Poco F8 Pro: el gama alta que casi lo tiene todo sin romper tu presupuesto
Batería enorme, gran pantalla, cámaras sólidas y algún que otro recorte bien escogido para seguir siendo “asequible”.
POCO F8 PRO / Luis J. Merino
El Poco F8 Pro es exactamente ese tipo de móvil que llevaba tiempo echando en falta: un gama alta “asequible” que no intenta disfrazarse de algo que no es, pero que se acerca peligrosamente a lo mejor del mercado… sin llevarse por delante tu cuenta bancaria.
Durante las semanas que lo he tenido conmigo he tenido muy clara la sensación de estar usando un flagship, solo que con algunos compromisos muy bien escogidos. Es, en el buen sentido, un móvil muy honesto.
Diseño: sigue la moda… y acierta
En mano, el F8 Pro entra por los ojos y por las manos, con un tamaño perfecto; algo más pequeño que el estándar flagship de los tiempos que corren. Sigue siendo un móvil grande, pero mucho más manejable.
Por lo demás, Poco ha seguido la tendencia del momento: bordes planos al estilo Apple, módulo de cámaras trasero con esquema de “encimera” y un acabado que juega entre el cristal opaco y el tacto suave, casi sedoso. No es un diseño arriesgado ni especialmente reconocible, pero funciona desde el primer minuto: se ve moderno, se siente sólido y no da en ningún momento sensación de “gama media con aires de grandeza”.
El cuerpo cuenta con protección IP68, un pequeño gran detalle que por fin normaliza en la serie F algo que antes estaba reservado a móviles bastante más caros. En el día a día eso se traduce en que te preocupas menos: salpicaduras, lluvia, algún susto tonto junto al fregadero… y el móvil ni se inmuta.
POCO F8 PRO / Luis J. Merino
El punto menos glamuroso está en los marcos de la pantalla: son un pelín más gruesos que en los ‘supergama’ alta de precio astronómico. No molestan —ni mucho menos—, pero cuando vienes de un tope de gama de 1.000 € o más, los ojos lo notan. Es uno de esos recortes que le recuerdan al usuario más quisquilloso que aquí se ha ahorrado dinero por algún lado.
Pantalla: luce a nivel flagship, aunque se le ve el truco
La pantalla es uno de los grandes motivos por los que apetece usar el F8 Pro. Hablamos de un panel POCO HyperRGB AMOLED de 6,59 pulgadas, con resolución 1.5K (2510 × 1156), tasa de refresco de 120 Hz y un brillo máximo que llega a los 3.500 nits según cifras oficiales. Sobre el papel suena bien; en la práctica, mejor.
En exteriores aguanta el tipo sin despeinarse, incluso en pleno sol. Los colores vienen algo vivos de fábrica, al estilo clásico de Xiaomi/Poco, pero se puede ajustar el perfil hasta dejarlo en un punto bastante equilibrado, más cercano a lo que verías en un panel de referencia que en un modo “tienda”. La fluidez de los 120 Hz se nota en todo: desde el scroll básico hasta juegos, pasando por animaciones del sistema, la sensación es de suavidad total.
El único “pero” visual son esos marcos algo más gruesos. No arruinan la experiencia, ni mucho menos, pero es el elemento que separa esta pantalla de las de un Ultra de más de 1.000 €.
Rendimiento y software: potencia sobrada, capa que sigue siendo “muy Poco”
Por dentro, el F8 Pro monta el Snapdragon 8 Elite, acompañado de memoria LPDDR5X (12Gb) y almacenamiento UFS 4.1 (256 o 512 Gb). Traducido a la vida real: no hay nada que se le atragante. Apps pesadas, multitarea agresiva, juegos exigentes… todo se mueve con una soltura que recuerda mucho a los buques insignia más caros.
En partidas largas, el móvil mantiene muy bien el tipo. El sistema de refrigeración IceLoop de triple capa ayuda a que el calor se distribuya mejor y, sobre todo, a que no se concentre justo donde apoyas los dedos.
La parte menos glamourosa, como suele pasar en la casa, es el software. HyperOS 3 sobre Android 16 llega cargado de ajustes, funciones extra, juegos, apps y también de más bloatware del que me gustaría. Hay apps duplicadas, juegos que no quieres probar y servicios que muy probablemente no usarás nunca. Con unos minutos de limpieza inicial desinstalando y desactivando todo lo que sobra, la experiencia mejora muchísimo, pero hay que dedicarle ese ratito.
POCO F8 PRO
Lo bueno es que, una vez domado, el sistema corre como un tiro. Animaciones rápidas, multitarea muy bien resuelta y la sensación de que el hardware tiene margen de sobra para aguantar varios años sin despeinarse.
Cámaras: una principal para confiar, un zoom que engancha y un ultra gran angular “cumplidor”
El F8 Pro llega con un sistema de triple cámara trasera: principal de 50 MP con sensor Light Fusion 800 y OIS, teleobjetivo también de 50 MP con equivalente a 60 mm (2,5x) y un ultra gran angular de 8 MP. Delante, una cámara de 20 MP.
La cámara principal es muy, muy buena. Durante estas semanas ha tenido un comportamiento casi impecable: enfoca rápido, clava el punto de nitidez y aguanta situaciones de luz complicada con una solvencia que no esperaba en un móvil de este rango de precio. Las fotos salen con mucho detalle, un HDR que sabe salvar cielos sin quemarlos y sombras sin convertirlo todo en un cuadro plano, y un procesado que tiende al lado “agradable” más que al hiperrealismo clínico.
La cámara principal es todoterreno. Rara vez te fallará. / Luis J. Merino
De noche, o con poca luz, el sensor grande y el OIS se notan: el móvil mantiene velocidades de disparo razonables y, salvo que la escena sea muy complicada, las fotos salen limpias y sin necesidad de apoyarte. Aquí sí se aprecia ese salto generacional respecto a la típica “cámara buena pero de gama media” que hemos visto mil veces.
Una cámara principal todoterreno. / Luis J. Merino
El teleobjetivo de 50 MP es una de las sorpresas agradables. Esa focal de 60 mm le viene de maravilla para retrato: comprime un poco la escena, separa bien al sujeto del fondo y evita las deformaciones de los grandes angulares. En buena luz ofrece resultados cercanos a lo que podría firmar un gama alta 'de verdad'.
POCO F8 PRO / Luis J. Merino
El teleobjetivo, si la luz lo permite, funciona muy bien. / Luis J. Merino
En condiciones de poca luz, sin embargo, se le ven las costuras: el ruido empieza a aparecer antes, la nitidez cae considerablemente y el procesado tiene que trabajar más de la cuenta para salvar la escena.
POCO F8 PRO / Luis J. Merino
El ultra gran angular es, directamente, el sensor menos “emocionante” del conjunto y siempre el menos interesante para mi. Cumple: te saca del apuro cuando necesitas más campo de visión, mantiene el color razonablemente alineado con la cámara principal y, con buena luz, las fotos son utilizables.
Cuando la luz lo permite, el teleobjetivo funciona muy bien. / Luis J. Merino
El ultra-angular es correcto. Sin más. / Luis J. Merino
En vídeo, el F8 Pro está a un nivel muy digno: 8K hasta 30 fps y 4K hasta 60 fps, con buena estabilización y un enfoque que rara vez se pierde. No es el rey absoluto del vídeo móvil, pero sí un dispositivo en el que confiar si grabas mucho contenido para redes o viajes.
La cámara delantera, con 20 MP, mantiene el tipo sin complicarse: selfies detallados, buen rango dinámico si la luz acompaña y un desenfoque en modo retrato que, sin ser perfecto, queda bastante convincente.
En conjunto, tenemos una cámara principal muy solvente, un teleobjetivo que marca diferencias en este rango de precio y un ultra gran angular correcto. Justo lo que se le pedía a Poco después de años de quedarse a medio gas en fotografía.
Batería y carga: el F8 Pro vive pegado a ti, no al enchufe
Uno de los titulares del F8 Pro es su batería: 6.210 mAh con carga rápida de 100 W y carga inversa de 22,5 W. En la práctica, esa cifra por encima de los 6.000 mAh, unida al chip en 3 nm y a la eficiencia del panel, se nota muchísimo.
Con un uso no abusivo —redes, algo de foto, algo de vídeo, navegación, mensajería— he llegado de forma muy consistente a los dos días completos lejos del cargador. El primer día termina sobrado, el segundo se mueve en ese margen cómodo del 20–30 % al final de la jornada. Si aprietas con juegos y cámara, lo más lógico es que te quedes en un día y pico, pero incluso así sigue siendo un terminal que da bastante más autonomía que la media de su segmento.
Cuando toca enchufarlo, la carga de 100 W hace lo suyo: en poco más de media hora pasas de un porcentaje bajo a algo plenamente utilizable. El cargador, eso sí, no viene en la caja (algo que ya teníamo claro) y que todas las compañías siguen normalizando como práctica habitual.
Sonido: Bose pone el apellido, Poco pone el volumen
El sonido es otro de los puntos en los que Poco ha querido marcar diferencia. El F8 Pro monta un sistema estéreo simétrico, afinado por Bose, con los ya famosos perfiles “Dynamic” y “Balanced” que la marca promociona en este lanzamiento.
En el día a día, la experiencia es muy buena. El volumen es alto, perfectamente comparable en pegada a otros gama alta como el OnePlus 15, y el escenario estéreo se nota mucho con música o cuando ves series o juegas en horizontal: el sonido se abre y da esa sensación de “pantallita-cine” tan agradecida en un móvil. En cuanto al carácter, lo que yo percibo es un perfil algo “medio”: las voces están muy presentes, los diálogos se entienden de maravilla y los agudos no se descontrolan, pero el grave, aun podría ser más potente.
Sabiendo que el F8 Ultra añade un tercer altavoz a modo de subwoofer dedicado, es lógico pensar que el hermano mayor ofrezca un extra de cuerpo en graves. Aun así, en el F8 Pro ya estamos claramente por encima de lo que suele verse en este tramo de precio: no hace falta tirar de auriculares para disfrutar una peli rápida o algo de música en casa.
POCO F8 PRO
Conclusiones: un gama alta “sin tonterías” que sabe dónde recortar
Después de convivir con el Poco F8 Pro, me quedo con la idea de que es un móvil que entiende muy bien a qué juega. No intenta ser el más fino, ni el más “premium”, ni el que tiene la ficha técnica más llamativa en todos los apartados. En lugar de eso, elige muy bien sus batallas y se asegura de cumplir.
Te da un rendimiento de auténtico flagship, una batería gigantesca que permite olvidarte del cargador durante dos días si no eres especialmente destructor, una pantalla muy buena (con el compromiso de los marcos algo más visibles), un sistema de cámaras en el que por fin el teleobjetivo tiene protagonismo y una experiencia de sonido que, con la ayuda de Bose, se coloca claramente por encima de la media.
A cambio, aceptas una capa de software cargada de cosas que probablemente tendrás que podar, unos marcos menos finos que en los móviles de 1.200 € y un ultra gran angular que cumple sin brillar. Pero cuando miras el precio, la balanza se decanta muy fuerte a su favor.
POCO lanza el F8 Pro por 519,99 euros (con un precio original de 649,99) y ofrece un cupón de descuento adicional que todavía baja el precio del teléfono a poco pasados los 400 euros.
Si buscas un gama alta a precio asequible, en el sentido más literal de la palabra, uno de esos teléfonos con los que te llevas un 90 % de la experiencia de un tope de gama pagando bastante menos, el Poco F8 Pro encaja perfectamente en esa definición.
Luis J. Merino
Técnico de sonido, melómano y amante de los dos...Técnico de sonido, melómano y amante de los dos pilares fundamentales del entretenimiento: cómic y videojuegos. Escribiendo sobre ello desde los 19 años, he pasado por medios como Guía del Ocio, Game40, Elpais.com y ahora en Los40.com, donde sigo haciéndolo con el mismo gusto y pasión que el primer día.