Abraham Mateo revela el elevado coste económico que supone trabajar con Jennifer López
El cantante cedió por el bien de su carrera profesional

Abraham Mateo en la gala GQ Men Of The Year Awards 2024 en Madrid. / Aldara Zarraoa
La visita de Abraham Mateo a El Hormiguero ha dejado mucho más que una entrevista promocional. El artista andaluz, que atraviesa uno de los momentos más sólidos de su trayectoria tras su participación como jurado en Operación Triunfo 2025, ha aprovechado su paso por el espacio de Antena 3 para compartir algunos de los episodios más desconocidos de su camino profesional, especialmente aquellos vividos fuera de España. Entre ellos, ha destacado su experiencia trabajando junto a Jennifer López, una colaboración que, aunque decisiva para su proyección internacional, no estuvo exenta de sobresaltos.
Mateo ha explicado que su desembarco en el mercado latino supuso un reto tanto artístico como personal. En aquellos años, todavía muy joven, comenzó a relacionarse con grandes figuras de la industria musical, algunas de las cuales le brindaron oportunidades impensables para un artista español en ese momento. Una de ellas fue la posibilidad de grabar el tema Se Acabó el Amor y su correspondiente videoclip con Jennifer López, un nombre que ya entonces representaba la élite del pop mundial.

Durante la conversación con Pablo Motos, el cantante ha recordado el impacto que le produjo conocer las condiciones que rodeaban la participación de la estrella estadounidense. Más allá del caché artístico, la producción incluía una serie de gastos asociados a su imagen y a su equipo que resultaban difíciles de asimilar para alguien que todavía estaba dando sus primeros pasos en el circuito internacional.
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Abraham Mateo no dudó en compartir con detalle el nivel de exigencia de Jennifer López: "1800 dólares las uñas, el maquillaje 5.000, el pelo 10.000", ha explicado. Además, añadió que la cantante solicitó un vehículo exclusivo únicamente para su manager y que, pese a permanecer en el rodaje solo unas seis o siete horas, llegó a recibir 980.000 dólares por llevar una camiseta de Versace ese día.
Sin embargo, el aspecto económico no fue el único desafío. Abraham Mateo también rememoró un episodio delicado relacionado con la grabación del tema, en el que participaba otro artista de renombre, Yandel. Según ha explicado, surgieron desacuerdos creativos que pusieron en riesgo la continuidad del proyecto. En un momento crítico, se le planteó la posibilidad de modificar su intervención en la canción para que el trabajo pudiera salir adelante.
Lejos de vivirlo como una derrota, el cantante optó por adaptarse a la situación. Decidió regresar al estudio y realizar los cambios necesarios, priorizando la oportunidad de formar parte de una colaboración de alcance internacional. Hoy, con una carrera consolidada y una larga lista de éxitos, Abraham Mateo recuerda aquella etapa sin resentimiento. Al contrario, considera que fue una experiencia clave que le ayudó a comprender cómo funciona el engranaje de los grandes proyectos.

Lola Rabal
Recién graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la URJC. Viví en Chicago, donde descubrí...












