Medio siglo de Bohemian Rhapsody: la canción de Queen que cambió para siempre la historia del rock
Gracias a que se atrevieron a mezclar ópera y rock su creación sigue siendo una de las más influyentes de todos los tiempos
La banda británica Queen, 1973. / Michael Putland
Hoy se cumplen 50 años del lanzamiento de Bohemian Rhapsody, la joya más arriesgada, y también la más fructífera, de Queen, una de las canciones que más revolucionaron la historia de la música. Medio siglo después, el tema sigue siendo imposible de clasificar: ¿balada?, ¿ópera?, ¿rock?, ¿delirio febril? Probablemente sea todo eso a la vez. Lo que está claro es que, desde su estreno en 1975, Bohemian Rhapsody no ha dejado de comportarse como un fenómeno que sigue apoderándose de las nuevas generaciones e inspirando creaciones modernas que, en ocasiones, aún parecen quedar atrás frente a su genialidad ancestral.
Seis minutos en los que nadie creía
En pleno auge de la música disco y con el punk a punto de estallar, Queen llegó con algo que nadie podía comprender del todo. Freddie Mercury llevó al estudio una idea que muchos consideraron imposible: una canción de seis minutos, sin estribillo, dividida en tres actos y con un pasaje operístico en medio. La discográfica intentó convencerlos de recortarla; nadie creía que una pieza tan teatral y extensa pudiera sonar en la radio. Pero el grupo, fiel a su instinto, o al curso inevitable de la historia, insistió.
Grabada en los estudios Rockfield de Gales, la producción fue una auténtica proeza técnica. Brian May, Roger Taylor y Freddie Mercury pasaron semanas grabando y sobregrabando voces, borrando, regrabando y empezando de nuevo, hasta alcanzar más de 180 pistas. En una época en la que la tecnología era todavía precaria, y la inteligencia artificial ni soñaba con hacer canciones, esta obra fue casi un milagro. Cada fragmento se mezcló manualmente, con cinta y tijeras. El resultado fue mucho más que una canción: una tragicomedia sonora en tres actos: drama, humor, tragedia y poder, una mini ópera rock de seis minutos y ocho segundos que, además, se te pega a los huesos.
El videoclip historico
Cuando Bohemian Rhapsody se lanzó como single el 31 de octubre de 1975, Queen sabía que no podría reproducir la parte operística en televisión. La solución fue ingeniosa y un poco rebelde, como ellos mismos: filmar un clip promocional que cambiaría para siempre la forma de presentar la música. En apenas cuatro horas, el director Bruce Gowers rodó una pieza visual que mostraba al grupo cantando frente a un fondo negro, con luces dramáticas y rostros multiplicados que hoy son ya parte del imaginario del rock.
Queen – Bohemian Rhapsody (Official Video Remastered)
Aquel vídeo se considera, para muchos historiadores, el nacimiento del videoclip moderno. Antes de MTV, antes de YouTube, Queen entendió que la imagen era parte inseparable del sonido. El éxito fue inmediato: la canción alcanzó el número uno en Reino Unido. En Estados Unidos, su fama creció, especialmente tras su aparición en la película Wayne’s World en los 90.
¿Cómo se hace un clásico eterno?
Bohemian Rhapsody no solo destaca por su innovación técnica o su estructura excéntrica. Lo que la hace eterna es su misterio: una letra ambigua, trágica y teatral que nunca fue explicada del todo por Mercury. Algunos ven una confesión personal; otros, una metáfora sobre la libertad artística. Pero esa es precisamente su magia: cada persona que la escucha siente algo distinto, como si la canción le hablara directamente. Su intensidad, su mezcla de géneros y su interpretación vocal hacen que cada individuo la descubra como si fuera nueva.
Larga vida a Queen y larga vida a Bohemian Rhapsody.
Andrea Sanz
Una chica buscando su lugar en el mundo. En este...Una chica buscando su lugar en el mundo. En este intento me encontré con el periodismo y decidimos hacerlo oficial, así que me gradué en la Universidad de Valladolid. Mas adelante me topé con el máster de radio, podcast y audio digital de la Universidad Antonio de Nebrija. Como hablo por los codos me pareció buena idea empezar a monetizarlo.