5 tips para una cena de Nochebuena respetuosa con el medio ambiente
Celebrar, comer bien y brindar con los tuyos no está reñido con cuidar el planeta: solo hace falta un poco de cabeza.

La cena de Nochebuena suele ser sinónimo de desperdicio. / Deagreez
Ya está aquí la Nochebuena. Una noche que es sinónimo de mesa llena, sobremesa larga y algún exceso inevitable. Pero ojo: también puede ser una oportunidad perfecta para celebrar de forma más consciente, sin renunciar al disfrute. Porque ser un poco más sostenible no va de sacrificios épicos, sino de decisiones sencillas. Aquí van cinco consejos sencillos para que tu cena navideña deje buen sabor de boca… y una huella ambiental más ligera.
1. Compra con cabeza (y con lista). El mayor enemigo de una cena sostenible es el desperdicio. Antes de lanzarte al súper como si no hubiera mañana, piensa cuántos sois y qué vais a comer de verdad. Comprar solo lo necesario evita tirar comida después y, de paso, ahorra dinero. Hay que decirlo: nadie necesita tres kilos de langostinos “por si acaso”.
2. Prioriza productos locales y de temporada. Cuanto más cerca se haya producido lo que comes, menor será su impacto ambiental. Verduras de invierno, frutas de temporada, vinos de la zona o panes artesanos del barrio: todo suma. Además, suele estar más rico y apoyarás a productores locales. Todo son ventajas.
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3. Menos carne, mejor. Un plato vegetal bien pensado puede ser tan festivo como uno tradicional, y cada pequeño cambio cuenta. A lo mejor no hace falta que intentes convencer a la familia entera de una cena vegana, pero sí que tengas en mente el impacto que la carne tiene en el medio ambiente.
4. Adiós a los desechables. Copas de plástico, servilletas de papel a mansalva o adornos de usar y tirar no pintan nada, y menos en una cena especial. Saca la vajilla de siempre, usa servilletas de tela y reutiliza decoraciones de otros años. Es más bonito, más elegante y mucho menos contaminante.
5. Aprovecha las sobras (sí, también el día 25). Si sobra comida, no es un fracaso: es una oportunidad. Guarda bien lo que quede y dale una segunda vida en forma de croquetas, cremas, ensaladas o tuppers para los próximos días. La cocina de aprovechamiento también es una forma de cariño… a los tuyos y al planeta.












