Marvel Cosmic Invasion: el beat’em up que hace justicia a los héroes que más quieres y te hace volver a los 90

En los últimos años el beat’em up ha vivido un pequeño renacer gracias a títulos como Streets of Rage 4, Teenage Mutant Ninja Turtles: Shredder’s Revenge, River City Girls o el regreso de Scott Pilgrim vs. The World: The Game. Marvel Cosmic Invasion llega con una promesa muy clara: aplicar esa nueva edad de oro del “yo contra el barrio” a uno de los universos de superhéroes más reconocibles del planeta.

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El resultado es un juego vibrante, espectacular y tremendamente respetuoso con el material original, que brilla en cooperativo y en lo visual, pero que se queda a un par de decisiones de diseño de codearse sin complejos con los grandes referentes del género.

Un cómic de los 90 hecho videojuego

Marvel Cosmic Invasion adapta libremente el evento cósmico “Annihilation”. Annihilus escapa de la Zona Negativa con un enjambre de criaturas insectoides y desata una invasión a escala galáctica. A partir de ahí, el juego nos pasea por emplazamientos tan reconocibles como Nueva York, el Helicarrier de S.H.I.E.L.D., Wakanda, Asgard o la propia Zona Negativa, con una excusa narrativa sencilla pero efectiva: avanzar a golpes hasta el siguiente boss.

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La historia nunca pretende competir con las grandes sagas del cómic; funciona más como “pegamento” entre fases y, sobre todo, como marco para justificar encuentros imposibles entre héroes que rara vez comparten viñeta. Hay pullas, chistes y muchas dinámicas de grupo muy en la línea del tono Marvel moderno.

Visualmente, eso sí, hay poco debate: el juego es una delicia. El pixel art es rico en detalles, las animaciones tienen mucha personalidad y cada escenario está salpicado de referencias que harán sonreír a cualquier lector habitual de la casa de las ideas. Si Shredder’s Revenge es una carta de amor a la serie animada de las Tortugas Ninja, Marvel Cosmic Invasion lo es a toda una época de cómic y dibujos noventeros de Marvel.

Un plantel que mira al espacio… y más allá

Uno de los grandes reclamos del juego es su plantel de héroes jugables. Ofrece quince personajes (algunos desbloqueables), combinando pesos pesados de la marca —Spider-Man, Capitán América, Iron Man, Wolverine, Storm, Black Panther, Venom— con perfiles más asociados al rincón cósmico, como Nova, Silver Surfer, o Cosmic Ghost Rider, además de figuras tan particulares como Rocket o She-Hulk.

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La buena noticia es que no tienen nada que ver entre ellos. Cada héroe tiene un moveset propio bien alineado con sus poderes: todos tienen golpes cortos y golpes de más largo alcance, pero el escudo del Capi se comporta como esperas, Spider-Man abusa de alcance y control con telarañas y hay personajes que pueden volar como IronMan. No alcanza el nivel de profundidad de un juego de lucha (ni falta que hace), pero se agradece que cambiar de personaje implique realmente un cambio con el mando en las manos.

A esto se suma un detalle muy agradecido para fans: muchas combinaciones de héroes desbloquean líneas de diálogo únicas durante los combates y asistencias. No es sólo un reclamo de marketing; el juego se preocupa por que te apetezca probar dúos raros “por ver qué se dicen”.

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El gran acierto: el sistema de tag-team

Si Streets of Rage 4 recuperaba el feeling clásico con precisión casi quirúrgica, y Shredder’s Revenge apostaba por la fluidez y los combos largos, Marvel Cosmic Invasion busca su propia seña de identidad con un sistema de tag-team que recuerda más a juegos de lucha como Marvel vs. Capcom que a los beat’em up de siempre.

Antes de cada fase eliges dos héroes. Puedes cambiar entre ellos casi en cualquier momento y, además, llamar al compañero para que realice asistencias contextuales. Esto se traduce en varias capas jugables muy interesantes que permiten, por ejemplo, extender combos cambiando de personaje a media cadena o rematando con una asistencia o cubrir rangos y alturas, combinando por ejemplo a un personaje volador con otro centrado en el cuerpo a cuerpo.

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La clave es que el tag no es sólo una mecánica estética: bien aprovechado, define cómo abordas las oleadas. Es el elemento que diferencia de verdad a Marvel Cosmic Invasion de otros beat’em up recientes.

En términos de pura sensación de impacto, el juego cumple: los golpes son contundentes, el ritmo de las oleadas mantiene la atención y los jefes, sin ser todos igual de memorables, sí exigen algo de lectura de patrones. La banda sonora y los efectos, sin embargo, se quedan un paso por detrás del sobresaliente trabajo visual: acompañan, pero rara vez se quedan grabados en la memoria como sí lo hacen las composiciones de Streets of Rage 4 o el pegadizo tono de Shredder’s Revenge.

Progresión: mucha diversión, poco crecimiento

Marvel Cosmic Invasion incorpora una progresión más discreta. Los héroes suben de nivel, ganan algo de vida, mejoras estadísticas y ciertas pasivas, pero el moveset permanece prácticamente igual desde el primer minuto. Subir de nivel te hace más eficiente, sí, pero no te abre formas nuevas de expresarte en combate. Y eso, en un género donde repetir fases es casi obligado por diseño, pesa un poco.

La campaña principal puede completarse en unas cuatro horas si vas al grano. A partir de ahí entran en juego el modo Arcade, los desafíos opcionales, coleccionables, paletas de colores y notas de lore escondidas en los niveles. Exprimirlo todo puede llevar bastantes horas más, pero la sensación general es que la progresión no acompaña del todo ese esfuerzo extra.

Pero el verdadero disfrute de Cosmic Invasion llega con el sofá compartido. Ahí es donde más brilla Marvel Cosmic Invasion: el caos organizado que genera el sistema de tag-team, combinado con varios jugadores en pantalla, es pura diversión. Coordinar asistencias, encadenar supers entre colegas y ver cómo todo el escenario explota en efectos y guiños a los cómics es probablemente la mejor versión del juego.

Marvel Cosmic Invasion es, en esencia, lo que muchos fans llevaban años pidiendo: un beat’em up moderno que trate a los héroes de Marvel con cariño, que entienda el potencial de sus cruces imposibles y que abrace sin complejos el lenguaje del cómic y de la animación noventera.

Como juego, es un título notable, especialmente recomendable si vas a jugar en cooperativo. Su sistema de tag-team merece aplauso y su apartado artístico es, sin matices, excelente.

El juego está disponible desde "ya" en formato digital y tendrá edición física en todas las plataformas dentro de unos meses (sí, edición física de verdad en Switch 2 también). Una adición obligatoria para cualquier librería de juegos que guste de la buena acción arcade de los 90 que ya nos dieron Shredder’s Revenge o Streets of Rage 4 en el pasado reciente.

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