Marty Supreme: la chaqueta que promete curar la depresión masculina

Una prenda de merchandising se convierte en objeto de deseo global

Timothée Chalamet en plena promoción de 'Marty Supreme' en diciembre de 2025. / Neil Mockford

Que una película genere conversación antes de llegar a las salas no es ninguna novedad. Lo verdaderamente excepcional es que lo haga a través de una prenda de ropa que, en sentido estricto, ni siquiera forma parte del vestuario de la obra. Eso es exactamente lo que está ocurriendo con Marty Supreme, el próximo largometraje protagonizado por Timothée Chalamet, cuyo estreno en España está previsto para el 30 de enero de 2026. Mucho antes de que el público pueda juzgar la historia, el título ya se ha instalado en el imaginario colectivo gracias a un cortavientos que ha pasado de ser merchandising a símbolo cultural.

El detonante se produjo en Nueva York, cuando una tienda efímera abrió sus puertas durante unas horas en el barrio del SoHo. Desde primera hora, el propio Chalamet difundió la ubicación en redes sociales, lo que bastó para que cientos de personas se congregaran durante la tarde con un objetivo muy concreto: comprar la chaqueta asociada a Marty Supreme.

Dentro del local, el ambiente recordaba más a un lanzamiento tecnológico que a una venta de ropa. Empleados empaquetando a contrarreloj, estanterías que se vaciaban en minutos y clientes preguntando, con cierta ansiedad, por tallas y colores agotados. El modelo más buscado es el azul, aunque también se ofrecen versiones en negro, rojo y naranja.

Timothée Chalamet en diciembre de 2025. / NBC

¿Quién firma la prenda?

Detrás del diseño está Doni Nahmias, creador de la firma de lujo homónima con sede en Los Ángeles. La chaqueta nació de la colaboración entre el diseñador, Chalamet, su estilista Taylor McNeill y la productora A24. El resultado es un cortavientos de inspiración retro, con guiños a la ropa deportiva de los años noventa y un precio de salida de 250 dólares.

Timothée Chalamet en diciembre de 2025. / Neil Mockford

En cuestión de horas, toda la colección se agotó, y el fenómeno se trasladó de inmediato al mercado de reventa, donde algunas unidades alcanzaron cifras que multiplican por más de diez su valor original.

Este episodio confirma una tendencia que lleva años gestándose: el merchandising cinematográfico ya no es un recuerdo accesorio, sino una extensión de la experiencia cultural. A24 ha sido clave en esta transformación, apostando por productos que dialogan con la moda, el arte y el estatus social. En este contexto, vestir una prenda vinculada a una película se convierte en una declaración de afinidad estética y cultural, incluso sin haber visto aún el filme.

¿Por qué cura la depresión?

La idea de que una chaqueta pueda “arreglar” el malestar masculino funciona como ironía, pero también como diagnóstico cultural. En TikTok, X e Instagram, el cortavientos de Marty Supreme se presenta como una solución simbólica a la apatía, la falta de referentes y la crisis de estilo que muchos jóvenes asocian con la masculinidad actual. Vestirla equivale, en clave de humor, a recuperar propósito, confianza y aura.

Lejos de combatir esa narrativa, la campaña la ha abrazado. El resultado es una microtendencia que convierte una prenda concreta en emblema emocional, algo que va mucho más allá del simple merchandising.

Que una película sobre ping-pong —género y temática poco convencionales— logre este nivel de expectación habla tanto del poder de su protagonista como de una forma distinta de entender la promoción cultural. Marty Supreme ya ha conseguido algo que muchos estrenos envidiarían: instalarse en la conversación global. Y lo ha hecho, curiosamente, a través de una chaqueta.

Lola Rabal

Recién graduada en Periodismo y Comunicación...