Ya puedes comprar una moto voladora… y su precio es aún más increíble que el invento
Una revolución aérea que llega antes de lo esperado

Moto voladora / Devrimb
La irrupción de la LEO Solo en el mercado ha convertido esta temporada en un momento clave para la movilidad personal. Este vehículo, desarrollado por LEO Flight, se presenta como una moto voladora monoplaza capaz de despegar verticalmente sin necesidad de licencia de piloto, gracias a que se ajusta a la normativa estadounidense Part 103. Su precio, sin embargo, se sitúa en una franja que sorprende incluso dentro del exclusivo mundo de los dispositivos aéreos recreativos: su versión más accesible ronda los 99.000 dólares, lo que equivale aproximadamente a 85.000 euros, un coste comparable a la entrada de un piso en muchas ciudades.
La compañía promete iniciar su producción a finales de 2025, aunque los desafíos tecnológicos aún hacen que este objetivo despierte dudas. El gran interrogante es la incorporación efectiva de una batería de estado sólido, un componente todavía en desarrollo comercial que condiciona la estabilidad, autonomía y viabilidad del modelo.
Aun así, LEO Flight ya ha abierto un sistema de reservas mediante un depósito reembolsable de unos 999 dólares —unos 850 euros—, lo que refleja su intención de posicionarse pronto en un mercado emergente, aún experimental pero cada vez más lleno de propuestas dispuestas a cambiar la movilidad personal.
LOS40
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Una moto voladora sin hélices visibles y con 48 microjets eléctricos
La LEO Solo no se parece a los vehículos aéreos recreativos que hemos visto hasta ahora. Su principal singularidad es la ausencia de hélices expuestas: en su lugar integra 48 microjets eléctricos encapsulados distribuidos en la estructura, un sistema que reduce riesgos durante el despegue y mejora la estabilidad en el aire. Este diseño compacto permite que pueda guardarse en un garaje convencional, igual que una motocicleta, lo que la convierte en un producto atractivo para quienes buscan experiencias aéreas sin complicaciones logísticas.
La autonomía de vuelo estimada se sitúa entre los 10 y 15 minutos, suficiente para desplazamientos cortos o vuelos recreativos. Su velocidad máxima ronda los 97 km/h y puede elevarse hasta unos 4,5 metros de altura, lo que confirma su orientación hacia un uso lúdico más que al transporte funcional. La estructura integra además un arco de seguridad que protege al piloto, reforzando su condición de aeronave ultraligera apta para usuarios sin experiencia aeronáutica.
El reto tecnológico de las baterías y un precio solo para unos pocos
El mayor desafío para que la LEO Solo llegue al público de forma estable es la batería de estado sólido, una tecnología que promete mayor autonomía, cargas más rápidas y menos peso, pero que todavía no ha alcanzado la producción masiva ni la madurez industrial. LEO Flight mantiene que este componente será clave para llevar la moto a su versión definitiva, pero los expertos señalan que este tipo de baterías sigue en fase experimental, lo que complica cumplir los plazos de fabricación previstos.
En cuanto al precio, los casi 100.000 dólares convierten a este vehículo en un capricho tecnológico al alcance de muy pocos. Aunque el mercado eVTOL avanza rápido, y modelos como Jetson ONE o Ryse Recon ya han demostrado interés global, la LEO Solo quiere diferenciarse con un diseño más seguro, sin hélices visibles, y su particular enfoque de moto aérea personal. La pregunta ahora es cuántos estarán dispuestos a pagar el equivalente a una vivienda por experimentar unos minutos de vuelo futurista.
Un futuro que se acelera, aunque no a la velocidad del mercado
Todo apunta a que la LEO Solo simboliza algo más que un nuevo producto: marca un punto de inflexión en el imaginario tecnológico colectivo. Durante años, la moto voladora fue una fantasía de ciencia ficción, pero hoy empieza a convertirse en una opción real, aunque limitada y costosa. Si la compañía consigue superar las barreras técnicas y abaratar los costes, podríamos estar ante el primer paso hacia una categoría de transporte que cambiará nuestra relación con el espacio aéreo personal.
Por ahora, la realidad es más modesta: vuelos cortos, precios elevados y una tecnología aún en pañales. Pero cada lanzamiento como este acerca un poco más ese futuro que, poco a poco, deja de parecer imposible.

Alba Benito
Periodista porque uso el teclado para algo más que jugar a videojuegos. Un día me colé en una fiesta...












