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Nueva alerta medioambiental en el Mar Menor: contaminación por metilmercurio

Se trata de la forma más peligrosa de este metal, y podría agravar aún más la delicada situación del ecosistema.

Embarcaciones abandonadas en el Mar Menor. / Siro Rodenas Cortes

El Mar Menor vuelve a situarse en el centro de la preocupación medioambiental. Esta laguna salada, única en Europa por su valor ecológico, acumula décadas de presión humana: desde los vertidos agrícolas procedentes del Campo de Cartagena, que durante años aportaron toneladas de nitratos, hasta los episodios de eutrofización que tiñeron sus aguas de verde y asfixiaron su fauna. En 2016 y 2021, el ecosistema tocó fondo con mortandades masivas de peces que evidenciaron la falta de oxígeno y el colapso de la laguna. A todo ello se suman la urbanización descontrolada, la pérdida de vegetación natural y la degradación continua de sus sedimentos.

En este contexto ya delicado, un nuevo estudio científico añade otra pieza al rompecabezas: la presencia de metilmercurio, la forma más tóxica del mercurio. Investigadores del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) han identificado una fuente de contaminación hasta ahora ignorada: una descarga subterránea de agua que introduce el metal directamente en el Mar Menor y, además, crea las condiciones perfectas para que se transforme en su variante más peligrosa.

Vista aérea de La Manga del Mar Menor, en la Región de Murcia. / Dronie-Spain

El hallazgo, publicado en la revista científica 'Environmental Science & Technology', revela que esta vía aporta alrededor de un kilo de mercurio al año, una cantidad equivalente a la que llega desde la atmósfera y hasta 70 veces superior a la aportada por el río Albujón. Aunque a primera vista pueda parecer pequeña, la cifra es significativa por el efecto que desencadena: este flujo subterráneo transporta mercurio “heredado”, acumulado durante décadas en los sedimentos como consecuencia de la minería y de la actividad agrícola de la zona. Ahora, ese contaminante vuelve a liberarse y se reactiva bajo nuevas condiciones ambientales.

El riesgo para los peces

Lo más preocupante no es solo la cantidad de mercurio que llega a la laguna, sino su transformación en metilmercurio, un compuesto capaz de acumularse en peces y organismos marinos. Este proceso convierte un contaminante inerte en un serio riesgo potencial para la cadena alimentaria. Los científicos subrayan que los niveles actuales no representan una amenaza inmediata, pero sí llaman a la cautela: el aumento de la temperatura del agua y la falta de oxígeno, dos fenómenos impulsados por el cambio climático, aceleran la formación de esta sustancia tóxica.

La situación exige vigilancia continua y medidas preventivas que eviten que el problema crezca

El estudio advierte de que, si estas condiciones persisten, podría incrementarse la presencia de metilmercurio en la fauna del Mar Menor. Esto no solo afecta a la salud del ecosistema, sino también a la pesca local y a quienes consumen productos de la laguna. Aunque no existe todavía un riesgo directo para la población, la situación exige vigilancia continua y medidas preventivas que eviten que el problema crezca en los próximos años.

Los investigadores recuerdan, además, que este fenómeno no es exclusivo del Mar Menor. Muchas lagunas costeras del Mediterráneo, así como de otras regiones del mundo, comparten características similares: aguas poco profundas, conexión limitada con el mar y una larga historia de acumulación de contaminantes. El caso murciano podría ser, por tanto, un aviso de lo que puede ocurrir en otros ecosistemas si no se adoptan estrategias de gestión adecuadas.

El hallazgo añade una preocupación más a un espacio que ya se encuentra al límite. La nueva amenaza refuerza la necesidad de acometer una restauración integral del Mar Menor, basada en la reducción de presión humana, la recuperación de hábitats y la vigilancia científica continuada. En una laguna que ya ha demostrado su vulnerabilidad, cualquier contaminante adicional puede marcar la diferencia entre la recuperación y un retroceso que podría ser irremediable.