Por qué se habla de Riley Keough, nieta de Elvis Presley, como posible madre genética del hijo de John Travolta

En los últimos días, una pregunta se ha repetido con fuerza en buscadores y redes sociales: por qué una demanda relaciona a Riley Keough con el nacimiento del hijo menor de John Travolta. La duda no surge de una declaración pública ni de una confirmación médica, sino de la aparición de una serie de documentos judiciales incluidos en un conflicto empresarial que ha terminado adquiriendo una dimensión mediática inesperada.

El punto de partida es una demanda presentada por Brigitte Kruse y Kevin Fialko, antiguos compañeros profesionales de Priscilla Presley. Aunque el procedimiento se centra en un supuesto incumplimiento de contrato, los demandantes incorporan en sus escritos afirmaciones que no guardan relación directa con el objeto del litigio: sostienen que Riley Keough habría donado óvulos a John Travolta y a su esposa, la actriz Kelly Preston, fallecida en 2020, para concebir a su hijo Benjamin, nacido en 2010.

Cuando se afirma que alguien es "madre genética", no se está hablando de maternidad legal ni de crianza, sino únicamente de la aportación de material genético. Según esta versión, Preston habría llevado el embarazo, mientras que Keough sería la donante biológica del óvulo. Los documentos mencionan supuestos acuerdos privados, compensaciones económicas y anotaciones manuscritas que los denunciantes presentan como prueba, aunque ninguna autoridad judicial ha validado todavía esas afirmaciones.

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La demanda añade otro elemento clave para entender el alcance del relato: la supuesta participación previa de Lisa Marie Presley, madre de Riley y única hija de Elvis. Según los demandantes, Lisa Marie ya habría proporcionado óvulos en el pasado debido a los problemas de fertilidad de Preston. Esta información habría sido transmitida por Michael Lockwood, exmarido de Lisa Marie, quien también aparece mencionado como alguien con interés económico en que estos datos salgan a la luz.

El contexto temporal resulta relevante. Tras la muerte del hijo mayor de Travolta, Jett, en 2009, el actor habría atravesado una etapa de gran vulnerabilidad personal. Los documentos judiciales aseguran que fue en ese momento cuando se habría retomado el contacto con la familia Presley y se habría cerrado el acuerdo que dio lugar al nacimiento de Benjamin un año después.

La reacción de Priscilla Presley, mujer de Elvis

Ante la difusión de estas acusaciones, Priscilla Presley ha reaccionado con dureza. A través de sus abogados, ha denunciado que se trata de afirmaciones ajenas al litigio principal, carentes de fundamento y diseñadas para causarle daño emocional y reputacional. También ha advertido de que estas maniobras serán abordadas en los tribunales, acusando a sus exsocios de cruzar límites éticos con fines estratégicos.

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Este episodio se enmarca en una guerra legal más amplia que enfrenta desde hace meses a Presley con antiguos miembros de su entorno profesional, a quienes ya ha acusado de fraude y abuso. Tanto ella como Riley Keough han negado previamente otras afirmaciones surgidas en estos procesos y han insistido en que su objetivo es preservar la intimidad familiar y el legado de Elvis Presley.

En definitiva, que una demanda diga algo no equivale a que esté probado. Significa, en este caso, que un conflicto empresarial ha incorporado un relato altamente sensible que ahora deberá ser evaluado por la justicia, mientras el interés público se alimenta de una mezcla de celebridad, herencias y presuntos secretos familiares.