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Mitos verdes: lo que siempre escuchas sobre reciclaje, energías limpias y coches eléctricos (y no es del todo cierto)

Del "reciclar no sirve" al "los envases biodegradables desaparecen solos": repasamos algunas de las frases más repetidas sobre sostenibilidad y te contamos qué hay de cierto detrás.

Repasamos algunos mitos y falsas ideas preconcebidas sobre el medio ambiente. / Malte Mueller

En un mundo lleno de titulares sobre cambio climático, energías renovables o reciclaje, es normal que circulen también un montón de ideas a medias, rumores o directamente bulos. En El Eco de LOS40 desmontamos algunos de los más repetidos, para que tengas claro qué es verdad y qué no cuando hablamos de sostenibilidad.

1. "Reciclar no sirve de nada"

Falso. En España se reciclaron en 2023 más de 1,6 millones de toneladas de envases gracias al sistema de contenedores, según Ecoembes. Es cierto que no todo lo que tiras se recupera (algunos materiales no se pueden reciclar infinitamente), y que el sistema actual es francamente mejorable, pero reducir, reutilizar y reciclar sigue siendo clave para evitar que toneladas de residuos acaben en vertederos o en el mar.

El reciclaje es esencial para cuidar el planeta. / Svittlana Kuchina

2. "Las energías renovables no pueden cubrir nuestras necesidades"

No es verdad. Hoy en día, casi la mitad de la electricidad que consumimos en España proviene de fuentes renovables, según certifica Red Eléctrica. El problema no es que no funcionen, sino la falta de inversión en almacenamiento y redes inteligentes que permitan aprovechar toda esa energía incluso cuando no sopla el viento o no brilla el sol. Además, hay quien se queja de que se están instalando únicamente en determinadas zonas de España, las más despobladas. Pero las energías renovables son el futuro.

Coches eléctricos: ¿son tan sostenibles como parecen? / piranka

3. "Los coches eléctricos contaminan más que los de gasolina"

Depende de cómo se mire. Es cierto que su fabricación tiene un mayor impacto inicial, sobre todo por las baterías, pero a lo largo de su vida útil emiten mucho menos CO₂. En países con más energía limpia en la red eléctrica, su ventaja es aún mayor. Además, cada año se avanza en reciclaje de baterías y en reducción de costes ambientales. El reto pasa precisamente por esa gestión de residuos para tratar de seguir reduciendo el impacto que genera nuestra manera de movernos. Y, por supuesto, tratar de priorizar siempre que sea posible los medios de transporte más sostenibles, como la bicicleta o el transporte público.

4. "Los envases biodegradables desaparecen en pocos días"

No exactamente. Muchos productos etiquetados como "biodegradables" necesitan condiciones muy concretas (temperatura, humedad, oxígeno) para descomponerse rápidamente, y eso solo ocurre en plantas de compostaje industrial. Si acaban en la naturaleza o en un vertedero, pueden tardar meses o incluso años en degradarse. La clave no está en confiar en la etiqueta, sino en gestionar bien dónde los tiramos. Y siempre que sea posible, en reducir al máximo nuestros desperdicios. La basura más sostenible es aquella que no se produce.

5. "Los pequeños gestos no marcan la diferencia"

Otro clásico. Y otra verdad a medias. Es cierto que ninguna acción aislada va a salvar el planeta, pero la suma de millones de personas sí es capaz de transformar la manera en que se hacen determinadas cosas. Ejemplos: el desplome del uso de bolsas de plástico de un solo uso en España tras la implantación del cobro obligatorio, o el auge de opciones veganas en restaurantes por la presión de una demanda cada vez más preocupada por el impacto de su manera de alimentarse. Un poco de muchos a veces significa mucho.