Siempre he pensado que el proyecto más bonito y más grande y ambicioso de mi vida es mi hermano Marcos.
P: Hablas de tus hermanos. El pequeño, Marcos, toca la batería y es profe en una de tus escuelas de música, ¿nunca te lo has llevado de gira?
R: Sí, estuvo de gira conmigo mucho tiempo. Mi hermano Marcos es un caso raro. Es muy perfeccionista y encontró su mundo en la batería. Hay que entender que cuando nació, mi padre murió. No ha tenido padre. Yo tengo una figura ahí, que no quiero terminar de decirla, porque me sabe mal, porque siento que ocupo algo que no me pertenecer, pero al final, me ha tocado hacer de padre de alguna forma y acompañarle. Tocó conmigo, viajó conmigo hace tiempo y ahora está terminando de estudiar en la universidad y es profesor en nuestra escuela de música. Siempre he pensado que el proyecto más bonito y más grande y ambicioso de mi vida es mi hermano Marcos. Me tocó hacer de padre cuando yo tenía 19 años, entonces claro, lo he hecho todo mal. Con el tiempo he intentado hacerlo mejor y corregir las cosas.
P: Eso que ha ganado tu hijo porque ya llevabas un aprendizaje.
R: Sin duda, cuando me toca educar a mi hijo vengo muy enseñado de tantos errores con mi hermano. Y mi hermano, hoy por hoy, es mi orgullo absoluto, el más grande de todos. Era muy difícil su situación y ha sido muy capaz de remontarla. Para mí es el mascarón de proa de esta familia. Cómo le veo, cómo trabaja, cómo se ha tomado su proyecto, cómo lo está viviendo, cómo crece, no solo como músico sino como persona, qué inspirador.
P: Hablando de tu hijo, cuentas en el libre que te invitó a una de sus sesiones en Amnesia, ¿cómo es estar ahí entre el público viéndole?
R: Fue una experiencia de contradicciones. Por un lado, estaba deseando que llegase el momento y por otro, deseando que suspendiera la sesión. Estaba muy nervioso. Me hice preguntas como, ¿y si se rompen los platos? ¿y si el piano, cuando empiece a tocar, los teclados no están conectados? Preguntas que me hago yo cuando voy a actuar. Padre sufridor, muy sufridor. Pero cuando terminó de actuar sentí lo mismo que cuando yo termino un concierto, suspirando. Lo he visto tantas veces en La Voz cuando terminan su actuación los chicos y también resoplan. Verle abrir una sesión en Amnesia delante de tantísima gente, una responsabilidad tan grande con esos compañeros que tiene… solo he ido una vez. Está intentando construir una carrera whithout, totalmente fuera.
P: Dentro de nada vas a ser el padre de Jan, en lugar de ser él el hijo de Orozco, porque con la trayectoria que lleva con apenas 18 años.
R: Un día fue el de Devuélveme la vida, después fui el de La Voz y ahora soy el padre de Jan y el hijo de la Carmen.
P: También hablas de Shiberi, un grupo que tuviste del que no guardas el mejor de los recuerdos. ¿Nunca has echado en falta la sensación de estar en un grupo?
R: Fue una de las cosas que haces siendo adolescente y pruebas. Nunca más volví a tener un grupo, no tengo buen recuerdo de esa época. Llevo 25 años trabajando con los mismos músicos, tengo mi grupo humano elegido por mí casi todo. Ellos no, nunca lo fueron. No tengo ningún recuerdo de aquella época más allá de los de adolescente con los miedos de salir al escenario, pero aprendí que tomar decisiones artísticas cuando estás en un grupo es muy difícil. Y asumí muchas de esas decisiones yo y fue muy duro para mí. Y por suerte lo hice cuando era muy jovencito para después saber que cuando eso se deshizo tenía que estar solo. Mejor solo que mal acompañado.
Mi primer disco salió en 1999 y estaba saliendo la primera edición de Operación Triunfo. Te puedes imaginar, encontrar un hueco era imposible. Siempre ha sido igual, hay que aprender convivir con el hecho de que nunca ha sido fácil.
P: Reconoces que son tiempos difíciles para tu género, ¿y cuándo no?
R: Exacto, gracias. Muchas veces nos dicen, ‘bueno, ahora en este momento tan difícil’ y yo pienso, y cuándo no. Mi primer disco salió en 1999 y estaba saliendo la primera edición de Operación Triunfo. Te puedes imaginar, encontrar un hueco era imposible. Siempre ha sido igual, hay que aprender convivir con el hecho de que nunca ha sido fácil. Nunca lo va a ser. Te prometo, de corazón, que nunca me lo he planteado así. También creo que no ha habido nunca un mejor momento para la música. Lo digo porque yo mismo, que soy consumidor y un enfermo de escuchar música distintas y nuevas y hay tantas herramientas. Cuando yo quería escuchar el disco de Luz Casal y la única forma era ahorrar, ir a una tienda y comprar el disco. Lo hacíamos y se hacía de otra forma. Pero hoy solo tienes que escribir el nombre y ya, eso es increíble. Hoy por hoy se conoce más música que nunca.
P: Discos, documentales, televisión, libro, nos queda la interpretación. ¿Te veremos como a Pablo Alborán con Respira debutando en Netflix?
R: No, no me gusta actuar. Me causa mucho respeto las personas que tienen esa emoción por la actuación. He tenido propuestas muy guais para hacer pelis, y muy bonitas películas, para hacer de protagonista. Todo se puede aprender, pero creo que no me gusta. Respeto mucho el trabajo de los actores porque estar cuatro horas en una caravana en un mood, y volver a salir a grabar la misma escena y estar en el mismo punto es un arte. Yo, por mi carácter, no sé si sería capaz de mantener ese mood. No creo que lo pudiese hacer y tampoco creo que tenga talento para algo así.
R: Ya para acabar: ¿Para cuándo tu canal de youtube?
R: Estamos ultimando los detalles de un proyecto que va a explorar mis límites, una cosa bastante potente. Solo te puedo decir que es grandilocuente, que pone en tela de juicio mis límites, a lo bestia, y podremos saber algo definitivo en un mes o mes y medio si todo sale bien y todas las partes están de acuerdo. Estamos trabajando en eso. Ya sabes que soy muy fan de hacer cosas para aprender.