Veinte años de ‘Oral fixation vol. 2’: cuando Shakira pasó de estrella latina a icono global
Fue el primer álbum grabado íntegramente en inglés por la artista colombiana

Shakira, en noviembre de 2005. / Dimitrios Kambouris
El 27 de noviembre de 2005, Shakira publicó Oral fixation vol. 2, un álbum que, dos décadas después, se recuerda como el trabajo con el que terminó de convertirse en una superestrella mundial. Era su primer disco íntegramente en inglés, y aunque llegó acompañado de expectativas enormes, también atravesó un camino peculiar: un debut tibio, un single que no terminó de despegar y, finalmente, un relanzamiento que lo cambió todo gracias a una de las canciones más reconocibles del pop del siglo XXI.
Antes de llegar a Oral fixation vol. 2, Shakira vivía un momento crucial. Llevaba más de diez años triunfando en el ámbito latino y era una artista consagrada en español gracias a álbumes como Pies descalzos (1995), ¿Dónde están los ladrones? (1998) y Servicio de lavandería (2001), que ya había incluido varios temas en inglés. Su voz, su estética, su forma de escribir y su mezcla de pop, rock y ritmos latinos la habían convertido en una figura global… aunque aún con un pie en cada mercado. Para el público hispanohablante era una referencia absoluta; para el anglosajón, una promesa en expansión.
A comienzos de los 2000, la industria discográfica buscaba una gran estrella latina que conquistara definitivamente el mercado estadounidense. Jennifer Lopez lo había logrado desde el cine y el pop urbano; Ricky Martin había arrasado con “Livin' la vida loca”. Y Shakira, con talento, personalidad y un sello creativo inconfundible, era la candidata natural para dar el siguiente salto. Ella fue la primera en entenderlo. Por esa razón decidió hacer un álbum completamente en inglés, no como concesión comercial —de hecho, nunca lo planteó así en entrevistas—, sino como un paso lógico para expandir su creatividad y llegar al público más amplio posible.
LOS40 Classic
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El experimento empezó con el single “Don't bother”. Era un tema pop-rock, directo, contundente y con un espíritu que recordaba a la Shakira eléctrica de finales de los noventa. A nivel artístico funcionaba: buena producción, una interpretación impecable y un videoclip ambicioso. Pero comercialmente no terminó de explotar. En Estados Unidos se quedó a medio camino en las listas, en Europa tuvo un recibimiento discreto y la sensación general fue que el álbum necesitaba otro impulso para conectar con el público masivo. Y entonces llegó la jugada que lo cambió todo.

En 2006 se lanzó una reedición del álbum, retitulada Oral fixation vol. 2 (deluxe edition), que incluía “Hips don't lie”, la colaboración de Shakira con Wyclef Jean que se convirtió en un fenómeno mundial instantáneo. La canción tenía todo para ser un éxito: una base irresistible, trompetas memorables, un ritmo latino pop que sonaba fresco y, sobre todo, una interpretación de Shakira en plena forma. Aquella mezcla de carisma, baile y gancho melódico era imbatible. De repente, el álbum cobró una vida nueva.
“Hips don't lie” llegó al número 1 en Estados Unidos, al número 1 en España, al número 1 en más de 20 países y se convirtió en la canción más vendida a nivel global en 2006. Su actuación con Wyclef en la final del Mundial de Alemania terminó de sellar la magnitud del éxito. Y el álbum, que había empezado con un rendimiento moderado, se transformó en un triunfo internacional gracias a un single que todavía hoy resuena en cualquier fiesta, lista o playlist del planeta.
Más allá del impacto de ese tema, Oral fixation vol. 2 tiene un mérito adicional: fue la confirmación definitiva de Shakira como artista global. No una artista latina que canta en inglés, sino una figura universal capaz de moverse entre lenguajes, géneros y estilos sin perder identidad. El disco mezclaba pop, rock, electrónica ligera y elementos latinos con naturalidad, y reforzaba la imagen de Shakira como compositora que controla cada fase de su obra.
En términos comerciales, el álbum terminó vendiendo más de 8 millones de copias en todo el mundo entre sus distintas ediciones. Fue platino en Estados Unidos, triple platino en España y obtuvo certificaciones en gran parte de Europa y Latinoamérica. Lo más significativo, sin embargo, fue su papel en el mapa del pop internacional: con Oral fixation vol. 2, Shakira pasó de ser una estrella latina enorme a una de las voces femeninas más importantes del mainstream global.
Fue arriesgado, irregular en su lanzamiento inicial, sorprendente en su relanzamiento, pero al final completamente decisivo. A partir de él, Shakira dejó de moverse entre dos mundos para convertirse en un puente entre ambos. Y pocos artistas han sabido bailar —en todos los sentidos— en ese equilibrio con el mismo talento, instinto y personalidad.












