Carlos Sadness reflexiona sobre creatividad en ‘El ruido de las estrellas’: “Hay un punto casi de vuelta a los valores católicos, más allá de Rosalía”

Un libro y una canción que mezclan la idea del arte con su vida misma

Carlos Sadness reflexiona sobre la creatividad en 'El ruido de las estrellas'. / Imagen cedida por Grupo Planeta

arlos Sadness se tuvo que ir de un instituto porque no le dejaban entrar con el pelo largo. Así de categórico es con su identidad personal. Pero no siempre ha tenido las cosas tan claras y también ha habido dudas y bajones de autoestima. Ese camino personal que le ha convertido en quién es hoy lo ha mezclado con su pensamiento sobre lo artístico y el resultado lo ha volcado en El ruido de las estrellas, un libro exquisito por lo bonito que cuenta las cosas, la verdad que guía sus reflexiones y la sensibilidad y poesía con la que transmite sus pensamientos sin caer en la pedantería.

Habla de esos managers o compañeros que le hicieron mal, esas discográficas que le hicieron sentirse solo y ninguneado, esa relación tóxica que le marcó. Pero también de esa primera vez en México convertido casi en su segunda casa o sus motivaciones para crear. Defiende la ternura y reivindica la identidad propia.

Todo eso y mucho más ha protagonizado una charla de esas que se disfrutan y que transmiten una calma y una profundidad que no siempre se aprecian en este mundo acelerado en el que vivimos, pero que reconforta cuando se le da el tiempo que necesita.

LOS40
Directo

LOS40

LOS40

Te recomendamos

Pregunta: Con lo interestelar que siempre has sido, no es un título que nos haya sorprendido mucho. El ruido de las estrellas, canción y libro, ¿qué fue antes?

Respuesta: El libro fue antes, aunque el libro fue antes de ser libro. Toda esa idea de escribir fue un ejercicio terapéutico, entre comillas, de desahogo o una manera de hacer las paces con algunas cosas y abrazarme a otros. Iba haciendo esa labor de escritura paralelamente a otro ejercicio de escritura que era un libro sobre creatividad que a mí me apetecía hacer como algo que pudiera acompañar a la gente interesada en este tema. Un día me di cuenta de que las dos cosas que estaba escribiendo iban muy de la mano y pensé que todo formaba parte de uno.

P: Por cierto, agotada la primera edición en Latinoamérica, ¿qué te hace sentir eso?

R: Es una cosa muy bonita, de alguna manera haber llegado allí era algo impensable y ahora incluso me da pena haber normalizado que forme tanto parte de mi vida porque no deja de ser algo extraordinario el hecho de ir allí, tocar en recintos tan grandes o que se agote en seguida el libro. También es verdad que el público latinoamericano es muy apasionado y estas cosas que les acercan un poco al artista, les interesa mucho.

P: Aquí no lo vivimos con tanta intensidad, cuando se trata de libros.

R: Me da mucha envidia. Aquí se ve con el fútbol, pero con otras cosas cuesta.

P: Esa primera reflexión sobre lo sobrevaloradas que están las estrellas fugaces cuando las que quedan y permanecen son las perennes me parece oro y un fiel reflejo de la industria, ¿no crees?

R: De la industria y de muchas cosas. Para mí tiene un punto personal, de las personas, de la familia, de las personas que incondicionalmente están ahí y de cuánto tiempo, a veces, dedicamos a personas que van a ser muy fugaces en nuestras vidas o van a tener un papel absolutamente efímero. Hay elementos que están ahí y damos por hecho que siempre van a estar ahí y eso hace que perdamos ese interés. Es una reivindicación a esas cosas que no nos fallan.

P: Entre las reflexiones, me he quedado con otra en la que aseguras que nuestros gustos no son de libre decisión, sino que vienen asociados a vivencias y al lugar al que nos transportan. Eso hace difícil valorar el talento, entonces, ¿no?

R: En el mejor de los casos pueden venir de ahí los gustos y en el peor pueden venir por una cuestión social y de consumo estrictamente capital, de que nos guste determinado coche por el estatus que creemos que nos aporta. Este fomo que está tan de moda de querer consumir todo aquello que ves que la gente está consumiendo. Hablo de la defensa de la identidad en el gusto, de alguna manera, reivindicar la subjetividad del gusto. Que nos puedan gustar las cosas, no porque estén de moda, sino porque tengan una pequeña historia detrás.

P: De esto hablamos el día que Rosalía ha agotado todas sus entradas.

R: Cuando te refieres a lo de compararlo con el talento, una cosa no tiene por qué quitar la otra. Es verdad que en la música puede ir más o menos acompañado, pero sabemos que, hoy en día, en la música ya no es solo talento, sino, tantísimas cosas, muchas casi tan válidas como el propio talento.

P: En el libro dejas ver que tienes claro que estás viviendo tu primera vida, ¿cómo se puede tener eso tan claro?

R: Creo que dos maneras, la más práctica, sintiendo la incapacidad de recordar ninguna otra, que supongo que mucha gente puede llegar a esa primera conclusión. Y la segunda, tiene que ver con la ingenuidad, el idealismo o el humanismo de los que habla el libro. Ese tan escuchado por mí, ser un poco naïf. Es algo que me han dicho mucho a lo largo de mi vida cuando se refieren a que eres inocente o pecas de tener un pensamiento positivo. En ese encuentro que tengo con una terapeuta mágica, en seguida me ve y me dice, Carlos, es tu primera vida y lo desarrolla señalando esa especie de ingenuidad que forma parte de algo que no quiero cambiar… por lo menos en esta vida.

P: No sé si te cuesta más contarte en las canciones o en un libro como este tan personal.

R: Es más sencillo la música porque hay capas y hay velos y hay semi transparencias y hay metáforas. Pero este libro es muy directo y gran parte está escrito sin pensar que luego lo iba a leer alguien y, sinceramente, no sé si lo hubiera podido hacer pensando en que iba a convertirse en un libro, no sé si me hubiera atrevido a compartir ciertas cosas porque sí que existe un cierto pudor por mi parte en algunos capítulos del libro.

P: Me gusta esa idea de medir el tiempo a través de momentos creativos que conviertes casi en efemérides. ¿Tú recuerdas todas las historias tras tus canciones?

R: Yo recuerdo bastante bien qué me lleva a escribir todas las canciones y evidentemente hay algunas que son más intensas que otras, pero creo que sí, igual que recuerdo los conciertos. Siento que hay algo en mi memoria selectiva que con ese tipo de cosas es muy agradecida.

P: El libro es una especie de autobiografía hecha a base de reflexiones y anécdotas a la vez que un ensayo sobre la creatividad. Raúl Refree también publicaba el suyo hace poco y ambos coincidís en que la técnica puede arrinconar la creatividad. Qué mal por los que lleven tantos años en el conservatorio con tanto sacrificio.

R: No sabía que Refree dijera eso también, pero creo que es una experiencia que tengo y también de trabajar con gente más o menos buena, con más o menos técnica. A veces la técnica es un poco un corsé para algunas personas, pero no siempre, porque luego hay gente que tiene una técnica excelente y una creatividad desbordante y ahí hay un punto de genialidad muy potente. Tampoco quiero decir que una cosa contraría a la otra, pero es verdad que muchas veces se da el caso.

P: Otra de las ideas que compartís es la de que no tener miedo a fallar ayuda a crear.

R: Lo tuve que aprender y en el momento que no tuve miedo y creé cosas diferentes y cosas que me dieron un resultado y me dieron una confianza, cada vez te atreves más fallar. Sobre todo, habla de la infancia, crecer sin miedo y ser de una manera u otra que te ayuda a construir una identidad muy genuina que es algo que me parece interesante. Ser sin miedo nos lleva a ser personas más genuinas.

P: “El crear es una celebración de lo espontáneo”. Entonces, los que le dan tantas vueltas a una canción en un estudio, ¿fallan?

R: Muchas veces pienso que la primera idea suele ser la más brillante. Luego puede haber otras mejores o más completas, pero ese brillo, esa espontaneidad de la primera que viene como del instinto es en la que yo creo. Esto, desde un punto de vista muy artístico. Cuando se trabaja una canción para otro artista, o para que llegue al máximo alcance, ya no es algo tan artístico, es algo más de marketing y entiendo que no siempre la primera idea sea la mejor. Entre muchas personas se puede construir una idea mejor, pero a nivel artístico, lo veo de otra manera. Separo una cosa de la otra.

P: Haces muchas referencias a otras artes. De hecho, señalas que te llamaba la atención el arte abstracto que transforma la realidad. Tú has compaginado tu faceta de pintor con la de músico e insistes en que uno no solo es creador en una canción o en un lienzo. ¿Tú estás creando constantemente?

R: Eso suena un poco como a eso de Muchachada Nui de, no puedo parar de crear, jajaja, como un chiste. Yo sí tengo una especie de adicción a lo creativo, me conecta mucho, me mantiene vivo, me interesa, me hace aprender, ser más sabio, y tengo esa adicción a la parte creativa. Cuando acabé el libro sentí un vacío horrible. Inmediatamente me puso a hacer muchas canciones, desde mi punto de vista, muy interesantes y muy bonitas, mientras llevaba mucho tiempo sin escribir canciones. Siento que la creatividad va de un lado a otro en función de lo que necesita tu vida y me sabe mal decir que soy adicto porque más bien es decir que estoy encantado con una cosa que, en realidad, me ayuda y me hace llevar una vida más plena.

P: O sea, que se viene disco.

R: Sí. Piensa que este libro lo he escrito durante cuatro años y me ha llevado a muchas canciones nuevas. Sobre todo, recalco lo de nuevas, el hecho de no repetirte, de contar cosas nuevas, haber encontrado cosas dentro de ti de las que quieras hablar, aunque ya hayas hecho cinco discos, para mí tiene mucho valor. Sentir que todavía estás hablando de algo que no has dicho, me parece interesante. También ha sido terapia creativa.

P: Tú siempre has hecho una defensa de la ternura, ¿crees que seguimos faltos?

R: Sí, obviamente, yo creo que eso es una batalla muy difícil, pero que no por ser difícil hay que olvidar. Sin ternura estamos perdidos.

P: Aseguras que todo el mundo nace con la capacidad de amar y de crear, pero entiendo, que no todo el mundo con la capacidad de desarrollarlo con talento, ¿no? Seríamos todos artistas de lo contrario.

R: Puede que el interés que despierten unas personas u otras, el lenguaje emocional aprendido a lo largo de la infancia –que hay un capítulo que habla de eso, el que habla de ese momento en el que una acción emocionante me emociona-. Siento que el lenguaje emocional que aprendemos es muy importante para luego ser capaces de utilizarlo en la vida, más allá de las canciones. Que la gente pueda hablar de lo que siente y ponerle orden a los pensamientos. Para que algo exista en nuestra cabeza tenemos que poder ponerle un nombre, es importante ese lenguaje emocional aprendido y creo que lo aprendemos a través de la cultura.

P: De hecho, reconoces tu obsesión por ser culto a través de la música, primero, y luego de la lectura, ¿no te dejó eso muchos prejuicios?

R: No. Siempre me ha dado tanta rabia la gente snob y la gente pedante que cuando tienes localizado a ese enemigo sabes cómo no volverte así. Muchas veces, mis mejores amigos casi nunca han compartido intereses culturales conmigo y los he querido por otras cosas. Y, sin embargo, gente con la que he compartido muchos intereses culturales han demostrado ser personas que no me iban a aportar nada bueno. Estoy curado de tener prejuicios en ese sentido con las personas.

P: Leyendo el libro, uno ve el cambio de una persona que deja a un lado su identidad para encajar en algún género, pero que acaba dándose cuenta de que precisamente la identidad lo es todo. De hecho, reconoces que cuando todo se satura de copias, solo queda espacio para la identidad. ¿Crees que abunda en la industria?

R: Creo que, si hablamos de España, es un país donde la identidad cuesta mucho de defender en lo artístico. Siento que España es un lugar donde funciona muy bien la tendencia, el que haya muchas cosas que se parezcan. Sin embargo, en Latinoamérica, lo veo de otra manera. Veo como, de pronto, se valora mucho al artista diferente, al que es un poco más excéntrico, tiene un carácter único y siento que eso, aquí, se penaliza un poco más.

P: No sé si cuando hablabas de saturación de copias pensabas en concreto en la escena urbana de la que criticas que sus artistas utilizan las mismas palabras de moda.

R: No, aunque, obviamente, cuando una escena es tan grande y está de moda y suena en la radio, es fácil que se sature de copias. Tampoco pensaba en algo en concreto. Pienso en que cuando, de pronto, algo funciona salen todos esos sucedáneos que se parecen muchísimo y lo vuelven más pop y accesible. Lo podemos encontrar tanto en lo urbano, como en el indie, como en el rock, en casi todos los géneros. Cuando estás saturados de esas copias, de pronto sale una cosa original y decimos, esto es diferente.

P: Aquí saldas cuentas con muchos que no creyeron en ti o que, incluso, llegaron a minar tu autoestima, ¿te has desquitado?

R: Sí, creo que ha sido un ejercicio de conciliación, no tanto con esas personas sino con la situación, incluso con entender por qué esa gente actuaba conmigo así. Por dar una oportunidad a pensar, es que, igual, tenían miedo de esto u otro. Son miedos humanos que podía sentir yo también. No te voy a decir que lo justifique, pero sí que…

P: Qué empático, eres un buen enemigo.

R: Creo que, si no fuera capaz de hacer eso, me pasaría más tiempo odiando o teniendo rencor del que me interesa. Yo creo que la mente ha de estar libre de odio y rencor. Me gusta vivir sin odiar a nadie. Las pocas neuronas que tengo las quiero dedicar a cosas que me sumen y me gusta tener en mi cabeza esa sensación y este libro me ha ayudado mucho a deshacerme de eso.

P: Eso sí, aunque son fácilmente reconocibles, no das nombres.

R: No creo que sea tan fácil identificarlos. Hubo un momento en el que me sentía mal, incluso, por pensar en la remota posibilidad de que fueran identificables o que alguien se tomara la molestia de identificarlos. Lo importante esra conocer una situación que te lleva a hacerte sentir de una manera y la revolución que eso provoca. Me interesaba más el argumento que el protagonista en sí. Pero claro, hablar de esto sin que esté el que lo provoca era imposible. Por otro lado, me sentía muy mal hablando de esto y muchos capítulos he suavizado y cortado muchas cosas para que no pareciera algo horrible.

P: Pues yo creo que en el fondo lo es porque tú sales y sigues adelante, pero hay mucha gente que se queda hundida y sin autoestima.

R: Pienso que este libro, para mucha gente que se ve en estas situaciones, va a ser un acompañamiento. De hecho, en las firmas de libros que he hecho sí he notado eso. Ha habido gente que me ha dicho, ‘sí es verdad que yo me he encontrado con esto y cuando he leído que te pasó a ti y has salido y has hecho esas canciones, me he sentido muy aliviado’. Eso es super bonito para mí. Yo creo que la gente que está comprando el libro no tiene ni idea de qué va, es un acto de confianza, me gustan las canciones de este chico, voy a comprarme el libro, pero sí recibo algún comentario y la gente me dice que ha acabado llorando muchísimo y es muy fuerte.

P: Hay críticas a cosas con las que no comulgas. Por ejemplo, hablas de una escena underground hostil, ¿la sigues viendo así ahora que parecen desdibujarse las fronteras de los géneros?

R: Como tú dices, ese hecho de que se desdibujen los géneros hace que todo eso se suavice, gracias a Dios y ese purismo que vivíamos hace diez o quince años ya no es tan fuerte. Creo que no es así, pero de algún punto en el que estoy yo, en el que no es mainstream ni underground, no sé si lo estoy viendo con los ojos de la realidad.

P: Al final este es un libro de mirar al pasado y revisitar recuerdos. Lo que fue ayer, ya no tiene que ser el hoy. ¿Tú qué has sacado de este viaje?

R: Tranquilidad mental, sobre todo. Y el reencontrarme conmigo que es lo que yo quería. En un momento en el que hay tanto ruido ahí fuera, me empiezo a olvidar de quién soy y me dejo llevar y llega un momento en el que pienso, ¿me estoy perdiendo o qué está pasando? Este libro busca encontrase con las cosas que me gustan en mí o las cosas que creo que me han aportado más y abrazarlas y, a la vez, luchar contra esas cosas que te han sacado del eje.

P: Confiando en ti y desoyendo a los demás llegaste a México que te enseñó, entre otras cosas, lo que es la exposición de un rockstar. ¿Feliz de que en España no sea tan ferviente?

R: Por un lado, sí, por otro no. Esa pasión de los mexicanos por la música me parece muy bonita y se extiende a la cultura y hay un interés por ella muy pasional que aquí se echad e menos, pero, por otro lado, la vida tranquila que puedo llevar aquí, allí sería un poco más complicada.

P: Tú nunca has probado las drogas, no eres muy rock star.

R: No, ni drogas, ni llevo tatoos. Hay muchas cosas que no tacho en el checklist.

P: Bueno, llevas pelo largo.

R: Sí, eso suma puntos, pero suma puntos para la gente ‘old school’ como nosotros. Sin embargo, creo que los chavales que están haciendo música ahora, más jóvenes, lo encuentro mucho más esto. Así como en mi generación he sido siempre el raro, cuando me junto con chavales de veintipoco años veo que no es algo tan extraño en el día de hoy.

P: Yo la gente joven con la que hablo, ahora está más en esa línea de vida menos rock star.

R: Yo eso también lo veo y hay un punto casi de vuelta a los valores católicos, más allá de Rosalía, que puede ir de la mano de esta idea contraria al rock star.

P: Aseguras que el mayor éxito es ser tú mismo. Siguiendo esta premisa, ¿dirías que hay mucho artista de éxito en este país?

R: Hoy en día el éxito es relativo. Cuando uno tiene éxito siendo él mismo no tiene miedo ni nervios para salir al escenario. No tiene miedo ni nervios al publicar un disco porque ha sido honestamente él o ella. Sin embargo, si el éxito es alcanzar unos charts, números, alcanzar cierta exposición, igual a veces no vale con ser uno mismo y hay que adaptarse para llegar a esos fines. No sé si esa fórmula se le puede llamar éxito porque desmerece la idea de la identidad artística. Llegar al éxito siendo lo que uno es y con las ideas de uno, eso sí me parece bonito.

P: Dices que siendo uno mismo hace que uno salga al escenario tranquilo y sin nervios. Pero, entonces, ¿cómo explicas la ansiedad que sufren cada vez más artistas?

R: No creo que sea una cuestión de salir al escenario. Creo que los nervios de salir al escenario es una cosa y luego está la ansiedad que provoca el consumo de la música actual. El siempre tener que estar ahí y tener que estar creando contenido para que la gente escuche las canciones. Que la gente ya no escuche un disco y escuche con calma y pueda dedicarles tiempo a unas canciones más raras. Que todo tenga que funcionar a la primera, que tenga que ser viral a la primera, entiendo que eso sí genera ansiedad porque no querer jugar con esas herramientas te penaliza mucho y jugar con esas herramientas también te obliga a realizar una serie de cosas que, a lo mejor, no te apetecen y eso da esa angustia que comparto con muchos compañeros. He trabajado mucho tiempo en un disco para que la gente escuche esto y ya no me pongo a valorar si es que es bueno o no, sino que el mundo no tiene tiempo, hay demasiadas canciones, ¿quién soy yo para que la gente me escuche? Eso es bastante angustioso y siento que todos los artistas podemos estar sintiendo eso.

P: Hablas del éxito que no es fácil de asimilar y no solo hablas del artista, sino también de la gente que le rodea. En eso no se piensa tanto.

R: Creo que afecta a la gente que te rodea, a la gente que te encuentras y su forma de tratarte. Es muy fuerte y se nota mucho. Hay a veces una tentación, incluso, de lo fácil, de juntarte solamente con la gente que te dora la píldora, juntarte solamente con la gente que te admira. Cuando dicen eso de ‘ah, este, que tiene éxito y se ha vuelto un idiota’, a lo mejor es que en lugar de volverse un idiota, le han vuelto un idiota porque ha acabado rodeándose de esa gente que le trata como un idiota. Así que sí, considero que no solo cambian las personas, sino que cambian las personas que tienes alrededor.

P: Ahora que mencionábamos a Rosalía. Ella ha llegado con una estética religiosa muy potente, pero tú antes fuiste Tropical Jesus.

R: De hecho, bautizado así por un periodista. Lo que sí me gustaba de todo eso era crear un personaje defensor del amor, de la ternura. Me estaba apropiando un poco del mensaje humanista de Jesús y de esto habla también un poco el libro. Salgo a defender un poco ese lado, Jesús como filósofo. Son los valores humanistas e idealistas de Jesús que no son los valores conservadores de la religión, que es bastante importante separarlo.

P: Reflexionas sobre la sociedad que nos ha convencido de que es menos cool, menos moderno, menos auténtico, celebrar la alegría a través del arte que manifestar el dolor. Y crees que eso ha llevado a que compremos la idea de felicidad de los influencers. ¿Lo de que el desamor inspira deberíamos desterrarlo?

R: Es difícil porque es verdad que hemos relacionado mucho el arte a ese lado más sentimental, pero yo pienso que en la felicidad puede haber también emoción y sentimentalismo y es interesante también trabajarlo. Muchas veces relacionamos una canción feliz con una canción pachanguera y le damos más credibilidad y notoriedad a algo un poco más dramático, pero lo que vengo a defender un poco en el libro es que todo tiene cabida. De cualquier emoción puede salir algo noble.

P: Lo que pasa es que escuchamos algunas de tus canciones con esa sensación de felicidad y ahora con el libro descubrimos que proceden de una relación tóxica que te lleva a escribir sobre un amor idealizado que deseas vivir. ¿Feliz o no feliz?

R: Sale de esta cosa de que el futuro está en la imaginación y a veces queremos acercarnos más a él que al propio presente. Ahí es donde he encontrado yo muchas veces la creatividad, en esa huida al futuro porque el presente no estaba a la altura de lo que me hubiera gustado.

P: También aseguras que cuando “la cultura glorifica la vida materialista y romantiza la superficialidad, nos deja en un plano unidimensional, un mundo sin la hondura necesaria”, ¿en la música también?

R: Así como lo has dicho me suena como muy intenso.

P: Así lo has escrito en el libro.

R: Viene de cuando hablo un poco del lenguaje de las emociones. Ir hacia un mundo en el que la cultura no hable de emociones sino de celebrar no sé exactamente el qué se pierde la capacidad de entender el lado emocional. A mí me gusta que haya música para todo y soy muy defensor de la música para bailar, de la música para entretenerse, pero cuando eso ocupa todos los canales de comunicación, estamos dando muy pocas oportunidades a la gente de acudir a algo que sí tenga un lenguaje emocional y eso es lo que me parece más peligroso.

P: Calificas el faranduleo como snob… ¿Cómo te sientes en un ambiente como los Premios Ídolo al que asistes este mismo jueves?

R: No todo el faranduleo, pero, obviamente, pero es un terreno donde lo snob sale a relucir. Siento que, al final, el mundo artístico, la fama es un lugar donde muchas personalidades un poquito más egocéntricas de lo que cabría esperar se sienten un poco como pez en el agua. Voy a los Ídolo porque me invitan, porque hay gente ahí que me parece bonita y generosa y también todo eso me enseña que no todo lo que tiene un aspecto, lo tiene luego al cien por cien. Dentro de todos los lugares donde uno puede llegar a sentirse fuera de lugar, puede haber gente que te puede hacer sentir bien. He tenido la suerte o la desgracia de conocer a mucha gente que se dedica a ser influencer o a la creación de contenido y hay gente muy tonta y también hay gente muy bonita. No porque la fama vaya para un lado voy a dejarme llevar por esa idea y allí me encontraré con gente que aprecio.

P: Dices que Estopa cambiaron las reglas del juego demostrando que cualquier persona aparentemente normal podía llegar a ser una estrella. ¿Fue una excepción o realmente hay mucha gente normal ahora en la industria?

R: Estopa para mí fue uno de esos primeros casos en los que, de pronto, hay dos chavales que están en un bar al lado de mi casa y de pronto son estrellas de la música. Fue la primera que lo vi así tan claro. A partir de ahí fue algo más corriente. Como todo este fenómeno de Operación Triunfo, que de pronto un chaval que era albañil, hace la gira enorme. Eso creo que se empezó a vivir un poco a raíz de los años 2000.

P: En esta brutal honestidad que encontramos en el libro no te dejas ni tus quejas a cómo te sientes ninguneado por las discográficas. ¿Cerrándote puertas?

R: No… bueno, supongo que sí. Nunca favorece hablar mal de las discográficas. Tampoco he pretendido hablar mal porque yo he hecho cosas con mi discográfica que estaban muy bien, pero sí he sentido que para ellos es un negocio. Si encajas, todo es maravilloso, pero si no estás dispuesto a andar en la misma dirección que les gustaría se complica todo y puede ser muy frustrante porque, al final, tú como artista, tienes un lanzamiento cada cierto tiempo, y sin embargo ellos tienen lanzamiento de discos constantemente, entonces, si uno se desatiende, para ellos no pasa gran cosa, pero para ti sí que realmente es una cuestión muy angustiosa. El último tramo que yo he pasado en las discográficas ha sido bastante negativo, me he sentido muy solo y eso me ha afectado mucho en lo creativo. Y si quiero hablar de esto no es porque quiera enseñar a las discográficas, la verdad es que no tengo ninguna manía a ninguna discográfica y, de hecho, no tengo manía ni siquiera a la mía, tengo muy buenos recuerdos. Pero sí es verdad que cuando tu carrera va de la mano de ellos y no están actuando como te gustaría es muy frustrante y puedes llegar a sentirte muy inválido. Tenía que estar reflejado porque eso, prácticamente, me llevó a no escribir canciones porque pensaba, para que las saquemos así, para que no las trabajen, para que no crean en ellas, tampoco tengo tanta motivación en hacerlo. Tenía que estar en el libro. Que me cierre puertas o no, la sensación que tengo ahora mismo, que estoy buscando discográfica no es que me la cierre. Al final, son empresas.

P: Tampoco te gustan mucho los campus de composición que cada vez tienen más adeptos, ¿no?

R: No es que no me gusten, pero se diluye un poco todo ese tema de la identidad artística que yo defiendo. Entiendo que son chulos y que son divertidos para determinados objetivos, pero en un libro que habla de arte y creatividad, no profundizo en ellos como algo que me interesa demasiado.

P: La música es una herramienta de conexión emocional. ¿Qué te ha emocionado a ti últimamente? ¿Cómo ha sido tu Wrapped de este año?

R: El Wrapped es muy criticado también por toda esta asociación de Spoty y el trato de los músicos y de lo que se habla de en qué invierten parte de sus beneficios. A pesar de todo eso, el Wrapped es un momento bonito para el artista porque parece que el público encuentra ese instante para compartir y ser agradecido, casi todos a la vez, y te das cuenta de que eres el artista top para miles de personas, cuando tú igual estás ahí pensando en si el mundo necesita más canciones tuyas porque quizás no estás tan enganchado a esto de mirar los números ni la respuesta de las cosas. En cuanto te llegan todos esos imputs ves que hay un montón de gente que entre sus primeros cinco discos están los míos. ¿Qué locura es esta? Al final, fuera de políticas y de darle publicidad a una plataforma de manera gratuita es un chute importante de confianza. Le da un poco de sentido, no a crear que está al margen de todo eso, pero sí a lo que hay después de crear, a todo ese proceso de publicar, exponerse, a eso le da sentido. Recibir ese abrazo ayuda a que eso pase mejor.

P: Eso como artista, pero como oyente, ¿cuál es tu edad musical y cuál ha sido tu nº1?

R: La edad ha sido de 21 años, todo ha sido un poco folk americano, un poquito western

Escucha la radio en directo

Cadena SER
Directo

Tu contenido empezará después de la publicidad

  • Hoy en LOS40

  • Podcasts

  • Programación

  • Playlists

  • Emisoras

  • Lista oficial de LOS40

    Lista oficial de LOS40

    Lista semanal oficial de LOS40

  • Lista de LOS40 hace 10 años

    Lista de LOS40 hace 10 años

    Rebobinamos hasta los éxitos del año 2015

  • Novedades semanales

    Novedades semanales

    La selección de LOS40 de las novedades viernes

  • Lo que más suena

    Lo que más suena

    Escucha lo más radiado en LOS40 Classic

  • Lo que más suena EN ESPAÑOL

    Lo que más suena EN ESPAÑOL

    Conoce lo más radiado en música española

  • Lista de LOS40 hace 25 años

    Lista de LOS40 hace 25 años

    Rebobinamos para ver los éxitos del año 2000

  • Lo que más suena

    Lo que más suena

    Lo más radiado en LOS40 Urban

  • Lo último en URBAN

    Lo último en Urban

    Conoce lo último en música urbana

  • Latin Queens

    Latin Queens

    Reunimos el talento de las mujeres latinas

  • Lo que más suena

    Lo que más suena

    Lo más radiado en LOS40 Dance

  • ADN Dance

    ADN Dance

    El sonido y la esencia de LOS40 Dance

  • Lo último en DANCE

    Lo último en DANCE

    Descubre las últimas novedades

  • Lista oficial de LOS40

    Lista oficial de LOS40

    Lista oficial de LOS40 actualizada cada sábado

  • Èxits actuals del pop català

    Èxits actuals del pop català

    El millor de la música en català actual

  • STAY HOMAS recomienda

    STAY HOMAS recomienda

    Las favoritas del grupo revelación del confinamiento

Compartir

Tu contenido empezará después de la publicidad

Tu audio se ha acabado.
Te redirigiremos al directo.

5 "