Un concierto para fans entregados
La banda de Dolores O'Riordan cerró en Madrid la gira de presentación española de su grandes éxitos. La ciudad recibió con los brazos abiertos a unos clásicos con repertorio clásico
Al público congregado anoche en la madrileña Sala La Riviera poco o nada le importó el tiempo de espera (hora y media) que se marcaron The Cranberries antes de aparecer por su escenario. Con la salida del primer integrante de la formación a la palestra, el batería Fergal Patrick, cesaron los minutos de silbidos de una masa que tenía ganas de rock.
Los primeros acordes de Analyse terminaron por suavizar el ambiente y arrancar los primeros aplausos y coros de un público más que entregado desde el principio.
La verdad es que a O'Riordan le sobra fuerza sobre las tablas y su voz es un reclamo difícil de eludir. Te gustase ayer o no la música de los irlandeses no podías decir eso de que los más de veinte temas que tocaron no sonaban a nada. Todos y cada uno de los cortes tenían uma magia especial tocados en vivo.
LOS40
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Eso sí, en la velada cranberriana destacaron algunas de las canciones de los irlandeses: el rumor ensordeció por un momento la garganta de Dolores en Linger, uno de sus clásicos. Lo mismo pasó con When you are gone.
También sonó de lujo uno de los temas inéditos que servirán de golosina en su grandes éxitos Stars - The Best Of 1992-2002, New New York. No se puede decir lo mismo del sencillo que presentaba el recopilatorio, Stars, cuya pobreza en directo hacía recordar lo bien que sonaba en el CD.
Daba igual el movimiento, gesto o pirueta vocal que hiciera ayer la líder y cantante de la formación irlandesa. Bastaba uno de sus pasos arrítmicos (y únicos, por otra parte) para que los congregados en la sala se volvieran locos y gritaran con todo el aire de sus pulmones.
Para qué hablar ya de los momentos en los que Dolores lucía potencial de garganta y se demostraba que gran parte del éxito de la banda se debe a la personal voz de su cantante. Y es que O'Riordan no sólo canta bien, sino que, adémás, canta "diferente".
En definitiva, el show madrileño de The Cranberries no distaba mucho, por ejemplo, del que dieron en su último paso por la capital allá por mediados del pasado mes de marzo en el Palacio de Vistalegre en la última gira MoviStar Activa Sound. No obstante, los seguidores de la formación ya sabían a lo que iban cuando se acercaron a verles hasta La Riviera. Seguramente pocos buscaban sorprenderse o encontrar nuevos puntos de vista sobre sus idolatrados músicos, más bien se trataba de disfrutar escuchando a una de las bandas que ocupan más hueco en las estanterías donde guardamos nuestros discos más queridos. Al final, todo el desembolso mereció la pena. Los lujos se pagan caro.












