¿Podría haber un nuevo apagón en España? Los motivos por los que Red Eléctrica está en alerta
Red Eléctrica alerta sobre oscilaciones de tensión y pide medidas urgentes para evitar otro episodio como el que ocurrió en abril
La amenaza de un nuevo apagón es real. / Pablo Jeffs Munizaga - Fototrekk
El fantasma de un apagón eléctrico como el que tuvo lugar el pasado 28 de abril vuelve a estar sobre la mesa. Red Eléctrica, el operador del sistema en España, ha pedido de forma urgente cambios en las normas de funcionamiento de la red tras detectar alteraciones preocupantes en la tensión durante las últimas semanas. Aunque los niveles siguen dentro de los límites legales, la compañía alerta de que estas variaciones rápidas podrían desestabilizar el suministro y provocar una caída generalizada como la que aquel día, que todo el mundo recuerda, dejó sin luz a millones de hogares en la península ibérica.
Las condiciones se parecen mucho a las de aquel día
El informe publicado tras aquel suceso señalaba a una "cascada de sobrevoltajes" como detonante del fallo. Ahora, las condiciones se parecen mucho a las de aquel día: baja demanda, mucho recurso solar y una respuesta lenta por parte de las plantas de generación convencional, como las térmicas o nucleares. Ante este escenario, Red Eléctrica ha pedido a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) cambios urgentes para garantizar la estabilidad.
Renovables, autoconsumo y una red en transformación
Uno de los factores clave es la transformación acelerada que vive el sistema eléctrico español. Cada vez hay más instalaciones renovables y de autoconsumo conectadas a la red, lo que reduce la dependencia de las centrales tradicionales. Estas nuevas plantas, al estar basadas en electrónica de potencia, pueden cambiar su nivel de producción en cuestión de segundos, lo que provoca fluctuaciones bruscas en la tensión. Según el operador, la falta de regulación continua hace que la red sea hoy más vulnerable a desequilibrios.
Aunque la tensión se mantiene dentro de los márgenes establecidos, las oscilaciones pueden terminar provocando desconexiones automática
La CNMC reconoce que estas dinámicas no existían hace unos años y que han aparecido por la propia evolución del mix energético. El supervisor explica que, aunque la tensión se mantiene dentro de los márgenes establecidos, las oscilaciones pueden terminar provocando desconexiones automáticas de generadores o consumidores, lo que a su vez podría desencadenar un apagón en cadena.
El sistema eléctrico español afronta importantes retos. / pmiguel2
Para reducir ese riesgo, Red Eléctrica ha solicitado modificar de manera temporal los procedimientos de operación. La CNMC ya ha abierto una consulta pública para aprobar estos cambios, que afectan a aspectos clave como el control de tensión, los servicios de balance o las restricciones técnicas.
Un coste que pagará el consumidor
El problema es que estas medidas no serán gratuitas. La propia CNMC advierte de que endurecer las condiciones de operación puede encarecer la factura eléctrica, al reducir la oferta en los mercados y encarecer los servicios de ajuste que mantienen estable la red. De hecho, algunas estimaciones del sector calculan que el sobrecoste para los consumidores podría superar los 1.000 millones de euros en 2025.
El Gobierno ha pedido a todos los agentes que cumplan de forma estricta sus obligaciones
Aun así, tanto el Gobierno como el regulador defienden que se trata de una medida imprescindible para evitar males mayores. Desde el Ministerio para la Transición Ecológica se insiste en que el sistema sigue dentro de los márgenes seguros, pero se ha pedido a todos los agentes, desde las eléctricas hasta los productores renovables, que cumplan de forma estricta sus obligaciones.
El último apagón dejó al descubierto la fragilidad de un sistema en plena transición energética, y puso en evidencia la necesidad de actualizar las normas con las que funciona la red. Nadie ha asumido aún responsabilidades por aquel incidente, que provocó no solo pérdidas económicas sino también víctimas mortales. Por eso, aunque un nuevo apagón no sea inevitable, sí existe el riesgo si no se actúa a tiempo. La gran incógnita es si el sistema eléctrico español será capaz de conjugar el crecimiento renovable con la seguridad del suministro sin disparar la factura de la luz.