Lo de AC/DC en Melbourne: un concierto de alto voltaje que hizo temblar (literalmente) los cimientos de la ciudad
Los científicos afirman que la primera fecha de 'Power Up Tour' en Australia registró un notable movimiento sísmico

Brian Johnson, de AC/DC, en concierto en Merlbourne, 12 de noviembre de 2025. / Morgan Hancock
El rock and roll está muy, pero que muy vivo. Tanto, que provoca movimientos sísmicos. Y no lo decimos nosotros, lo confirman científicos del Centro de Investigación Sismológica de Australia. Y es que la primera fecha de AC/DC en Melbourne registró anoche temblores debido al concierto de alto voltaje que ofreció la banda.
El legendario grupo de música hizo vibrar el estadio Melbourne Cricket Ground (MCG) con tal intensidad que toda la ciudad lo escuchó y, sobre todo, lo sintió. La gira Power Up Tour comenzó ayer, 12 de noviembre, su etapa por el país de oceánico con una magnitud tan descomunal que se produjeron una serie de ondas que, a su vez, se detectaron en diferentes equipos de monitoreo sísmico.
Tal y como informó el científico Adam Pascale, el show registró señales en el rango de 2 a 5 hertz en su oficina en Richmond, a unos 3 kilómetros del imponente MCG. Una observación lo suficientemente potente para que los habitantes perciban el movimiento del suelo.
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"Las ondas sonoras que la gente experimentaba cerca y sentía en su cuerpo son equivalentes a lo que nuestros sismógrafos detectan", explicó Pascale a la Australian Broadcasting Corporation. Un residente a unos 10 kilómetros del recinto dijo a la cadena de televisión que podía escuchar el concierto.
"Estamos captando el movimiento del suelo, no el sonido en el aire, por lo que se obtiene lo de los altavoces en el suelo emitiendo vibraciones que se transmiten por la tierra, pero también la multitud saltando y aportando energía al terreno", añadió el experto.
Los grandes conciertos: epicentro de sismos
Metallica, durante su concierto en el Lane Stadium de Virginia Tech, provocó un auténtico 'Metallica Quake'. Al interpretar Enter Sandman frente a aproximadamente 60.000 fans saltando al unísono, el Observatorio Sismológico de Virginia Tech registró un pequeño temblor, equivalente a un evento sísmico de magnitud inferior a 1,0 en la escala Richter. Los picos detonaron en dos ocasiones: primero con el avance de la canción y, finalmente, al llegar al coro, registrando vibraciones que superaron incluso las habituales en eventos deportivos.
En 2023, Taylor Swift también dejó su huella en los sismómetros. Durante el concierto en Seattle para su Eras Tour, los fans activaron lo que se denominó 'Swift Quake': mediciones equiparables a un terremoto de magnitud 2,3. Más tarde, en Los Ángeles y en Edimburgo, investigaciones de Caltech, UCLA y agencias irlandesas demostraron que el salto colectivo de más de 70.000 asistentes generó vibraciones armónicas detectables a kilómetros, llegando incluso a ser percibidas a 100km del estadio en Dublín. Estas sacudidas continuas produjeron un tipo de temblor prolongado, similar a los tremores volcánicos, bautizado como "concert tremor".
Travis Scott generó otro temblor masivo en agosto de 2023. Durante un show en el antiguo Circo Máximo de Roma, sus seguidores causaron lo que se conoció como 'Scott Quake': el sismo alcanzó una magnitud estimada de 1,3, tanto por sensores geofísicos como por reportes de residentes que creyeron que era un temblor real. En julio de 2024, uno de sus conciertos en Milán con 80.000 asistentes fue tan potente que activó falsas alarmas sísmicas en la ciudad.
En mayo de 2016, Bruce Springsteen fue la causa de vibraciones lo suficientemente intensas, en un estadio de Barcelona que acogió a 65.000 personas, como para que el Instituto de Ciencias de la Tierra registrara, en un sismograma, picos armónicos durante sus bises. Incluso se ha reportado que un concierto suyo anterior en Suecia produjo fisuras visibles en el estadio, lo que llevó a su cierre temporal por motivos estructurales.
Otros artistas mencionados por Guinness World Records por causar temblores incluyen a Foo Fighters en Auckland en diciembre de 2011, con un pico de vibración centrado en frecuencias bajas (~3 Hz) y más de 50 000 asistentes. También algún evento de Garth Brooks registró “un pequeño terremoto” en Tiger Stadium de LSU durante su concierto de mayo de 2022. Estas instancias confirman que la música en vivo, fusionada con multitudes entregadas, puede generar fenómenos sísmicos breves pero reales, literalmente haciendo temblar la tierra bajo nuestros pies.












