Despistaos llenan Vistalegre con una noche cargada de nostalgia, emoción y grandes clásicos

Despistaos hicieron historia este 29 de noviembre con un concierto en Vistalegre que reunió a varias generaciones en un mismo recinto. Puntuales —a las 21:00 exactas— arrancaron un show dividido en bloques que repasaban su trayectoria, demostrando por qué siguen siendo una de las bandas más queridas del pop-rock español.

Las pantallas del recinto no solo acompañaban con imágenes y letras de sus himnos, sino que mostraban a un público donde convivían padres, hijos, grupos de amigos y fans de todas las edades. Una fotografía perfecta de lo que significa Despistaos en 2025: una banda transversal, heredada y compartida.

Mi mejor momento, Un miércoles cualquiera o Ruido fueron algunos de los primeros temas en desatar el coro colectivo, con prácticamente todo el recinto levantando una cerveza y sumándose al ambiente festivo que se respiraba desde el arranque.

Uno de los elementos más llamativos del directo fue el ritmo vertiginoso de cambios de guitarra, casi canción por canción. No faltaron los efectos: fuego, humo y proyecciones que acompañaron piezas míticas como Lo que hemos vivido, con un guiño al universo Pignoise que levantó a la grada.

En un momento del concierto, la banda lanzó una frase que no tardó en convertirse en uno de los más comentados de la noche: “Queremos que hagáis tanto ruido que los que están viendo a Dani Martín se enteren", jalearon.

Y Vistalegre respondió a la altura.

Con Kansas City, la atmósfera cambió por completo: flashes encendidos convirtieron el recinto en un cielo estrellado improvisado. Fue uno de los momentos más emotivos de la noche, con la banda y el público completamente sincronizados.

Minutos después, un sofá rojo apareció en el escenario recreando una habitación, preparando el terreno para una confesión personal. Krespo dedicó Un beso y nada más a su hija Ainhoa, provocando una de las ovaciones más cálidas del concierto.

Antes de Gracias, la banda hizo una dedicatoria especial: “Esta canción es para toda la gente que ha hecho posible que esto salga adelante".

El tramo final tiñó Vistalegre de color rosa, con iluminación, visuales y una guitarra a juego para cerrar el último bloque. Una explosión de confeti marcó el ecuador del concierto, pero el cierre fue todavía más potente: Nunca la primera, Mi accidente preferido, Cada dos minutos, con Kutxi y Rulo (que aparecieron en el escenario para cantarla por primera vez juntos). Y Estoy aquí para despedir una noche que el público tardará en olvidar.

Con un repertorio que incluyó himnos como 137 horas, Por volver a verte, El silencio, Física o química (con Walls, Enol y Hens sobre el escenario) o Estrella, Despistaos firmaron un concierto pensado para emocionar, recordar y celebrar.

Un directo sólido, lleno de energía y sentimiento, que demostró que su música sigue conectando con miles de personas y que su historia, lejos de cerrar etapas, continúa creciendo.