Hablamos con Álex Ubago de su gira aniversario, su debut en el cine, sus sucesores o lo que opinan sus hijos de sus canciones

Toda una generación vivió el fenómeno que vivió Álex Ubago cuando allá por el 2001 lanzaba su primer disco, ¿Qué pides tú? Tardó un año más o menos en despegar, pero cuando lo hizo se convirtió en uno de los más importantes del país. Canciones como la que daba título al álbum, A gritos de esperanza o Sin miedo a nada con Amaia Montero están en el imaginario de muchos.

Esas canciones las ha mantenido en su repertorio en directo durante todo este tiempo. Otras canciones de aquel disco, dejó de cantarlas. Pero ahora, las recupera todas para la gira con la que el próximo año celebrará sus 25 años.

Está en un momento muy positivo tanto personal como profesional y de todo eso hemos hablado con él. De la gira, de su nuevo villancico, de su familia, de lo que fue y lo que será.

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Pregunta: 25 años de carrera y, además, en España. Eso no pueden decirlo muchos, ¿te sientes privilegiado, supervivientes o qué?

Respuesta: Esas dos cosas, un privilegiado o un afortunado, un superviviente, también me considero un currante. Al final, para mantenerse en esta industria no hay más secreto que el trabajo. Obviamente el talento es necesario, una pizca de suerte también y la ayuda de otras personas, pero un porcentaje muy alto de esto es el trabajo y yo me considero un tío bastante currante.

P: Las motivaciones de antes no pueden ser las mismas de antes, ¿qué te mueve ahora mismo para seguir haciendo música?

R: No te creas que han cambiado tanto. Me preguntan mucho qué ha cambiado estos 25 años y qué se mantiene igual de aquel chaval que empezaba y te diría que la ilusión por la música, por componer, por hacer canciones y vivir de esto, hacer canciones y compartir la música con la gente, se mantiene intacta. Cambian muchas cosas y tu perspectiva. Hay otra experiencia y vas madurando como persona y artista, es normal, pero hay cosas que se mantienen de aquel chaval y una de ellas es esa ilusión. Sí es verdad que yo era un chaval de 20 años, soltero que no tenía ninguna otra responsabilidad en la vida que cuidar de mí mismo y la música y ahora hay otras prioridades, tengo hijos y familia y entra en juego la conciliación.

P: En 25 años has pasado muchas veces por el bucle disco-entrevistas-gira, ¿eso llega a cansar?

R: No tengo esa sensación de aburrimiento. Yo nunca me he sentido presionado por la discográfica. Sí es verdad que cuando firmas un contrato dice x discos en x años y siempre ha habido ese mito de entrega de material. Pero yo siempre he sentido mucha libertad y mucho respeto en los tiempos que he necesitado y en desconectar si lo necesitaba, o tiempo para crear.

P: Bueno, porque tú empezaste hace 25 años, pero ahora, los tiempos son otros.

R: Sí es verdad, ha cambiado mucho todo y, aunque nos vamos adaptando a esa manera de funcionar, de sacar singles sueltos. El disco está un poco en peligro de extinción. En mi caso no voy a intentar competir con ese ritmo frenético de sacar una canción cada mes o cada dos semanas para intentar estar siempre ahí arriba.

P: Han cambiado mucho las cosas en estos 25 años, ¿cuál es el cambio que más has notado tú?

R: Ha habido muchos cambios. Cuando empecé no existían las plataformas digitales ni las redes sociales. Siento que estamos más expuestos, sobre todo por las redes. Tiene una parte buena y bonita que es esa cercanía con los fans que antes no existía. Había una distancia y una inaccesibilidad con el artista que ahora no es así. La llegada de los stories, los reels, los TikToks y los vídeos cortitos, la inmediatez de ahora de los jóvenes yo lo he vivido. He llegado a la discográfica con alguna canción y me han dicho que la intro es muy larga para sonar en la radio o en redes, el estribillo llega muy tarde. Sin miedo a nada, una de mis canciones más importantes duraba más de cinco minutos y en LOS40 la ponían mucho. Ahora, más de tres minutos es mucho, lo veo con mis hijos. Me monto en el coche con mi hija y están acostumbrados a los shorts de YouTube y un consumo muy rápido y con 10-20 segundos en Spotify le basta para escuchar una canción. Esa ansiedad porque te lo den todo rápido.

P: Vosotros, dedicando tanto tiempo y esfuerzo en una canción para que en 10 segundos la pasen.

R: Sobre todo cuando eres un artista de mi estilo, que somos contadores de historias que necesitan un desarrollo. Entrar en esos códigos y esas estructuras que limitan tu creatividad, aunque entiendes que hay que adaptarse. Eso es quizás lo que más me ha costado.

También es bonito que los artistas que somos más veteranos nos nutramos de los jóvenes para, sin perder nuestra esencia, introducir sonidos e influencias más actuales en nuestras producciones.

P: Hace 25 años tampoco había llegado la escena urbana con esa rotundidad que tiene ahora. ¿Cómo ves la actual escena pop?

R: Siento que hay un espacio para ello más allá de que las modas o los ciclos son los que son. Vivimos en una era en la que los sonidos urbanos –lo veo en mis hijos que son la muestra más cercana que tengo- son los que más conectan con la gente joven. Pero creo que el pop o los sonidos más orgánicos como puedan ser los míos, tienen un espacio que nos permite hacer nuestras giras y llenar los recintos tanto en España como en Latinoamérica. El tipo de música que yo hago y todo ese mundo sonoro de canciones y artistas tiene un público que, igual no es el más joven, pero hay un público variado en edad que todavía quiere escuchar pop, rock, baladas y canciones más clásicas. También es bonito que los artistas que somos más veteranos nos nutramos de los jóvenes para, sin perder nuestra esencia, introducir sonidos e influencias más actuales en nuestras producciones.

P: Hablabas de giras y estamos en una era donde el directo está muy demandado, ¿cómo lo vives?

R: La música en directo está viviendo un momento maravilloso. Creo que es un tema a estudiar. La pandemia nos marcó un antes y un después. Aunque nos queda muy lejos, volvimos con muchas ganas. Y creo que en una era en la que es todo tan digital y que estamos todo el día conectando por pantallas, la experiencia de un directo y de ver al artista que te gusta, la sensación y cómo te traspasa la música en directo es algo que engancha. Y menos mal porque es lo que nos salva de esta llegada de la IA y ese miedo que tenemos a que nos sustituya en tantas cosas. Creo que en el directo nos salvamos un poco a no ser que empiecen a poner hologramas, aunque nunca va a ser lo mismo.

P: Y eso que los precios no dejan de subir. Pero todo se agota con muchísima antelación.

R: Y en América es increíble. He anunciado mis fechas para el año que viene y hay mucha gente comprando entradas para dentro de un año que a saber dónde vamos a estar dentro de un año. En América ves situaciones en países donde hay necesidades y pagar una entrada –que son incluso más caras que en España en relación a los sueldos medios- haciendo esfuerzos tremendos, pero se llenan los espacios y llama la atención.

Tengo una gira acojonante que voy por un montón de países. En unos llenaré más, en otros menos, pero, ¿de qué me voy a quejar?

P: En 25 años hay tiempo para momentos de estar arriba, momentos de estar más abajo, ¿cómo has vivido tú esa montaña rusa de éxito?

R: En mi caso bastante bien. Obviamente he tenido mis momentos de incertidumbre, de dudas, de decepciones, de alegrías. He vivido de todo. Una carrera larga tiene momentos que estás arriba y otros no tanto. Canciones que gustan más, otras menos. Aciertos, cagadas. Todo es parte del camino. Yo no he sufrido mucho. Cuando todo va bien es más fácil, lo complicado es cuando hay que remar más y ahí he llevado siempre esos momentos con humildad y con trabajo y valorando también. Si hecho un concierto para 10.000 personas lo he disfrutado y en una gira que, a lo mejor no iba tan bien, he tocado para 500 o las que sean, también lo he disfrutado y no se me han caído los anillos.

P: No ha herido tu ego, entonces.

R: El ego lo tengo bastante controlado. Todos queremos llenar estadios, mentiría si te dijera que no quiero tener éxito. Pero, ¿qué es el éxito? Mi último concierto en Madrid fue para 1000 personas, no he llenado un Movistar Arena, pero con que esas mil personas vengan a verme estoy contento. Tengo una gira acojonante que voy por un montón de países. En unos llenaré más, en otros menos, pero, ¿de qué me voy a quejar? Hay que valorar lo que uno tiene. Tengo la suerte de haber vivido años de mucho éxito y otros más tranquilos, pero miro para atrás y solo poder estar aquí 25 años después, es un privilegio.

P: Hace casi 25 años lanzaste ¿Qué pides tú?, tu carta de presentación… ¿qué sientes ahora al escuchar aquel disco?

R: No lo escucho, la verdad. Es un disco que me trae muy buenos recuerdos. Muchas de esas canciones las tengo muy presentes porque Sin miedo a nada, ¿Qué pides tú? o A gritos de esperanza, son canciones que sigo tocando en mis conciertos a día de hoy. No he desconectado de ellas. De otras sí, y en esta gira de 25 años vamos a rescatar algunas canciones de aquel primer disco que llevamos años sin tocar. Vamos a tocar el disco íntegramente y va a ser una gira muy remember. Les vamos a hacer arreglos nuevos porque algunas me suenan horribles, me suenan super anticuadas y las vamos a actualizar. Otras no, queremos que mantengan ese sonido porque nos recuerdan a las tendencias de esos años. Aquel primer disco me cambió la vida y fueron años muy locos.

P: Hubo tres canciones que el público escogió de manera especial y me gustaría que me contaras la historia que hay detrás de cada una de ellas. ¿Qué pides tú?, A gritos de esperanza y Sin miedo a nada.

R: Me acuerdo a medias. Empecé de una forma casual en la música. Cuando tenía 17 años grabé una maqueta con cinco canciones que grabé para hacerle un regalo a mi novia de aquel entonces. Por casualidades de la vida llegó a manos de un manager que fue mi descubridor y sigue siendo mi manager. Ya trabajaba con artistas de mi tierra como La oreja de Van Gogh o Mikel Erentxun y se puso en contacto conmigo y me dijo que le habían gustado mis canciones. Me animó a seguir componiendo. Yo era muy joven y estaba estudiando en la universidad y me puse a componer como un cosaco. Escribí muchas canciones y en esa época, con 18-19 años compuse esos tres temas. Sin miedo a nada se la escribí a una chica que estaba conmigo en la uni y los primeros días de clase la veía y no sabía quién era y me moría por conocerla. A gritos de esperanza, no recuerdo bien, pero también se la escribí a una novia de aquella época. Y ¿Qué pides tú? fue mi primer single y el primero que empezó a sonar en LOS40 y que me cambió la vida, fue el comienzo de todo. Ya con este tema se vendieron 50.000 copias de ese primer disco. Luego las ventas siguieron subiendo con A gritos de esperanza hasta las 200.000 copias y con Sin miedo a nada, con Amaia Montero, explotó y se disparó todo y fue un disco que acabó vendiendo millón y media de copias. Un disco del que inicialmente se habían editado 8000 copias.

P: ¿Demasiado rápido todo?

R: Cuando salió el disco tenía 20 años y fue un proceso de un año hasta que aquello explotó. Creo recordar que el primer concierto que hice fue con LOS40 en el Hard Rock Café de Barcelona con pocas personas. Pero en un año esa bola de nieve creció y fue muy loco. Casi pasé de estar cantando mis canciones en mi habitación a estar tocando en Las Ventas o en pabellones. Mi vida cambió por completo. Fue rápido con todo lo que implica eso. Hubo que gestionar eso y estar a la altura. Era un chaval muy poco experimentado en todos los sentidos y me tuve que ir adaptando sobre la marcha para estar a la altura cuando salía al escenario delante de 20.000 personas. Fue muy poco buscado, muy poco producto, para lo bueno y para lo malo.

He tratado de ser yo mismo, sin disfraz, ser transparente y percibo ese cariño de vuelta en España, en Latinoamérica, entre mis compañeros.

P: En 25 años se coincide con muchos artistas, ¿se hacen amigos en la industria?

R: Desde luego que sí. El otro día me preguntaban si había sentido que se me había acercado gente por el interés. Yo no lo he sentido. Puede que haya pasado, gente que te da la palmadita cuando te va bien y cuando igual no te va tan bien notes más esa distancia. Puede que se note, pero tengo muy buena experiencia persona. Es como en la calle, tienes gente con la que conectas más y otra menos, pero, en general, siento cariño por parte de la industria, los medios. Yo siempre he dado respeto, normalidad, cercanía y cariño. He tratado de ser yo mismo, sin disfraz, ser transparente y percibo ese cariño de vuelta en España, en Latinoamérica, entre mis compañeros. Sí considero que tengo amigos.

P: Ahora te hemos visto hacer colaboraciones con nuevos artistas como Camilú o Seye, ¿ofreciendo oportunidades a los que vienen detrás?

R: También. Por un lado, sí que es cierto que tendemos a mirar mucho los números cuando vamos a hacer una colaboración, pero yo cuando hago una, miro la canción. Por ejemplo, la de Seye, la escribimos, me gusta la canción y el artista y no miro si es emergente o consagrado o con más o menos números. Sí me gusta abrirme y dar esa oportunidad o ese espacio a artistas emergentes como me la dieron a mí cuando yo empezaba.

P: ¿A ti quién te apoyó en esos comienzos?

R: La misma Amaia fue bastante generosa conmigo cuando yo empecé. Sin miedo a nada la grabamos antes de que saliera mi primer disco. La oreja ya era La oreja, había sacado su primer disco y era un grupo muy conocido. Fue una historia bonita porque nos presentó el manager que compartíamos. Le propuse a Amaia grabar alguna canción de aquel primer disco, pero no le dije exactamente esa canción si no que le dejé elegir. Fue ella la que escogió Sin miedo a nada, que estaba en el disco, pero no se había puesto el foco en ella. Cuando la grabamos, todos sentimos que ahí había algo especial y luego, fíjate lo que fue. Fue ella la que hico clic con esa canción y fue muy generosa porque yo ni siquiera había salido todavía, era totalmente desconocido.

P: ¿Quién crees que a día de hoy podría coger el testigo de Álex Ubago?

R: No sé… Hay muchos artistas. No sabría qué decirte. Cuando salió Pablo Alborán… en realidad él es más joven, pero no estamos tan alejados en edad, y siendo nuestras propuestas diferentes, cuando salió, vi un poco semejanzas. Cuando salió y tuvo ese boom, hubo cosas con las que me sentí identificado y creo que es un grandísimo representante de la balada y de la canción romántica, aunque es mucho más que eso. Yo me acuerdo mi primer disco que miraba hacia Alejandro Sanz, Ismael Serrano, Antonio Vega, Enrique Urquijo, cantautores en nuestro idioma que a mí me marcaron y fueron referencias super claves y cuando miro hacia artistas más jóvenes, Pablo está. A mí me gusta mucho también Andrés Suárez y tenemos mucha amistad. Sí es verdad que las generaciones más jóvenes han ido por otros caminos, pero hay cosas también. Hay gente haciendo cosas muy interesantes. La figura de cantautor nos remite a algo anticuado, pero, ¿cantautor qué eso? El que canta y compone sus canciones y hoy en día hay cantautores. Un Sen Senra, por ejemplo, un cantautor con otros matices y un aire más actual y especial. Los habrá más indies, pero con ese respeto a la canción.

P: En 25 años también ha cambiado mucho tu vida personal. Has formado una familia, ¿qué opinan tu mujer y tus hijos de ese primer disco?

R: Es curioso porque mi hija, por ejemplo, es lo que más escucha ahora. Yo siempre les voy enseñando las canciones nuevas y se van encariñando con ellas. Ellos, por su edad, no son muy conscientes del fenómeno que supusieron mis primeros discos, lo están descubriendo ahora. Y mi hija está empezando a ser consciente de lo que supusieron canciones como Sin miedo a nada. Ahora dice que su canción favorita es ¿Qué pides tú? Como que, de repente, lo están redescubriendo. Ellos la música que escuchan es otra. Mi mujer y yo estamos muy enganchados, por ejemplo, a Carlos Ares y en el coche lo ponemos mucho y mi hija de 9 años ya se sabe todas las canciones de Carlos Ares, las canta y le encantan. La música, a base de escucharla, te acaba gustando. Y también es una responsabilidad de los padres imponernos un poco ahí. Pero escuchan la mía con cariño y respeto… más les vale, jajajaja.

P: Acabas de llegar de gira por Europa, donde has vivido primeras veces, algo que pudiera parecer imposible después de 25 años, ¿qué ha sido lo más sorprendente?

R: Esta gira para mí ha sido súper ilusionante. Han sido seis conciertos en ciudades donde no había tocado nunca. Donde no sabía qué me iba a encontrar y me encontrado las salas y los teatros llenos de un público totalmente entregado y ha sido súper bonito sentir esto. Los españoles y los latinos estamos por todo el mundo. Ha sido especial porque en estas ciudades, la gente que ha venido, son personas que llevan años fuera de sus lugares de origen y, de pronto, escuchan canciones que les recuerda a su adolescencia, o a otros momentos de su vida en los que estaban en sus países de origen y esa nostalgia multiplicaba la emoción y la pasión del público por diez. Han sido conciertos muy emocionantes, los hemos disfrutado un montonazo.

P: En Amsterdam te hiciste hace años un tatuaje con tu mujer, ¿te has hecho otro ahora que has vuelto de gira?

R: No, porque no me ha dado tiempo. Llevo tiempo sin hacerme uno. El último fue una W que me hice en la boda de unos amigos que habían puesto un tatuador. El típico que te haces mamado.

Desde que nacieron mis hijos, marqué con mi equipo esa premisa de intentar hacer las cosas en bloque para no estar tanto tiempo fuera de casa y que sea más llevadero para todos.

P: Luego Latinoamérica, España, ¿qué supone para ti esta gira?

R: Es una gira súper bonita, estoy muy feliz e ilusionado. Es una gira histórica para mí por celebrar 25 años, por todo lo que supone y porque creo que va a ser una de mis giras más importantes. En total acabarán siendo el año que viene unos cien conciertos en distintas ciudades y países.

P: Siempre habrá gente que diga que lo haces porque te hace falta dinero.

R: Jajaja… No, no es una cuestión de dinero. Las giras ahora las hago por bloques, conciliación todo el rato. Desde que nacieron mis hijos, marqué con mi equipo esa premisa de intentar hacer las cosas en bloque para no estar tanto tiempo fuera de casa y que sea más llevadero para todos, para mí primero y para mi mujer que es la que se queda sola al pie del cañón porque yo me llevo a mi familia de gira. A veces me acompañan a conciertos. Cuando me pierden de vista, siempre que digo que cuando me voy de gira, los primeros días ni tan mal porque desconectas y es hasta sano, pero cuando llevas muchos días fuera de casa empieza a pesar y se hace un poco bola. De esta manera lo llevo mejor.

P: Después de 25 años y, aunque ya la tienes asimilada, ¿has logrado quitarte la etiqueta de chico triste?

R: Está complicado. No me mato por luchar contra esa etiqueta. Trato de tomármelo con humor. No lo noto como un ataque y no reniego. Tengo un montón de canciones tristes.

Tampoco es que necesite justificarme, pero es verdad que mi manera de ser no es la de un tío introvertido y atormentado o tristón.

P: Y eso que tú no eres nada triste.

R: Es verdad. Pero tengo muchas canciones tristes, hay un componente de melancolía en mi manera de componer y de cantar y eso no lo puedo negar porque sería absurdo. Y no reniego de esas canciones y ese carácter que me ha hecho conectar con mucha gente. Tampoco es que necesite justificarme, pero es verdad que mi manera de ser no es la de un tío introvertido y atormentado o tristón. Tengo ese lado tan bien y cuando me pongo a componer me pongo intensito, pero me considero un tío con mucho sentido del humor.

P: En tu trayectoria hay colaboraciones con muchos compañeros. A día de hoy, ¿tienes alguna en la lista de pendientes?

R: Sí que las hay porque hay artistas con los que me encantaría grabar algo o sentarme a componer. Un Alejandro Sanz, que he tenido la oportunidad de cantar con él en directo, me encantaría. Un Ismael, que te lo he comentado antes. Un Jorge Drexler. He tenido la suerte de cumplir el sueño de compartir la música con muchos artistas a los que admiro, pero claro que hay otros cuantos… Pablo Alborán, hay muchos sueños por cumplir.

P: Has compuesto con Sofía Ellar una canción para esta Navidad, ¿cómo surgió eso? Ya tienes los royalties navideños para muchos años.

R: Si consigues que te pase como a George Michael o Mariah Carey, desde luego. No lo he hecho con esa intención, ni soy muy de villancicos. Esto fue una cosa que surgió con Sofía, un proyecto que hicimos, nos sentamos a hacer una adaptación de este tema, casi como un juego, que es el clásico Jingle Bells de toda la vida y le pusimos una letra creada por nosotros. Había hecho villancicos en cosas benéficas, pero no tenía uno propio. Me gustó hacerlo. Los clásicos villancicos como en los discos de Luis Miguel, Bublé, Frank Sinatra, este toque medio crooner y es el toque que le quise dar con la producción de Tato Latorre que lo bordó con un arreglo súper chulo.

P: Hablábamos de primeras veces, este año ha sido tu primera vez en el cine: Hora y veinte. ¿Cómo ha sido?

R: Intrusismo laboral a muerte.

P: Yo creo que más bien os estáis quitando prejuicios.

R: El tema del cine o de la interpretación, no lo he buscado nunca, ni tengo formación para ello, pero sí reconozco que es una cosa que me gusta. Me ofrecieron participar en esta película que creo que va a salir este próximo año. Marc Romero, que es el director, me llamó. No hago de mí, es un cameo, dejémoslo ahí, no quiero decir más porque si cuento un poquito voy a hacer spoiler y no quiero hacerlo. Interpretación pura y dura y un regalo porque es un thriller donde están Macarena Gómez, Roberto Álamo, Emma Suárez… unos actorazos que flipas. Fue un regalo, una experiencia brutal, para repetir. Estoy deseando verla porque todavía no la he visto. Sé que ya está montada y viendo cuando se presenta, pero ha sido una cosa muy chula.

P: Una vez acabe este aniversario, ¿cómo miras al futuro?

R: A veces pienso cómo me veo dentro de diez años, ¿me jubilaré algún día? Y luego digo, no, me veo haciendo esto como un Raphael, como un Miguel Ríos, aunque igual a otro ritmo. Me veo haciendo esto toda la vida. Me veo casi muriendo en el escenario. No sé si tanto, pero sí componiendo toda la vida, es que soy eso. Ahora tengo la gira, no voy a sacar música nueva el año que viene. Tengo mucho material nuevo e iré viendo cómo sacarlo después. Creativamente estoy en un momento muy bueno. Tengo otros proyectos en los que estoy trabajando que tienen que ver con la música, pero de otra manera.

P: ¿Tus hijos van a tomar el testigo? Les he visto tocar la guitarra.

R: Mi hija está con las clases de guitarra. Mi hijo empezó y luego lo dejó, se desencantó un poco. Quién sabe lo que acabarán haciendo. Les gustan muchas cosas, pero quién sabe lo que acabarán haciendo.