Muere el entrenador e influencer ruso, Dmitry Nyanzin, mientras intentaba ganar peso para luego poner en marca su método de adelgazamiento
Reabre el debate sobre la regulación de desafíos que comprometen la salud

Dmitry Nyanzin, entrenador ruso con su propio método de adelgazamiento. / @dmitryfit / Instagram
Hay retos extremos que pueden llegar a costar la vida, muchos de ellos relacionados con la comida, y parece que muchos influencers no lo tienen en cuenta a la hora de plantear su creación de contenidos. Al entrenador Dmitry Nyanzin, el suyo, le ha costado la vida. Con 30 años ha muerto a causa del desafío que estaba llevando a cabo de aumento de peso.
El creador de contenido se había propuesto engordar 25 kilos y su método era ingerir 10.000 calorías diarias. Su objetivo era ganar ese peso para luego perderlo y atraer a clientes a su programa de adelgazamiento basado en un método de creación propia. Se había puesto como ejemplo, quería engordar para luego adelgazar y demostrar que su método para perder peso era efectivo.
En sus redes había demostrado que era un joven lleno de energía y disciplina, capaz de conseguir sus retos. Pero este le ha costado la vida.
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El desafío de Dmitry Nyanzin que le ha costado la vida
En estas últimas semanas ha ido documentando su transformación con vídeos en los que veíamos cómo desayunaba bollería industrial sin límite o comía dumplings cubiertos de mayonesa para luego cenar hamburguesas y pizzas.
Consiguió ganar casi 13 kilos en apenas un mes y llegó a superar los 100 kilos hace tan solo unos días. Pero lo que no tuvo en cuenta es que someter al cuerpo a un estrés físico brutal puede pasar factura.
A medida que avanzaba el reto, Nuyanzin empezó a mostrar síntomas de malestar. Dejó de entrenar y dejó caer que iba a consultar con un médico. Pero fue demasiado tarde. Una noche se acostó y ya no volvió a levantarse. Todo apunta a que sufrió un paro cardíaco a causa de esa ingesta extrema de alimentos poco saludables y un aumento de peso tan rápido.
Se había formado en la Escuela de Reserva Olímpica de Orenburg y en la Universidad Nacional de Fitness de San Petersburgo, pero todo su conocimiento no sirvió de mucho cuando decidió anteponer la creación de contenido a su propia salud.
Su desafío, al que invitaba a todo el mundo a participar, consistía en darle 110 euros a toda persona que pesara 100 kilos y antes de Año Nuevo lograra adelgazar un 10% de su peso corporal siguiendo su método. Para acompañar a sus seguidores en este desafío, decidió engordar para poder adelgazar junto a ellos. Pero esa ingesta extrema de calorías no la soportó su corazón.
Su fallecimiento ha reabierto el debate sobre la regulación de este tipo de desafíos que conllevan un riesgo para la salud.














