Bulos y certezas: todo sobre el misterioso lince blanco ibérico que se ha hecho viral en las redes sociales
El sorprendente cambio de color de Satureja, una hembra de lince ibérico, abre nuevas incógnitas sobre la salud del ecosistema andaluz.
Foto: Ángel Hidalgo. / Ángel Hidalgo
Ha sido una de las imágenes que más han circulado por las redes sociales este fin de semana. En los montes de Jaén ha aparecido un animal tan bello como misterioso: un lince ibérico completamente blanco, con solo unas manchas negras que dibujan su característico mapa de identidad. Se llama Satureja y, aunque nació en 2021 con el pelaje anaranjado y pardo típico de su especie, ahora luce una tonalidad tan inusual que ha dejado sin palabras a los expertos. Su imagen, captada por el fotógrafo aficionado Ángel Hidalgo, ha reactivado la curiosidad científica por el futuro del felino más emblemático de la península.
La Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ya tenía constancia de la existencia de este ejemplar, aunque no se había grabado hasta ahora. Satureja pertenece al programa de recuperación del lince ibérico, una especie que, tras rozar la extinción, ha superado los 2.400 ejemplares en libertad. Pero su caso es tan singular que podría ofrecer pistas sobre algo más que la evolución del propio lince: quizás también sobre los cambios que está experimentando el entorno.
¿Por qué se ha vuelto blanca?
A día de hoy, nadie tiene una respuesta definitiva. Se ha descartado que se trate de albinismo o leucismo, ya que ambos son trastornos genéticos presentes desde el nacimiento. En el caso de Satureja, el cambio se produjo más tarde. Los expertos apuntan a una despigmentación temporal: una alteración del color provocada por factores externos, como el estrés o la exposición a algún agente ambiental.
El coordinador del plan de recuperación del lince, Javier Salcedo, sugiere que podría deberse a la contaminación química, algo que interferiría en la producción de feomelanina, el pigmento responsable de los tonos rojizos y pardos del pelaje. Un caso similar ocurrió hace unos años con otra hembra de la misma zona, que también perdió el color durante un tiempo y luego lo recuperó por completo.
"A veces, la mejor forma de conservar la naturaleza es dejarla seguir su curso"
Otros investigadores, como el genetista Lluís Montoliu (CSIC), recuerdan que en la pigmentación animal intervienen hasta 700 genes, y que algunos pueden "apagarse" temporalmente por causas genéticas o ambientales. Entre ellas, afecciones como el vitíligo, una enfermedad que destruye las células que producen melanina, o el simple efecto de contaminantes en el ecosistema.
Más que un misterio, una oportunidad
Lo más interesante de este caso es que Satureja está sana. Caza, se reproduce y cría con éxito, pese a su llamativo aspecto. Esto lleva a los expertos a pedir prudencia: no es necesario capturarla para analizarla, salvo que mostrara signos de enfermedad o desorientación. "A veces, la mejor forma de conservar la naturaleza es dejarla seguir su curso", repiten los técnicos del programa.
Aun así, la aparición del lince blanco sirve como llamada de atención. Si el cambio de pigmentación tiene relación con el entorno, podría revelar alteraciones invisibles en los ecosistemas, desde el estrés ambiental hasta la presencia de sustancias contaminantes. Entender por qué un animal cambia de color puede ser una ventana al estado de salud de todo su hábitat.
Por ahora, Satureja sigue moviéndose con libertad por los montes de Jaén. Su aspecto inusual, lejos de ser una rareza sin importancia, recuerda que la naturaleza guarda todavía muchos secretos. Y que, a veces, una simple foto viral puede abrir la puerta a preguntas mucho más grandes: sobre la vida, el cambio y la fragilidad del mundo que compartimos con otras especies.