La Oreja de Van Gogh, el gato de Schrödinger de la música: la verdad sobre la (des)vinculación de Pablo Benegas

El último año ha estado cargado de teorías, rumores, meteduras de pata o filtraciones. Ahora, el regreso de Amaia Montero a La Oreja de Van Gogh ya se ha hecho más que oficial. Y es que el grupo vuelve a su formación original, la de 1996, con una gira 30 aniversario por toda España, que promete mucha nostalgia para el año que viene.

Ahora bien, lo que nació como una banda de cinco miembros, esta nueva etapa estará formada por cuatro de ellos —al menos sobre el escenario—, con el paso atrás de Pablo Benegas. Tal y como rezaba el comunicado emitido el pasado 15 de octubre: "Después de treinta años en la carretera, [Pablo] ha decidido parar y disfrutar de más tiempo con los suyos, además de explorar nuevos retos profesionales. Hasta que volvamos a encontrarnos, le deseamos todo lo mejor".

No obstante, esta sonada ausencia viene con un asterisco y una nota al pie de página, una acotación y una letra pequeña que, a primera vista, no es ningún secreto para nadie, pero sí es, quizá, un detalle desconocido para muchos (sobre todos los que se acaban de subir a este viejo barco que es LODVG).

El anuncio sobre la vuelta hilaba muy fino al especificar que "Pablo sigue formando parte del grupo". Y es que, debido a la situación empresarial de la banda, La Oreja de Van Gogh existe como Sociedad Limitada, además de como nombre artístico. Por tanto, la (des)vinculación de Benegas con 'La Oreja' se asemeja a la teoría del Gato de Schrödinger.

La "paradoja cuántica" de La Oreja de Van Gogh

En 1935, el físico Erwin Schrödinger realizó un experimento mental para ilustrar lo extraño del comportamiento cuántico con un gato hipotético, dentro de una caja. En mencionada caja hay un mecanismo con una partícula cuántica que puede decaer (o no) y liberar veneno. Según la mecánica cuántica, hasta que se abra la caja, el gato está simultáneamente vivo y muerto. Solo al observarlo se "colapsa" la realidad a uno de los dos estados.

Es una teoría que se puede extrapolar —salvando las distancias— con la banda autora de éxitos como La Playa, Rosas, Puedes contar conmigo, Inmortal o El Último Vals, ya que, por un lado: Pablo no estará físicamente en los concierto como guitarrista sobre el escenario. Sin embargo, por otro: sí sigue siendo miembro de la sociedad limitada que gestiona el grupo, y probablemente, seguirá participando en decisiones, cobrando de los derechos de autor y otros beneficios que genere la banda.

Así lo explicaba hace unos días la periodista Silvia Taulés en el programa La Roca de La Sexta. "Benegas se ha ido del grupo, pero no de la sociedad", comentaba. Yendo, incluso, un paso más allá, al puntualizar que "en la empresa han estado siempre los cinco [miembros fundadores], es decir, Amaia. Nunca ha estado Leire".

Es más, Taulés incidía en que Leire Martínez llegó a ser "empleada de Amaia" cuando cantaba con LODVG. Por tanto, Montero también ha estado sumida en esta especie de paradoja durante los 17 años que la ahora solista, intérprete de Mi Nombre ha sido vocalista del grupo.

Porque, aunque Amaia dejara de cantar con el grupo en 2007, mantuvo su vínculo empresarial (un 20% de participación), lo que le ha permitido seguir recibiendo ingresos derivados de la explotación del catálogo musical del que ha sido compositora.