Razer Kishi v3 Pro: El accesorio que convierte tu móvil en una videoconsola portátil

Lo primero que transmite el Razer Kishi v3 Pro al sacarlo de la caja es que el precio tiene una explicación. La construcción es muy sólida, con un puente extensible robusto y un acabado mate que recuerda a los mandos “serios” de sobremesa. Un mando de gama alta, con un diseño cómodo incluso para sesiones largas. La diferencia aquí es que el mando no es para tu consola, es para convertir tu teléfono móvil en una máquina imparable de entretenimiento.

Los gatillos y botones usan mecanismos meca-táctiles y disparadores Hall Effect, lo que se traduce en pulsaciones precisas, buen recorrido y, en teoría, cero problemas de drift en los sticks. Tienes:

• Sticks analógicos de tamaño completo con clic (L3/R3) y caps intercambiables.
• Cruceta flotante de 8 direcciones. (con un ‘click’ tremendamente satisfactorio)
• Botones ABXY meca-táctiles muy parecidos a los de un pad de consola.
• Gatillos analógicos L2/R2 y bumpers L1/L4/R1/R4.
• Dos botones traseros adicionales (M1/M2) tipo “palanca”, reales y útiles, no un adorno.

En mano, la sensación es de mando completo, no de accesorio de móvil. El agarre es generoso y eso se agradece si vienes de jugar en Switch, donde notas que la artritis se cuece minuto a minuto.

También incluye puerto USB-C 'passthrough' para usar de cargador mientras juegas y un jack de 3,5 mm para auriculares.

El KISHI v3 PRO viene presentado de forma impecable. Como uno de esos maletines que aparecen en las películas que suelen llevar dentro un rifle francotirador o similar. El kit incluye gomas para acomodar teléfonos Apple, Android o un iPad Mini. Si vas a usar tu teléfono dentro de una funda o carcasa no tienes que utilizar las gomas de contacto.

Montaje con el OnePlus 15: consola Frankenstein… pero funciona

En mi caso he tenido la suerte de probar este accesorio con un OnePlus 15, un móvil de última generación y uno de los más potentes del mercado que, unido al Razer Kishi v3 Pro, sientes como una especie de “Switch 2 con Android”. Tiras del puente telescópico, conectas el USB-C al teléfono, el sistema se retrae y lo deja bien fijado. No hay holguras ni crujidos raros. Parece que tienes una consola en las manos.

La potencia del Snapdragon de OnePlus 15 asegura una tasa de refresco alta y estable en cualquier juego de la Play Store, en una de las pantallas más luminosas del mercado y con el Razer Kishi v3 Pro tengo control físico completo con latencia mínima al ir por USB-C, sin depender de Bluetooth.

A nivel de ergonomía, el peso se reparte mejor que en muchos grips de plástico baratos: no da la sensación de que todo el peso esté en la parte superior del teléfono. Eso sí, no es un “bolsillero”; hay que tener espacio en la mochila para llevarlo contigo.

Experiencia en juego: deja de pelearte con la pantalla

En títulos como Asphalt o Diablo Immortal la experiencia es literalmente plug-and-play: conectas, arrancas el juego y los controles se mapean de forma natural. Los sticks responden con precisión, los botones funcionan y el juego te dice cuales tienes que tocar para cada función. La sensación es la de estar usando un mando de consola normal, con vibración háptica incluida.

Hay otros juegos que no detectan el mando igual de bien. No es una cuestión de que no funcione, es una cuestión de que piden algo más de configuración o, simplemente, bloquean los mandos externos por alguna razón.

Genshin Impact, por ejemplo, no reconoce los controles de forma directa. Aquí entra en juego el llamado Virtual Controller Mode de la app Razer Nexus, que permite mapear manualmente los botones del Kishi sobre las zonas táctiles de la pantalla en juegos que solo admiten controles táctiles. Una función fundamental para que casi cualquier juego de la Play Store pueda jugarse con este Kishi.

La función es potentísima… pero también algo escondida y poco intuitiva la primera vez. Me costó un rato entender que tenía que:

1. Abrir el juego desde Nexus.
2. Activar el modo de mapeo táctil.
3. Arrastrar los iconos de stick y botones sobre los controles dibujados por el juego en pantalla.

De esa forma, cuando tocas un botón del mando, estás tocando uno de los botones digitales del juego. Tú eliges qué función tiene cada botón. Una vez hecho, la cosa va fina y se queda guardado para futuras partidas. No negaré que habría agradecido algún tutorial más instructivo. Para el usuario medio, encontrar y configurar esto puede ser una barrera innecesaria.

La pequeña espina que queda clavada (sobretodo para el fan de los shooters en formato TATE que hay en mí) es la imposibilidad de jugar en vertical con el móvil montado en el Razer Kishi v3 Pro. La forma del puente y el conector USB-C están pensados para el juego horizontal, punto.

¿Es un drama? No. La mayoría de títulos “serios” (ARPGs, Shooters, plataformas, emuladores, servicios cloud) se juegan en horizontal. Pero si disfrutas de juegos arcade, indies o algunos puzzlers diseñados en vertical, no hay forma cómoda de aprovechar el mando ahí. Es una limitación más anecdótica que crítica, pero está.

Veredicto

El veredicto es simple. Siempre he sido de esos que utilizan la consola para jugar, el ordenador para trabajar y el móvil como dispositivo de comunicación y multimedia para el resto del tiempo. No consideraba el juego en mi teléfono móvil como una opción. No al menos para juegos “serios”. Este Razer Kishi v3 Pro hace que quiera replantear esa ecuación. Con un dispositivo así, sí tiene sentido jugar en un teléfono móvil. Si te haces con un móvil de gama media/alta o alta, la inversión en este accesorio tiene todo el sentido del mundo. No te imaginas cuánto jugo vas a sacar hasta que lo pruebas.