Leire Martínez, sincera sobre el mayor reto tras La Oreja de Van Gogh: “Acabas creyéndote que solo vales para cantar lo de los demás”
La composición era una asignatura pendiente para la que ha pedido ayuda
Foto promocional de Leire Martínez con motivo del estreno de su primer single en solitario: 'Mi nombre'
Jukebox, la escuela de música de Carlos Marco ha impartido una Masterclass con Leire Martínez justo después de finalizar Operación Triunfo donde ha sido jurado por primera vez. Ha hablado de su experiencia personal ante los alumnos de la escuela y algunos oyentes de LOS40 que concursaron para tener una plaza en esa sesión.
La cantante ha dejado claro que fueron las necesidades económicas las que la llevaron a cantar y que, pese a haber recibido cierta formación musical, le hubiera gustado tener algo más. Además, les ha transmitido a los que ahora están en ese camino de descubrir sus intereses musicales, que jueguen, que experimenten y que sean ellos mismos al margen de tendencias y etiquetas.

Le han preguntado cómo lleva el tema de la composición y se ha extendido en la respuesta porque era una asignatura pendiente para ella.
LOS40
LOS40
Te recomendamos
Sin espacio para componer en La Oreja de Van Gogh
“Yo venía de orquestas y grupos donde no haces tu propia música, cantas lo que ha escrito alguien. Con esto ocurre que se profesionaliza mucho y acabas perdiendo cierta identidad, no a la hora de cantarlo, porque vas dejando tu impronta, pero es como, ¿cuál es mi voz? A mí esto me ha pasado”, reflexionaba sobre su etapa de intérprete.
Fue dando pasos, pero, no cambió mucho la cosa: “Yo pasé de la orquesta donde cantaba canciones de La Oreja a cantarlas con ellos. Pero el funcionamiento no varió mucho, yo seguía canciones de otros. Para mí, La Oreja pensé que iba a suponer un reto a ese nivel, pensé, por fin, voy a tener la posibilidad de estar en un entorno donde se crean canciones propias, donde voy a estar ahí y voy a formar parte de ese proceso. Mi realidad a ese respecto, hasta que no he salido del grupo, no ha sido muy satisfactoria porque la realidad es que yo no tenía espacio para eso”.
Ella llegó al grupo cuando Amaia Montero decidió abandonar el proyecto. “Cuando llegas a un proyecto muy establecido, donde los roles están ya escritos, hay costumbres y es algo a lo que tenemos que hacernos porque esas costumbres no son malas, no hay que demonizarlas. Esto no va de malos y buenos sino de que se generan costumbres y cuando a ese sistema llega alguien nuevo, a veces el sistema no se adapta y no pasa nada, esto también es una realidad. Igual es uno el que se tiene que adaptar al sistema y yo lo hice, pero ese sistema te daba el espacio que te daba. Y yo me conformé con aquello”, admite.
En aquel momento, para ella, “la opción que se me estaba dando, la oportunidad que se me estaba dando era lo suficientemente nueva para mí y quise aprovecharla. Luego va cambiando y van pasando los años y dices, ¿yo qué necesito? Esta parte de composición en el grupo no la pude desarrollar”.
Ahí se encontró con el mayor reto cuando salió del grupo, “el mayor desafío al que me enfrento es ese. ¿Qué voy a hacer yo? Acabas creyéndote que igual solo vales para eso, que solo vales para cantar lo de los demás”.

Leire Martínez imparte una Masterclass en Jukebox. / @academiajukebox / Instagram

Leire Martínez imparte una Masterclass en Jukebox. / @academiajukebox / Instagram
Leire Martínez busca ayuda para componer
“Tenía muy claro que quería currar y que me quería probar, era una asignatura pendiente y ha sido mi mayor empeño. En este sentido pueden ocurrir dos cosas: O que te dejes ayudar o que no te dejes ayudar. Son lícitas ambas. Creo que no dejarse ayudar hace que el proceso se complique, se alargue y sufras mucho más. Yo tuve muy claro que me quería dejar ayudar. Tenía muy claro cuáles eran mis limitaciones y lo que no sabía. Traté de buscar ayuda para buscar esos huecos. La mayor herramienta de esto son las personas. Hay mucha gente que sabe mucho más que tú”, reconoce.
Ella tocaba el violín, pero asume que “no es la herramienta para componer. Para alguien que toca el piano o la guitarra, todo es más fácil. Yo me he juntado con gente que sabía tocar el piano y sabía tocar la guitarra. Ellos arrancaban esa parte que, a mí, a priori, me costaba. Ahí me tuve que enfrentar a jugar. Los adultos parece que olvidamos esto de jugar y nos vamos entumeciendo. Esa vulnerabilidad nos cuesta mostrarla”.
“Hay que romper con muchas cosas y volver a aprender a jugar. El miedo a las hojas en blanco es inevitable. Pero o te expones a jugar o esa pantalla no la desbloqueas”, reivindica.
Primer álbum en solitario de Leire Martínez
Escribir y escuchar muchas referencias. Ese es uno de los consejos que da a los que se enfrentan a la composición. Ella se centró en las letras y pidió ayuda en la parte más musical para las canciones que formarán parte de su primer álbum en solitario.
“Seguramente que lo primero que hagáis, sobre todo si es con ayuda, no será cien por cien vuestro. ¿Esto le quita mérito? Pues ya está. No pasa nada. A veces tratamos de ser muy puristas y está bien, pero esto también es un proceso. El primer disco no será el 100% Leire, igual el tercero sí, pero, ¿eso le resta importancia al primero? No, porque ha formado parte y hará posible que ese tercero sea como sea.

“Para mí, ha sido super enriquecedor porque considero que el en cada canción haya habido gente distinta colaborando conmigo y ayudándome en el proceso hace que cada canción tenga una esencia distinta. Todas tienen ese regusto a mí, pero son distintas y eso lo hace fresco y hace que haya matices”, asegura.
La experiencia vital es lo más importante para tener material para seguir componiendo, “hay que seguir estando conectado con la vida y es importante no aislarse en exceso”.
Habrá que esperar al próximo 20 de febrero para descubrir ese primer trabajo, Historias de aquella niña.














