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Nothing Ear (3): el sonido más elegante de la compañía

El diseño sigue siendo el lenguaje de Nothing, pero ahora suena mejor que nunca.

Nothing Ear (3) / Luis J. Merino

Desde que Carl Pei fundó Nothing, la compañía se ha movido con una claridad inusual: hacer tecnología que no solo funcione bien, sino que se sienta bien. Su catálogo lo demuestra. Los Phone (3) y Phone (3a Pro) apuestan por un diseño que no teme a mostrar sus entrañas y por un lenguaje visual que ya es un icono en la industria. Los Ear (Open) reimaginan la forma de escuchar, permitiendo disfrutar de la música sin aislarte del entorno, mientras que los Headphone (1) llevan la ambición sonora de la marca a un terreno más profesional, con un estilo que, gustará más o menos, pero nunca pasará inadvertido.

Cada uno de estos productos comparte una filosofía: unir diseño, transparencia y una pizca de irreverencia. En ese recorrido, los nuevos Nothing Ear (3) llegan como la evolución natural de esa idea: los auriculares más refinados y equilibrados de la compañía hasta ahora, donde la estética reconocible se alía con una claridad de sonido que roza lo obsesivo.

Sonido: claridad frente al exceso de graves

Desde el primer momento en que los pruebas, los Ear (3) te sitúan frente a una experiencia distinta. El sonido es más claro y equilibrado y, para ello, se han casado con los “medios”. Nothing ha preferido contener los graves para que el resto del espectro respire. Las voces suenan abiertas, los instrumentos ganan textura y la escena resulta más natural y perfectamente reconocible en el espectro. Si vienes de auriculares con refuerzo de graves agresivo, notarás que aquí hay menos impacto físico, pero más claridad en el detalle.

Los Ear (3) no tratan de impresionar con volumen o contundencia, sino con claridad. La apuesta es un audio cristalino, como su propia construcción.

Diseño y construcción: continuidad con evolución

Nada más sacarlos del estuche, notas que son inequívocamente Nothing. La transparencia sigue siendo protagonista, pero ahora con toques metálicos que aportan un acabado más sofisticado, tanto en los auriculares como en el estuche de carga. No es un rediseño radical, sino una evolución sutil y elegante: el mismo ADN, pero con más presencia.

Nothing Ear (3) / Luis J. Merino

La construcción transmite más solidez, y el estuche incorpora un micrófono adicional (llamado Super Mic) que mejora las llamadas y añade funciones como grabación directa desde el estuche.

En ergonomía, Nothing mantiene su buena racha: se ajustan bien, sin fatiga excesiva tras sesiones largas. La sensación general es de un producto cuidado hasta el detalle, como si cada borde y textura hubieran pasado por varias rondas de refinamiento.

La cancelación de ruido no es abusiva, cumple con creces el cometido de eliminar cualquier distracción sonora y eleva estos auriculares a la categoría premium y deberían caer en las mismas vitrinas que sus principales rivales de otras grandes como OnePlus, Samsung o Apple.

Ecosistema y coherencia de marca

Los Ear (3) son parte de un ecosistema que ya tiene un lenguaje común. Si usas un Phone (3) o un Phone (3a Pro), notarás cómo todo encaja: interfaz, animaciones, diseño y comportamiento. La app Nothing X no solo permite ecualizar o actualizar firmware, sino que mantiene esa estética minimalista que une hardware y software. Es lo que Nothing ha hecho desde su primer producto: crear una sensación de pertenencia, no solo un catálogo de dispositivos.

Nothing Ear (3)

Los Nothing Ear (3) confirman que la marca sigue fiel a su mantra: diseño, detalle y personalidad. Su sonido es de los más equilibrados y limpios en su rango, y aunque no buscan deslumbrar con graves, sí seducen con una lograda claridad. Su estética sigue siendo reconocible y ahora más madura, y su integración con el ecosistema Nothing los convierte en una extensión natural del resto de la línea.

Si los Ear (Open) abrieron la puerta a una escucha más libre y los Headphone (1) demostraron que Nothing puede competir en audio de nivel profesional, los Ear (3) representan el punto de equilibrio: auriculares que no intentan serlo todo, pero que hacen muy bien lo que tienen que hacer. Y, sobre todo, recuerdan por qué seguimos mirando a Nothing con curiosidad: porque, incluso cuando todo parece inventado, sigue encontrando una forma distinta de sonar.

Luis J. Merino

Técnico de sonido, melómano y amante de los dos...