Rurouni Kenshin pide hueco en tu vitrina: la figura Ichibansho de Banpresto que rinde un merecido homenaje al samurái errante

Hay figuras que trascienden el mero coleccionismo y se convierten en piezas de memoria emocional. La nueva figura de Himura Kenshin de la línea Ichibansho de Banpresto, inspirada en el diseño del remake de Rurouni Kenshin, pertenece a esa categoría. Una representación serena y elegante del espadachín más querido del manga y el anime, que llega justo en el momento en que la serie vuelve a brillar ante una nueva generación.

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El samurái que no mata

Para entender por qué esta figura es especial, hay que mirar atrás. Rurouni Kenshin, creada por Nobuhiro Watsuki y publicada en Weekly Shōnen Jump entre 1994 y 1999, cuenta la historia de un antiguo asesino —el temido Battōsai— que, tras los años de guerra civil del Bakumatsu, decide vagar por el Japón de la era Meiji ayudando a los débiles y defendiendo su promesa de no volver a matar. Armado con una katana de filo invertido, Kenshin busca redención en un mundo que ha cambiado tanto como él.

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El manga fue un éxito rotundo, y su primera adaptación animada (1996-1998) se convirtió en una de las series más recordadas de su época. Su equilibrio entre acción, emoción y un puntito bueno de filosofía, lo consolidó como una obra imprescindible del anime de los 90. Pero si hay un arco que elevó a Rurouni Kenshin a la categoría de leyenda, ese es el arco de Kioto.

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El arco de Kioto: donde nacen los mitos

En el arco de Kioto, Kenshin se enfrenta a Shishio Makoto, un antiguo asesino gubernamental que, traicionado y quemado vivo, sobrevive envuelto en vendas y en deseo de venganza. Shishio planea derrocar al gobierno Meiji y sumir al país en una nueva era de caos, convencido de que solo los fuertes deben sobrevivir.

Junto a él, Sōjirō Seta, su joven discípulo, un prodigio de la espada y la velocidad, cuya sonrisa perpetua oculta una historia de abuso y trauma. Su enfrentamiento con Kenshin es uno de los más memorables del anime, no solo por la espectacularidad técnica, sino por el contraste entre sus filosofías de vida: el dolor que endurece frente al dolor que enseña.

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Ambos personajes —Shishio y Sojiro— también han sido inmortalizados en la misma línea Ichibansho, lo que permite a los coleccionistas recrear este triángulo icónico de redención, poder y moralidad. Pero hoy hablamos del pilar fundamental de la serie: Kenshin Himura.

La figura Ichibansho de Kenshin: serenidad en movimiento

La colección Ichibansho lleva tiempo destacando por reinterpretar grandes personajes del anime moderno con un enfoque elegante y con una relación calidad/precio espectacular. La inclusión de Kenshin, Shishio y Sojiro en esta línea no es casualidad: se trata de uno de los tríos más simbólicos del shōnen clásico, y cada figura captura un fragmento de su conflicto. Juntas, las tres figuras forman una especie de microcosmos narrativo, un homenaje tangible al arco de Kioto que tantos consideran el mejor arco argumental de la historia del anime.

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La que ponemos hoy sobre la mesa es la de Kenshin Himura, de unos 24 centímetros de altura, representa al héroe en una pose icónica: espada desenvainada, brazo extendido al frente, mirada serena. No hay dramatismo exagerado ni efectos de acción congelada. Es una pose estática pero llena de intención, como si el personaje estuviera preparado para actuar, pero fiel a su promesa de contenerse.

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El diseño limpio sigue las líneas del nuevo anime. Los detalles son sobrios y precisos: el pliegue del kimono, la caída del cabello… y una expresión casi plana en el rostro, sin rasgos marcados, que transmite una calma profunda, con el detalle justo y el anime siempre como guía.

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La pintura es precisa, el modelado pulcro y el equilibrio de proporciones impecable. Es una pieza que no necesita artificios para brillar. Su belleza está en la contención.

Recordamos que en 2023, Rurouni Kenshin regresó a las pantallas con un remake producido por Liden Films, que actualiza la animación y revisita la historia con un ritmo más fiel al manga original. Este renacer no solo ha revitalizado el interés entre los veteranos, sino que ha abierto las puertas a una nueva generación de espectadores que descubren por primera vez la elegancia y profundidad de Kenshin.

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Es precisamente en este contexto donde Banpresto lanza su figura Ichibansho: un puente entre la nostalgia y la modernidad que da a los fans una colección de figuras que los seguidores originales nunca pudieron tener (era otra época, apenas se veían estatuas bonitas y no era tan fácil conseguir o pagar las pocas que había).

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Esta Ichibansho de Kenshin es una pieza de colección fundamental, no solo para seguidores acérrimos del anime, sino para todo aquel que quiera tener en su vitrina una representación de su infancia o de los personajes que le han acompañado en lo que lleve de camino vital.

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Puede que tengas una estantería llena de figuras de Dragon Ball, lo apruebo y te acompaño en el sentimiento. Pero hay que dejar hueco siempre para un Ranma, un Tanjiro, un Lupin o un Kenshin y Banpresto ha puesto esta semana a la venta la mejor opción para este último.

Recuerda que la linea Ichibansho tiene una distribución muy limitada. Tanto en Japón como fuera de Japón. Esto quiere decir que las figuras acaban desapareciendo (más temprano que tarde).

El ser humano suele arrepentirse de lo que no hace. Te dejamos con esa reflexión y con el link de la figura en la web oficial de Banpresto, por si fuera de tu interés.

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