El representante de Italia en Eurovisión, Marco Mengoni, apoya la retirada de España por la participación de Israel

La polémica que rodea a Eurovisión 2026 continúa escalando y atrayendo la atención internacional. La determinación de España de no acudir al concurso debido a la presencia de Israel ha desencadenado una reacción en cadena en el panorama europeo. La posición española, anunciada hace unos días, ha sido asumida como referencia por varios países que, tras el revuelo generado, han optado por tomar el mismo camino.

El último en seguir esta senda ha sido Islandia, que este miércoles comunicó oficialmente que se mantendrá al margen del festival del próximo año. La decisión supone un hecho significativo para la nación nórdica, que llevaba más de dos décadas enlazando participaciones sin interrupciones. La cadena pública RÚV explicó en un comunicado que el intenso debate ciudadano surgido tras la ratificación de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), que mantiene a Israel en la competición, ha dejado claro que el país no afrontaría el evento con el espíritu festivo y unitario que debería caracterizarlo.

Según la televisión islandesa, el clima generado en el país hacía inviable mantener la candidatura. La institución afirmó que, ante la falta de consenso y la creciente incomodidad social, la única salida coherente era la retirada temporal. Con este anuncio, Islandia se suma a los Países Bajos, Irlanda y Eslovenia, que ya habían expresado su rechazo a participar mientras Israel continúe formando parte del certamen.

En medio de esta situación, figuras del ámbito musical también han comenzado a posicionarse. Uno de los pronunciamientos más destacados ha sido el de Marco Mengoni, uno de los artistas italianos con mayor proyección en Europa y que ha representado a Italia en dos ocasiones en Eurovisión. El cantante ha mostrado públicamente su apoyo a España en una entrevista para el medio Je Ne Sais Pop, alineándose con la postura adoptada por RTVE como respuesta a la ofensiva israelí en Gaza.

Mengoni ha afirmado que comparte plenamente la decisión española y que, más allá del marco eurovisivo, se trata de una cuestión de humanidad. Ha asegurado que entiende la renuncia como un gesto contundente necesario en un contexto que él mismo calificó de "absurdo". El músico ha defendido que tanto el festival como la propia música contienen de manera inevitable un componente político y social, por lo que considera lógico que los artistas se expresen ante situaciones de esta magnitud.

"Escribo y canto sobre emociones humanas; no puedo permanecer callado", sostiene. Sus palabras han añadido peso al debate que recorre Europa: la disyuntiva entre mantener a Eurovisión como un espacio ajeno a los conflictos internacionales o reconocer que el festival, por su impacto cultural, no puede ignorar lo que sucede fuera del escenario.

La controversia continúa creciendo mientras el futuro de la edición de 2026 se torna cada vez más incierto.