El emotivo gesto de Dani Martín con Oli, el hijo de Rulo, en su concierto: un homenaje al cielo con 'Volverá'

2/10: estos son los conciertos que ha tachado y los que le quedan a Dani Martín en el Movistar Arena de Madrid. El artista, el pasado viernes 14 de noviembre, arrancaba su gira 25 p*t*s años tras más de un año de espera. Un viaje emocional con canciones que recuerdan a El Canto del Loco y otras muchas que nos llevan a su etapa en solitario. Sin duda, una noche que nadie olvidará por muchas razones: por el setlists, por las palabras de Dani, por la capacidad para hacernos olvidar de todo lo que sucede afuera durante 2 horas y por el gesto que tuvo con el hijo de Rulo y que pocos vieron o intuyeron.

Más de 15.000 asistentes se congregaron para disfrutar de una noche de éxitos, pero ninguno de ellos imaginaba presenciar el momento más tierno de la gira, marcado por un profundo gesto de amistad y homenaje. Fue concretamente en la segunda canción del repertorio que ha creado para esta gira, Volverá.

Dani interrumpió la canción con una sorpresa que detuvo el tiempo para muchos: subió al pequeño Oliver Gutiérrez Amaro, Oli, hijo de su gran amigo Raúl Gutiérrez 'Rulo'. El niño de 8 años, que apareció tocando la guitarra eléctrica desde lo alto de un bafle, deslumbró con un solo y proclamó su soltura al cantar el estribillo juntos.

"No te oigo", bromeó Dani para arrancar una sonrisa al pequeño Oli, mientras él lo daba todo con su guitarra. "Un fuerte aplauso al señor Oliver Gutiérrez Amaro", dijo mientras el pequeño se subía sobre un altavoz al igual que Dani. "Palmas para Oli", reclamó el vocalista, visiblemente emocionado.

Un gesto con una historia detrás que pocos conocen

Este acto no fue casual. En junio de 2025, la familia de Rulo sufrió una pérdida devastadora: su hijo Andy, de 3 años y ahijado de Dani Martín, falleció tras un breve periodo de enfermedad. Fue la propia madre, María Amaro, quien compartió el suceso con el mundo: "Durante este último mes se tejió una red de amor a nuestro alrededor".

Para Rulo, aquel dolor se transformó en una declaración de amor hacia la música. En agosto, en el Sonorama, dedicó Heridas del Rock & Roll a Andy: "Recibí la peor llamada de mi vida… no nos hemos quedado en casa. Hemos salido a celebrar la vida".

De ahí que lo de Oli no fuera solo un gesto de ternura, sino también de amor que intenta iluminar el recuerdo de Andy. Un mensaje claro: la música cura, la amistad protege, y la vida sigue con nuevos protagonistas. La gira de Dani Martín no solo celebra un cuarto de trayecto. También deja un legado de humanidad y de memoria.