David Bisbal pone banda sonora a la Navidad en un Palau Sant Jordi rendido a sus pies

El cantante también ha cantado sus éxitos de su carrera en un concierto sold out

David Bisbal actúa en el Palau Sant Jordi durante su gira Todo es posible en Navidad. / Gisela Jané

Hace un año que en España la Navidad ya no arranca con Mariah Carey y su All I Want For Christmas Is You. Si alguien ha logrado reescribir esas reglas no escritas de las fiestas, ese ha sido David Bisbal. Hoy, el pistoletazo de salida de las fiestas navideñas lo dan sus versiones del El Burrito Sabanero o Todo es posible en Navidad, convertidos ya en clásicos propios de estas fechas.

Esta idea ha quedado patente en la gira Todo es posible en Navidad, una gira de 10 ciudades, con la que David Bisbal actuó el 22 de diciembre en Madrid y este 23 de diciembre hizo la parada final en el Palau Sant Jordi de Barcelona.

El concierto arrancó a las 20 h en un recinto con todo vendido y un público entregado al espíritu navideño: gorros de Papá Noel, jerséis navideños y muchas ganas de celebrar el inicio oficial de la Navidad.

Bisbal salió al escenario con un arranque más pausado, sobre un suelo enmoquetado de rojo y acompañado de una gran orquesta de más de quince músicos. Tal y como había prometido, el concierto comenzó con canciones navideñas, y una de las primeras en sonar fue Todo es posible en Navidad.

A partir de ahí arrancó la primera parte del concierto, en la que el propio Bisbal ya había advertido desde el inicio que, aunque el formato era más clásico de lo habitual, no iba a renunciar a las canciones más míticas de su carrera. Y así fue.

Entre las canciones de su álbum de versiones navideñas se colaron también temas de su propio repertorio como Esclavo de sus besos o El ruido. Bisbal aprovechó para recalcar que, aunque este nuevo formato más clásico le entusiasma, sigue siendo el mismo “Davilillo” de siempre.

Al llegar el ecuador del concierto, el artista cambió el traje negro por uno blanco para interpretar Blanca Navidad. El público ya estaba completamente metido en ambiente, aunque el repertorio alternó canciones navideñas con hits del propio Bisbal, lo que hizo que el ritmo fuera muy alto y que el concierto no siguiera un hilo narrativo especialmente definido. Aun así, el almeriense encaró la recta final con sus temas más emblemáticos.

El Palau Sant Jordi se puso en pie y bailó al ritmo de Corazón latino, Lloraré las penas y Bulería. Canciones que son pura marca David Bisbal y que explican al artista que es hoy. La respuesta fue una ovación de más de tres minutos que emocionó visiblemente al cantante.

La emoción dio paso rápidamente al tono festivo con su versión de Los peces en el río, coreada a pleno pulmón por las más de 16.000 personas que llenaban el recinto. En mitad de la canción, Bisbal bromeó con que jamás habría imaginado, hace unos años, estar cantando ese tema ante un público tan multitudinario. El cierre llegó con El burrito sabanero, ya convertido en su gran himno navideño, y con Ave María, su canción por excelencia.

A Bisbal se le vio especialmente cómodo en este formato de concierto, algo que él mismo subrayó en varias ocasiones a lo largo de las casi dos horas de show, dejando claro que es un camino que quiere seguir explorando. Y es que no podía ser otro que David Bisbal quien lograra un sold out un 23 de diciembre con un espectáculo que prometía ser un concierto de villancicos y acabó siendo algo mucho más grande.