Los 5 grandes retos medioambientales que marcarán 2026
No son ciencia ficción ni alarmismo barato. Tampoco problemas nuevos, pues ya estaban ahí. El próximo año será clave para decidir cómo vivimos, qué comemos y qué planeta dejamos.

El mundo afronta grandes retos de cara a este 2026. / sarayut Thaneerat
Hablar de medio ambiente se ha convertido en un imperativo ético. Casi, una cuestión de supervivencia. No en vano, nos va la vida en ello… literalmente. Por eso, el 2026 que está a punto de empezar no va de futurismo ni de informes imposibles de pronunciar. Va de cosas muy concretas que ya están pasando y que, si no se abordan en serio, van a condicionar nuestro día a día de manera drástica.
Desde el agua que sale del grifo hasta lo que ponemos en el plato, estos son los cinco grandes retos medioambientales que marcarán el próximo año.
1. El cambio climático deja de ser abstracto
LOS40
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En 2026 ya no se hablará de “posibles impactos”, sino de realidades: más olas de calor, sequías más largas, incendios más extremos y lluvias que llegan cuando menos conviene. Todo ello ya lo hemos visto este 2025. El reto no es solo reducir emisiones, sino adaptarnos a un clima que ya ha cambiado y proteger a las personas más vulnerables. Estamos a tiempo de que poner nuestro grano de arena para frenarlo. Al menos, en la medida de lo posible.
2. El agua, un recurso cada vez más escaso
El estrés hídrico será uno de los grandes temas del año, especialmente en el sur de Europa. Agricultura, turismo, industria y consumo doméstico compiten por un recurso limitado. La pregunta ya no es si habrá problemas, sino cómo se reparte el agua y quién asume los recortes cuando falta. Como siempre, el gran debate será si todos los ciudadanos tienen derecho a ella o quienes más tienen pueden derrocharla a antojo.
3. La pérdida de biodiversidad acelera
En El Eco de LOS40 hablamos de ello a menudo: animales y plantas desaparecen a un ritmo que no da tregua. Y no es solo una cuestión de amor por la naturaleza, sino de nuestra propia supervivencia: sin ecosistemas sanos no hay alimentos, ni aire limpio, ni protección frente a desastres naturales. En 2026, frenar esta pérdida será tan urgente como reducir emisiones.
4. Cambiar lo que comemos (y cómo lo producimos)
El sistema alimentario actual consume demasiados recursos y genera un impacto ambiental gigantesco. El reto pasa por producir y consumir de otra manera: más productos locales y de temporada, menos desperdicio y dietas con mayor peso vegetal. No se trata de prohibir, sino de hacerse preguntas y repensar sobre las consecuencias de llenar nuestro carro de la compra.
5. Menos residuos, más responsabilidad
Plásticos, microplásticos, residuos electrónicos y contaminación química siguen acumulándose, generando un daño que a menudo acaba por ser irreversible en los ecosistemas. En 2026 quedará claro que reciclar no basta. El verdadero desafío es reducir desde el origen, exigir más a las empresas y a los gobiernos y cambiar hábitos de nuestro día a día que ya no encajan en un planeta finito.












