ROSALÍA anuncia su gira 'LUX Tour'. Fechas, ciudades, entradas y más

Carme Chaparro saca a la luz los trapos sucios de los medios de comunicación en ‘Venganza’: “No podía ser cobarde”

El abuso de poder en los medios, la realidad de la televisión o los peligros de la IA, entre los temas que pone sobre la mesa

Carme Chaparro sale en defensa de Jorge Javier Vázquez. / Atilano Garcia/SOPA Images/LightRocket via Getty Images

Carme Chaparro pone fin a una trilogía que comenzó con Delito, siguió con Castigo y termina con Venganza. Y no, no hace falta leer los anteriores para entender el tercero, aunque siempre se sentirá de otra manera si conoces de antes a los personajes. Una vez más, la autora se pone reivindicativa, en esta ocasión, denunciando un sistema de abuso de poder instaurado en muchos medios de comunicación.

Su novela comienza con la muerte de un gran directivo de estas cúpulas mediáticas. A raíz de ese suceso nos adentramos en una esfera de poder donde la corrupción, el abuso y la falta de empatía son motores. Una denuncia que llega de manos de una periodista que conoce de cerca ese mundo, lo que aumenta el nivel de credibilidad.

Realidad mezclada con la ficción que se expone sin miedos y con una rotundidad con la que pocos se habrían atrevido. Pero ella no lo ha dudado y ha recibido mucho feedback.

LOS40
Directo

LOS40

LOS40

Te recomendamos

Ahora, la presentadora de informativos, está retirada temporalmente afrontando una enfermedad a la que todavía no ha puesto nombre, pero de la que sí ha dejado entrever la gravedad. Desde casa, hemos podido hablar con ella para conocer de cerca los detalles de esta novela que tiene tanto que comentar y que suena a El último de la fila o Bruce Springsteen, dos de sus artistas de referencia.

P: “Nadie mata como Carme Chaparro”. Suena raro, pero supongo que te tomas esto como un halago, ¿no?

R: Jajaja, bueno, nadie mata en la ficción, en la vida real espero pensar que soy buena gente o que los otros piensan que soy buena persona. Pero sí, en la ficción se me ocurren cosas muy raras y muy retorcidas. Sin demasiada sangre, no soy yo muy de vísceras, pero formas de matar muy retorcidas.

P: ¿Y eso te sale natural o le tienes que dar muchas vueltas?

R: De repente un día se me ocurre y sobre esto que se me ocurre pilota toda la novela. Al principio, se me ocurre una manera de matar y luego ya toda la novela pivota en torno a quién, cómo, cuándo, por qué. Todo lo articulo alrededor.

P: Una denuncia valiente sobre el abuso de poder en los medios de comunicación y la situación laboral de muchos trabajadores. ¿Hay una queja real detrás de esta ficción?

R: Sí, una no, muchas quejas. Hay muchas historias reales de periodistas que me han dado permiso para contarlo sin dar sus nombres. Ficcionando también un poco porque una ficción tiene que tener tensión para el lector y tienes que introducir otras herramientas más allá de la realidad, pero claro que hay muchas realidades. Retrata un sistema de trabajar que, en algunos momentos, se puede aprovechar de la pasión que tiene la gente de hacer tele. Ya no te digo por salir en pantalla –que somos los menos- sino por hacer tele, por todas esas personas que trabajan detrás para que brillen dos. En la radio, igual. En los medios de comunicación.

P: De hecho, es una novela de ficción que nos hace buscar espejos de los personajes en la realidad, ¿te preocupaba que empezaran a sonar nombres?

R: Sabía que iban a sonar nombres con apellidos, sabía que iba a recibir mensajes. La gente que se lo ha leído y tiene confianza conmigo me ha enviado mensajes, han venido a mi casa a ver si realmente este era este o era el otro. Realmente hay mucho de realidad, pero también de sistemático. Al final, todos los cargos que practican ese tipo de abusos, se parecen en todas las televisiones de toda Europa. Hay mucha presión en la televisión. Vosotros tenéis el EGM cada tres meses, nosotros al día siguiente tenemos minuto a minuto lo que ha pasado. Y sube y baja la curva y eso es una presión brutal porque una décima te hace que pierdas frente a tu competidor. Es muy complicado y muy duro vivir así.

P: Sí es verdad que la gente no es consciente de que hay que asimilar esa presión en el día a día.

R: Es muy duro y ahora que llevo unos meses de baja no veo la tele porque estoy con mucha medicación y me molestan mucho los ojos. Desde que terminé la carrera nunca he estado sin trabajar y me empiezo a dar cuenta de lo desinflada que estoy en ese sentido, notar que he vivido en un estado de tensión permanente y ahora es como, ¿cómo se puede vivir así? Estoy deseando volver a la tele porque para mí es algo maravilloso. Estoy deseando que me operen y volver a trabajar, pero voy a tener que reinflarme como un flotador para no hundirme.

Va a ser un proceso complicado, en el que sé que mi familia va a sufrir. Yo soy muy optimista en estas cosas, en las cosas médicas, no me han dicho que tengo una enfermedad con la que me voy a morir en tres meses, pero sí me han dicho que tengo una enfermedad que, como no la paremos, puede ir a bastante mal.

P: Por cierto, ¿cómo estás?

R: Bien, muy cansada, muy adormilada con la medicación porque me están dando desde que dijeron que me cogía la baja o te sacamos nosotros. Tengo que ir con el DNI a la farmacia porque es de ese tipo de medicación y con mucho sueño, muy cansada. Con muchas ganas de leer, pero no puedo porque se me cierran los ojos, entonces he descubierto los audiolibros y estoy con ellos. Estoy en la cama o en el sofá con los ojos cerrados o semi cerrados y cuando me duermo, pues luego, tiro dos horas para atrás. Pero lo estoy descubriendo y me está gustando mucho. Y con plena confianza en mis médicos. Va a ser un proceso complicado, en el que sé que mi familia va a sufrir. Yo soy muy optimista en estas cosas, en las cosas médicas, no me han dicho que tengo una enfermedad con la que me voy a morir en tres meses, pero sí me han dicho que tengo una enfermedad que, como no la paremos, puede ir a bastante mal. Entonces, al final, yo entro en quirófano y no me entero, pero esas 8 o 9 horas que dure la primera operación van a estar mi marido, mi madre, toda mi familia y mis amigos, pendientes, van a sufrir. Al final, la que menos te enteras eres tú que estás en quirófano. Me duele por ellos, porque van a estar muy nerviosos, pero yo estoy muy tranquila y contenta de que, por fin, vayamos a poder hacerlo. Y plenamente confiada en los médicos y lo que salga saldrá y lo que se pueda curar se cura y si no, pues ya veremos, intentaremos otras cosas y ya está.

No podía ser cobarde y dije, ya que vas, vas con todas. Se la di a Palmira Márquez, que es mi agente editorial y me mandaba mensajes, ‘estoy llorando, madre mía’. Pero al final, me dijo, ‘contigo hasta el final’. Si ella está conmigo, mi marido está conmigo, tiramos para adelante y publicamos Venganza.

P: Pues a por ello Carma. Volviendo a la novela, la trama se centra en la cúpula de los medios de comunicación, tu escenario profesional, ¿te pensaste mucho meterte en este jardín?

R: Ayyyyy, pues mira, fue como esos partos en los que tienes que empujar porque tengo que empujar. No lo comparo con tengo ganas de ir al baño y no me puedo aguantar, pero es que, tenía que escribirla. Sé que es un jardín muy grande porque hablo mucho de cosas que no se saben, de abusos de poder, de cosas que pasan en los medios de comunicación… Pero mira, estoy tan contento de que compañeros –ya no de la redacción, o de gente con la que haya trabajado, sino gente de otras televisiones, porque nos conocemos todos-, sino, incluso, un paparazzi que se la leyó y no para de escribirme: ‘Gracias Carme, esta novela es maravillosa, no sabes el bien que haces a la gente que la lea para saber cómo trabajamos, cuáles son nuestras condiciones’. Si solo ha servido para eso, fenomenal. Pero sí hubo algún momento en el que pensé, me estoy metiendo en un jardín, no sin necesidad alguna, pero en el que al final te juegas muchas cosas, tengo 52 años y espero que muchos más por delante. No tengo 65, estoy jubilada y me da lo mismo, no, todavía me queda mucha carrera por delante, espero. Sabía que me estaba metiendo en un jardín, pero a la vez, lo necesitaba. Al final, todas mis novelas tienen crítica social y esta estaba centrada en los medios de comunicación, en la que no paran de morir personas importantes de la tele, ¿cómo no voy a criticar ciertas estructuras de ciertos medios de comunicación? No podía ser cobarde y dije, ya que vas, vas con todas. Se la di a Palmira Márquez, que es mi agente editorial y me mandaba mensajes, ‘estoy llorando, madre mía’. Pero al final, me dijo, ‘contigo hasta el final’. Si ella está conmigo, mi marido está conmigo, tiramos para adelante y publicamos Venganza.

P: Yo empecé a leer la tuya y venía de leer El Círculo, sobre acoso escolar, y pensaba, esto es lo mismo. Les pedimos a los jóvenes que no sean testigos silenciosos y me preguntaba si se les pide lo mismo a los periodistas.

R: ¿Y cómo se lo pides? Es muy difícil. Cómo se lo pides si quien ha osado alzar la voz está en la calle. Pero funcionan igual en todas las estructuras de poder. En todos los abusos. Hemos visto a Mar Flores que contaba cómo la acallaron y ha ido a varios platós, pero en algunos lugares le han vuelto a recriminar lo mismo. ¿Volvemos a estar en el mismo lugar? Las estructuras de acoso son diferentes, pero se parecen mucho en acoso laboral, en acoso infantil, en un maltrato de género. Al final, se parece mucho y es muy difícil que alguien alce la voz. Imagínate que hago un libro así con nombres y apellidos. ¿Quién se atrevería ahora mismo, de todos los compañeros que me han llamado, que sé que me quieren, que están conmigo, gente que ha sido mi jefe, mi subordinado, mi becario, que me han mandado mensajes, quién se atrevería a decir, ‘esto lo he vivido yo’, como me han dicho a mí en privado? –y que conste que no se lo he pedido ni se lo pediría-. Es muy difícil, ¿qué haces? ¿Te vas al paro para siempre porque esto es como la letra escarlata?

P: Es muy complicado ser testigo y hablar en alto.

R: A un compañero que ya no está en activo y que trabajaba en un programa que sigue teniendo audiencia, le pregunté por qué se había ido si tienes un buen sueldo, un buen horario, te da proyección para otros proyectos… Y me dijo, ‘no puedo más, es una trituradora de carne’. La gente, a veces prefiere callar y marcharse o callar y aguantar. No hay una cosa de, nos unimos todos y luchamos contra el sistema. En todas las televisiones está montado así y es peor para las mujeres.

P: De hecho, ¿tú has sentido alguna vez eso de que puede llegar una jovencita y quitarte el puesto?

R: Claro que lo he sentido, es algo que siente la sociedad. Si mi hija de 12 años tarda 15 minutos en pensar lo que se va a poner para salir a la calle. Si nosotras un día nos ha quedado el pelo mal y dices, ‘o*tia, m*erda’, no sales con la misma seguridad. El día en el que te miras en el espejo del ascensor y ves que lo que te has puesto no te queda mal, sales más empoderada a la calle. Eso es muy difícil quitártelo de la cabeza. Imagínate si tu trabajo consiste en salir delante de un millón de personas cada día en la tele, o una vez a la semana. ¿Cómo no vas a preocuparte de tu aspecto? No te puedo mentir.

P: También hablas de la calidad de los tertulianos en televisión, ¿qué puntuación le das en ese sentido a la televisión en España?

R: La misma que en el resto de países. Mejor que en Estados Unidos. Hay que distinguir información de lo que es entretenimiento informativo. Buscas información, vas a los informativos. Buscas que te entretengan informando y te vas a otro tipo de programas. Hay tertulianos que saben que les volverán a llamar si generan polémica y si no generan polémica, no los llaman. ¿Qué va a hacer? Decir el dato más absurdo, levantar más la voz, enfrentarse con el de enfrente. El sistema de tertulias de todos los países y, prácticamente todas las televisiones están montadas así, hemos copiado las tertulias deportivas. ¿Cómo eran las tertulias deportivas antes con Butanito y cómo son ahora? Lo que hay es el salseo, la chicha. Eso es lo que da tiempo de antena y, al final, la tertulia política se ha convertido en lo que era la tertulia deportiva.

P: ¿El periodismo está muerto?

R: No por Dios, no me digas eso. No está muerto y es más necesario que nunca con tantos ímputs que tenemos al día, no solo te hablo de las redes sociales, sino que vas por la calle y los anuncios, todo lo que te llega. Igual que ahora necesito a unos médicos que me operen porque sé lo que tengo, el periodista que tiene años de profesión, que tiene honradez, honradez, y que puede trabajar con libertad, es más necesario que nunca porque es capaz de entender, llamar a fuentes, estructurar y poner en contexto lo que está pasando hoy en día en el mundo.

En el momento en el que dejemos de preguntarnos y todo nuestro discurso se lo dejemos a la IA, habremos perdido la capacidad de pensar y seremos unas marionetas al servicio de tres o cuatro seres humanos que estarán detrás de estas máquinas.

P: Lo decía también por la incursión de la IA que también está presente en la novela, no tanto como sustituto de los periodistas sino como una realidad que da bastante miedo, ¿cuál es tu posición respecto a esto que se nos ha echado encima?

R: A mí me gusta llamarla Inteligencia Aumentada, en positivo. Por eso yo quería hablar de la IA en la novela, para que la gente entendiera lo que es y lo que le puede exigir porque parece que solo es Chat GPT haciéndole preguntas. No, es muchísimo más. Si entiendes lo que es y entiendes lo que le puedes exigir y todos como sociedad, estamos a lo mismo, vamos a poder tener una vida maravillosa, con menos enfermedades, trabajando menos hora, siendo más felices. Pero si dejamos que esté como está, controlada por muy pocos que a saber qué intenciones tienen… Ahora lo hemos visto en Estados Unidos. Mira el poder que tienen todos los capos de las corporaciones tecnológicas que están todos prácticamente arrodillados ante Donald Trump porque tienen miedo de que, mientras exista un presidente de Estados Unidos, Trump les diga, se acabó, os quito las licencias y prohíbo google, Chat GPT, Facebook y todo. El problema es que el poder se concentre en unos pocos y, además, esos pocos no solo dominen, como hasta ahora, las horas en las que tenemos que trabajar y lo que nos pagan, sino que dominen lo que pensamos. No nos estamos dando cuenta, pero la IA va a ser un sustituto de nuestro cerebro. Cada vez somos más vagos. Me contaba el otro día una bloguera que cuando a ella y sus amigas les apetece ligar, le preguntamos a Chat GPT y mandamos la respuesta. Igual el chaval también está halando a través de Chat GPT y son dos máquinas hablando y estamos haciendo el idiota. Eso está ocurriendo. En el momento en el que dejemos de preguntarnos y todo nuestro discurso se lo dejemos a la IA, habremos perdido la capacidad de pensar y seremos unas marionetas al servicio de tres o cuatro seres humanos que estarán detrás de estas máquinas.

Estamos viviendo en un mundo en el que ya no da vergüenza ser gentuza.

P: Y ahí entra una frase que no pude dejar de anotar: “Ojalá volver a dar vergüenza ser gentuza”. La dice Munárriz, pero yo creo que la podría haber dicho mucha gente. ¿Hemos normalizado demasiadas cosas?

R: Esa frase la quería para titular el libro porque ha dejado de dar vergüenza. Derechos adquiridos como el matrimonio igualitario, espérate que vayan a por él, ya han empezado contra el aborto… todo esto que dices, son derechos adquiridos, ya no vamos a ir para atrás… las ocho horas de trabajo, en Grecia acaban de aprobar las jornadas de 13 horas de trabajo… Estamos viviendo en un mundo en el que ya no da vergüenza ser gentuza.

P: Después de tanta intensidad, vamos a frivolizar un poco, ¿qué encontraríamos en el congelador?

R: Como ahora no puedo cocinar o cocino poco, encontrarías muchos tapers porque cuando cocina lo hago con la olla exprés y la lleno a tope y si hago fabada, lentejas o lo que sea, lo congelo. Pero no encontrarías la foto de nadie.

P: Pero, ¿has recurrido alguna vez has recurrido a alguna chamana?

R: No, no, no. Aparte de tener una mente muy de letras, tengo una mente muy científica para eso. Creo que mis chamanas son mis amigas. Quedo, me río y me desahogo de todas las malas energías, pero mucha gente, más de los que creemos y gente de televisión también, que recurre a chamanes. No voy a criticar a nadie. Cada uno recurre a lo que hace que se sienta mejor. Poner una foto en el congelador me parece absurdo, pero no le hace daño a nadie.

P: Habría muchos temas de los que hablar, porque no te has dejado nada en el tintero, pero de todos ellos, ¿cuál no te gustaría que pasara desapercibido?

R: Es que son muchos. Pero quizás, de todos, el acaso laboral. Y me gustaría que se empezara a hablar de las condiciones en las que se trabaja en algunos medios de comunicación. Este MeToo que hubo en Estados Unidos con las actrices, que fue maravilloso, aunque no salieron todas las que tenían que salir, y que aquí en España no ha ocurrido, pero ha pasado y hay actrices que yo sé que han sufrido acosos y cosas más graves de hombres con poder en la industria, me gustaría que pudiéramos normalizar ese debate hasta el punto de decir, este señor fuera y este otro, fuera. Que funcionaran los protocolos, esos tan bonitos de las empresas. Me ha escrito mucha gente de otros trabajos que no tienen que ver con la tele que dicen que se sienten representados porque, al final, todo es igual. El sistema se replica, quizás, que empezara por los medios de comunicación.

Todavía no estoy curada, pero ya veo la manera de una vida distinta. Hay que sufrir por las cosas realmente importantes. Por lo demás, hay que preocuparse, pero no sufrir.

P: Gracias, espero que vaya todo bien y que te veamos de vuelta muy pronto, aunque sea un regreso al estrés y la presión.

R: Ya de otra manera. Cuando dejé de trabajar me hundí mucho, estuve en un pozo y una amiga mía llamó a un psiquiatra y me buscó una psicóloga, que me han ayudado a ver la vida de otra manera. Es triste, pero cuando alguien pasa un cáncer y dice que ve la otra manera porque se ha curado, yo, que todavía no estoy curada, pero ya veo la manera de una vida distinta. Hay que sufrir por las cosas realmente importantes. Por lo demás, hay que preocuparse, pero no sufrir.

Escucha la radio en directo

Cadena SER
Directo

Tu contenido empezará después de la publicidad

  • Hoy en LOS40

  • Podcasts

  • Programación

  • Playlists

  • Emisoras

  • Lista oficial de LOS40

    Lista oficial de LOS40

    Lista semanal oficial de LOS40

  • Lista de LOS40 hace 10 años

    Lista de LOS40 hace 10 años

    Rebobinamos hasta los éxitos del año 2015

  • Novedades semanales

    Novedades semanales

    La selección de LOS40 de las novedades viernes

  • Lo que más suena

    Lo que más suena

    Escucha lo más radiado en LOS40 Classic

  • Lo que más suena EN ESPAÑOL

    Lo que más suena EN ESPAÑOL

    Conoce lo más radiado en música española

  • Lista de LOS40 hace 25 años

    Lista de LOS40 hace 25 años

    Rebobinamos para ver los éxitos del año 2000

  • Lo que más suena

    Lo que más suena

    Lo más radiado en LOS40 Urban

  • Lo último en URBAN

    Lo último en Urban

    Conoce lo último en música urbana

  • Latin Queens

    Latin Queens

    Reunimos el talento de las mujeres latinas

  • Lo que más suena

    Lo que más suena

    Lo más radiado en LOS40 Dance

  • ADN Dance

    ADN Dance

    El sonido y la esencia de LOS40 Dance

  • Lo último en DANCE

    Lo último en DANCE

    Descubre las últimas novedades

  • Lista oficial de LOS40

    Lista oficial de LOS40

    Lista oficial de LOS40 actualizada cada sábado

  • Èxits actuals del pop català

    Èxits actuals del pop català

    El millor de la música en català actual

  • STAY HOMAS recomienda

    STAY HOMAS recomienda

    Las favoritas del grupo revelación del confinamiento

Compartir

Tu contenido empezará después de la publicidad

Tu audio se ha acabado.
Te redirigiremos al directo.

5 "