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785 abandonos al día: el drama de perros y gatos en España

Nuestros país mantiene cifras de abandono de mascotas muy por encima de la media europea. Las protectoras denuncian una saturación crónica y critican la exclusión de los perros de caza de la ley de protección animal.

El abandono de perros y gatos no cesa. / Sergio Mendoza Hochmann

En España, cada hora se abandonan 33 perros o gatos. Es la media que arroja el último informe de la Fundación Affinity: en 2023, las protectoras recogieron 286.681 animales, lo que equivale a 785 al día. Se trata de una cifra estable en la última década, lo que evidencia que el abandono de animales no es un fenómeno coyuntural, sino un problema estructural.

Cada hora se abandonan 33 perros o gatos en España. / Mariia Zotova

Las razones más repetidas son las camadas no deseadas (14,9%), la pérdida de interés por el animal (13,3%) o problemas de comportamiento (11,8%). Pero también pesan factores económicos —el coste medio anual de su cuidado ronda los 400 euros— y sociales, como la dificultad de alquilar vivienda con mascota. A todo ello se suman picos de abandono en verano y, especialmente, tras la temporada de caza.

España arrastra además un déficit en infraestructuras públicas: de los 1.590 centros registrados, solo un 15% son de titularidad municipal. El resto son refugios privados o asociaciones sostenidas por donaciones, que a menudo se ven obligadas a rechazar animales por falta de espacios o recursos.

Los perros de caza, los grandes olvidados

El fin de la temporada cinegética es una de las principales causas de abandono canino. Cada año, miles de galgos, podencos y otras razas vinculadas a la caza acaban en la calle, malnutridos o directamente muertos, como reveló este verano el hallazgo de 32 galgos encadenados y sin alimento en Badajoz.

Pese a esta realidad, la Ley de Bienestar Animal aprobada en 2023 excluyó a los perros de caza de su protección, una decisión que supuso un retroceso frente a legislaciones autonómicas más avanzadas. Distintas organizaciones animalistas, así como algunas formaciones políticas, lo denunciaron con la campaña #MismosPerrosMismaLey.

Manifestación contra el uso de perros en la caza. / Pacific Press

La polémica no ha cesado: el actual borrador del Consejo Estatal de Protección Animal plantea derivar la gestión de las rehalas al Ministerio de Agricultura, históricamente influido por el poderoso lobby de la caza, lo que, según colectivos de defensa animal, supondría dejar aún más desprotegidos a estos perros.

Cada febrero, miles de personas marchan en varias ciudades europeas contra el maltrato a los galgos españoles

La situación española contrasta con países como Reino Unido o Francia, donde los abandonos recogidos por protectoras no superan los 200.000 anuales. En Alemania, Suiza o Países Bajos, las cifras son todavía menores gracias a un mayor control de la cría, la obligatoriedad del microchip y políticas activas de fomento de la adopción.

El contraste se refleja también en la percepción social: cada febrero, miles de personas marchan en ciudades europeas como Berlín, Estrasburgo o Londres contra el maltrato a los galgos españoles. En Mainz (Alemania), la última 'Galgomarsch' reunió a más de 2.000 adoptantes de galgos rescatados de rehalas en España. La imagen de nuestro país se resiente por el trato que algunos dan a los animales a este lado de los Pirineos.

Adoptar, no comprar

A todo ello se suma un déficit de concienciación ciudadana. Ocho de cada diez perros recogidos en refugios llegan sin microchip, lo que impide devolverlos a sus familias. Y mientras el abandono sigue creciendo, la compra de animales en criaderos y tiendas se mantiene.

La adopción es parte de la solución. / Mariya Borisova

Las asociaciones insisten en que la solución pasa por reforzar la red pública de acogida, endurecer el control sobre la cría y venta de animales, y, sobre todo, apostar por la educación social. Porque mientras las leyes miren hacia otro lado y buena parte de la ciudadanía siga comprando en lugar de adoptar, las protectoras continuarán desbordadas y miles de perros y gatos seguirán pagando con su vida el precio del abandono.