Fusión explosiva: la figura de Gotenks que revive la locura de la saga de Majin Buu en tu vitrina

Hay personajes que definen una generación, y luego está Gotenks, el resultado de mezclar la insolencia de Trunks, la ingenuidad de Goten y la inagotable energía de la saga de Majin Buu de Dragon Ball Z. La nueva figura de Banpresto Ichibansho le rinde homenaje en una de sus escenas más recordadas de Dragon Ball Z: aquella en la que, con una sonrisa confiada, alinea a todos sus fantasmas kamikazes listos para la acción. Una escena que es puro Toriyama: exagerada, divertida, caótica… y absolutamente inolvidable.

Para entender por qué esta figura tiene tanto sentido dentro del universo Dragon Ball, hay que recordar el camino que nos llevó hasta allí. Tras la saga de los Saiyan, la historia se volvió cósmica con Freezer, el tirano que llevó el poder de Goku al límite en Namek, un arco que redefinió el concepto de épica en el anime de los 90. Luego vino Célula, el enemigo perfecto, frío y calculador, un reto que obligó a Gohan a alcanzar su mejor versión. Y después, cuando parecía que la fórmula no podía reinventarse más, llegó Majin Buu, un villano que combinaba inocencia y destrucción, humor y tragedia. Era el cierre natural de una historia que siempre supo equilibrar el drama con la risa, y donde todo podía pasar.

En ese contexto nació Gotenks. La fusión de los dos niños más traviesos del universo Z era, literalmente, un chiste hecho poder. Desde su entrada triunfal hasta sus técnicas absurdas, Gotenks condensaba el espíritu de Dragon Ball: el deseo de superarse, sí, pero también de pasarlo bien en el proceso.

Su ataque más icónico, el Super Ghost Kamikaze Attack, es una genialidad digna de Toriyama: crear pequeñas versiones fantasmales de sí mismo que explotan al mínimo contacto. Una idea tan absurda como brillante, tan infantil como poderosa. Y justo ahí es donde Banpresto decide detener el tiempo.

La figura Ichibansho de Gotenks & Ghost captura ese instante a la perfección. Gotenks aparece en su forma de Super Saiyan, con el chaleco Metamoran y el gesto desafiante que todos recordamos, mientras tres de sus fantasmas se colocan junto a él, en fila india, pasando revista antes de lanzarse contra su objetivo.

Es como si la escena estuviera a punto de cobrar vida: los fantasmas listos para el ataque y Gotenks con ese grito que esboza sonrisa en la cara. La figura mide alrededor de 13 centímetros, pero juega a hacerse grande ‘a lo ancho’, en forma de diorama y tiene un acabado impecable y un modelado que respeta cada línea del diseño original del anime.

El molde es de lo mejor que hemos visto en una figura de ese rango de precio hasta la fecha: las orejas, el interior de la boca que esculpe la dentadura y la lengua, los puños cerrados enfrentados en la espalda y el mismo detalle para los fantasmas que tiene a su lado. El color plano, tremendamente fiel al visto en el anime, deja que sea la luz del entorno la que genere las sombras y el resto de la volumetría del personaje y funciona de maravilla.

Colocar a este Gotenks en la vitrina es casi un acto de homenaje a una época en la que Dragon Ball Z era más que un anime: era una cita diaria con la emoción. En la misma colección Ichibansho hemos encontrado verdaderas joyas que nos han obligado a apretar el gatillo, desde recreaciones de portadas inolvidables, figuras basadas en ilustraciones míticas de Toriyama y alguna otra viñeta espectacular de Dragon Ball Z, pero este Gotenks nos ha ganado por tener ese punto bizarro que no esperas ver nunca en tu estantería.

Este Gotenks de Ichibansho está a la venta en la web oficial de Banpresto. De momento hay unidades disponibles, pero la Navidad está cerca y los bolsillos llenos buscarán motivos para volver a vaciarse. Una figura espectacular para aquellos fans que disfruten inmortalizando viñetas muy especiales en sus vitrinas.