España depende cada vez más del 'fracking' estadounidense
Las importaciones de gas ‘made in USA’ se disparan en 2025 y vuelven a poner sobre la mesa una incómoda contradicción climática.
EEUU ha apostado con decisión por el 'fracking'. / gguy44
Mientras España presume de transición ecológica, energías limpias y futuro sostenible, el país sigue llenando sus depósitos de gas fósil. Y cada vez más, además, con sello estadounidense. Un nuevo informe de la red Gas No Es Solución, de la que forman parte organizaciones como Ecologistas en Acción, alerta de un giro preocupante: Estados Unidos ya es uno de los grandes proveedores de gas del Estado español y todo apunta a que en 2025 se convertirá en el segundo, solo por detrás de Argelia y por delante incluso de Rusia.
Los datos hablan por sí solos. En 2024, el gas procedente de Estados Unidos ya representó casi el 17% del total importado, situándolo como tercer proveedor. Y la tendencia de este año va al alza: si nada cambia, 2025 cerrará como uno de los ejercicios con mayor compra de gas estadounidense de la historia, solo superado por el pico excepcional de 2022. Un frenazo en seco a la tímida reducción de consumo que se había observado en los últimos años.
Una técnica prohibida en España
El problema no es solo cuánto gas compramos, sino de dónde viene y cómo se obtiene. En Estados Unidos, alrededor del 80% del gas se extrae mediante fracking, una técnica que consiste en fracturar la roca del subsuelo inyectando agua, arena y productos químicos a gran presión para liberar el gas atrapado. Está prohibida en España por sus impactos ambientales y sociales: contaminación de acuíferos, emisiones de metano, riesgos para la salud y vulneración de derechos humanos. Aquí no se permite, pero lo importamos sin pestañear. Difícil de explicar sin hablar de doble moral energética.
CL - Caloncho
EL 'fracking' es una técnica controvertida. / traffic_analyzer
El informe señala además el contexto político que empuja esta dependencia. La estrategia fósil impulsada por el Gobierno de Trump bajo el lema "drill, baby, drill" ("perfora, nena, perfora") apuesta por extraer más y exportar más. Y la Unión Europea, presionada por la geopolítica y los aranceles, ha asumido compromisos para triplicar la compra de gas estadounidense. Resultado: España ya se sitúa entre los diez mayores importadores mundiales de gas fósil licuado procedente de EE UU.
Las zonas donde se practica están expuestas a altos niveles de contaminación, problemas respiratorios y tasas de cáncer disparadas
Detrás de esos barcos metaneros hay realidades poco visibles. Más del 94% del gas que llegó en 2024 procede de plantas situadas en la costa del Golfo de México, en estados como Texas y Luisiana. Zonas habitadas mayoritariamente por comunidades racializadas y con bajos ingresos, expuestas a altos niveles de contaminación, problemas respiratorios y tasas de cáncer disparadas. El informe no se anda con rodeos: lo llama, directamente, racismo ambiental.
Tampoco es casual quién mueve los hilos. El auge del gas estadounidense va de la mano del poder financiero y corporativo: la mitad de los grandes bancos que financian combustibles fósiles y varias de las mayores petroleras del planeta son de EE UU. En esa cadena también aparecen nombres muy conocidos en España, como Naturgy, Endesa o Repsol, además de entidades financieras como Santander, BBVA o La Caixa.
A todo esto se suman nuevos proyectos de expansión del gas fósil, muchos maquillados con promesas de captura y almacenamiento de carbono que, según el informe, funcionan más como lavado verde que como soluciones reales. Frente a ello, crece también la resistencia: organizaciones locales en Texas y Luisiana se movilizan para defender su salud y exigir justicia ambiental.
"Estados Unidos probablemente se convierta en nuestro segundo mayor proveedor de gas en 2025", resume Sofía Fernández, activista de Ecologistas en Acción. "La mayoría de ese gas se extrae mediante fracking, una técnica que aquí está prohibida. El Estado español debe acabar con esta hipocresía y apostar de verdad por abandonar el gas".