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Crítica: 'The Life of a Showgirl' o La vida de una chica loca(mente) enamorada: el día que Taylor Swift fusionó 'Reputation' con 'Lover'

La artista vuelve al sonido del pasado para contar las preocupacipnes de su futuro

Taylor Swift en 'The Life of a Showgirl'

No es ningún secreto que la vida de Taylor Swift se aleja mucho de ser común. Por más que la artista intente mimetizarse con el resto —ya sea con sus estilismos, declaraciones o brindando en un vaso de plástico— lo cierto es que hace tiempo que dejó de formar parte del mundo terrenal para convertirse en un símbolo. Una figura legendaria del pop cuya cotidianidad está muy lejos de la nuestra.

Ella es plenamente consciente de ello, y su nuevo trabajo, The Life of a Showgirl, lo refleja con claridad. En este álbum, Taylor retrata los dos pilares que sostienen su realidad actual: el amor y los negocios. Si Cristina y los Stop decían eso de tres cosas hay en la vida —salud, dinero y amor—, podemos asumir que Swift las tiene todas cubiertas. Y lo deja claro en este álbum.

La artista vuelve a dar a sus swifties lo que buscan: referencias, mensajes ocultos y mucho material para analizar

Para este duodécimo disco, la cantante se toma un break para el coffee con Jack Antonoff y se reencuentra con Max Martin y Shellback, recuperando aquellas fórmulas que convirtieron álbumes como 1989, Red y Reputation en clásicos instantáneos. Aun así, tras años trabajando con Antonoff, resulta difícil desprenderse del sonido más íntimo y de cantautora que ha definido sus últimos cuatro trabajos.

Taylor Swift en 'The Life of a Showgirl'

The Life of a Showgirl es un álbum lleno de capas sonoras, donde Taylor vuelve a mezclar géneros con soltura. Se mueve entre el pop rock noventero, guiños setenteros inspirados en los Jackson 5, e incluso samplea a George Michael. Pero si hay algo que la distingue —y que la ha consolidado como una de las grandes estrellas del siglo XXI— son sus letras. Y sí, vuelve a dar a sus swifties lo que buscan: referencias, mensajes ocultos y mucho material para analizar.

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Análisis canción por canción

El corazón de The Life of a Showgirl late al ritmo de una Taylor Swift que se vuelve a mostrar transparente. Desde el primer tema, la artista deja claro que este álbum es una radiografía emocional de su presente, donde el amor ocupa un lugar central. Con The Fate of Ophelia, Swift regresa al pop más reconocible de la mano de Max Martin, evocando la energía de 1989 y Reputation. Pero más allá del sonido, lo que destaca es la narrativa: una Ofelia moderna que, tras sentirse maldita en el amor, encuentra redención en su relación con Travis Kelce. Aunque quizá solo haya un pero en la canción: podría entenderse como que un hombre es quien ha venido a salvarla de su locura. Es una declaración directa, sin artificios, que marca el tono confesional del disco.

Ese enfoque íntimo se prolonga en Elizabeth Taylor, donde la artista se compara con el mito de Hollywood, cuestionando la durabilidad de sus vínculos amorosos. La referencia no es gratuita: ambas han vivido bajo el escrutinio público, amadas y criticadas por igual. Taylor se pregunta si su historia tendrá un final distinto, mientras se reconoce en los excesos y las contradicciones de la diva de los ocho matrimonios. Porque en el amor siempre hay dudas.

Taylor Swift en 'The Life of a Showgirl'

Pero no todo es romanticismo. En Opalite, con una estética setentera, la cantante aborda el cierre de una relación desde la perspectiva de una showgirl que sabe que el espectáculo debe continuar. Es una pieza más ligera, que recuerda a la era Lover, y que sirve de transición hacia un bloque más empoderado del álbum.

Ese giro se consolida con Father Figure, donde Swift retoma la narrativa de The Man (Lover) para reafirmar su posición de poder. Aquí, ella es quien toma las decisiones, quien pacta con el diablo si hace falta. Es una declaración de autoridad en un mundo que antes la cuestionaba. En esa misma línea de introspección aparece Eldest Daughter, una balada que reflexiona sobre el precio de la fama en la era digital. Taylor se presenta como protectora de los suyos, adoptando el rol de hermana mayor, en una canción que conecta con la sensibilidad de Midnights.

Esta exploración continúa con Ruin the Friendship, donde la artista introduce elementos del country (género que la catapultó a la fama) para hablar del riesgo de convertir una amistad en algo más. Es una canción sencilla, pero cargada de matices. En contraste, Actually Romantic apuesta por el pop desenfadado, con guitarras electrónicas y una letra juguetona que muestra a una Taylor más divertida. Casi parece una chica grunge (bueno, tampoco exageremos).

Taylor Swift en The Life of a Showgirl

Ese espíritu festivo se mantiene en Wood, una pieza vibrante con ecos de los Jackson 5, pensada para levantar el ánimo y mover el cuerpo. Pero el álbum no se queda en lo superficial. Cancelled introduce un sonido más crudo, con tintes grunge y reminiscencias noventeras. Aquí, Swift vuelve a hablar de amistades rotas y rumores, en una clara conexión con la estética de Reputation.

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Uno de los momentos más inesperados llega con Wish List, donde Taylor menciona al Real Madrid, sorprendiendo a sus fans españoles. En esta canción, reflexiona sobre las aspiraciones de quienes la rodean —premios, helicópteros, lujos— y contrapone esos deseos con los suyos: formar una familia, tener dos hijos y una cancha de baloncesto. Es una confesión que, aunque suena humilde, no puede desligarse del hecho de que ella ya lo ha conseguido todo.

The Life of a Showgirl es la enésima prueba de por qué Taylor sigue siendo la reina de la música actual: porque sigue haciendo presentes a sus fans de toda su narrativa, de su historia y de su vida. ¿Y no somos todos un poco showgirls en nuestra cabeza?

El cierre llega con The Life of a Showgirl, la única colaboración del disco, en la que se une a Sabrina Carpenter para rendir homenaje a todas esas artistas que han terminado haciendo de su vida (en parte) su arte. Dos generaciones que se encuentran para agradecer al público y celebrar todo lo que han conseguido. Y es que al final, The Life of a Showgirl es la enésima prueba de por qué Taylor sigue siendo la reina de la música actual: porque sigue haciendo presentes a sus fans de toda su narrativa, de su historia y de su vida. ¿Y no somos todos un poco showgirls en nuestra cabeza?