El paso maduro de Ashcroft
El que ha pensado en comprarse el nuevo disco de Richard Ashcroft en busca del rock psicodélico de su antigua banda, The Verve, o del sonido de su primera aventura en solitario, Alone with everybody (junio 2000), que se abstenga de hacer una compra inútil.
Ashcroft ha madurado. Ha pasado el tiempo desde que hiciera de rockero chuleta y mágicamente ido y de que se dejara llevar por sus orígenes intentando hacer "algo diferencialmente igual". El músico británico de Human conditions mantiene la esencia que le convirtió en un icono de los 90, pero su alma se ha tranquilizado. Eso se nota en las diez piezas con las que regresa.
Quizá tan sólo el tema elegido como sencillo presentación de su recién estrenado álbum, Check the meaning nos trae recuerdos de lo que fue. El resto de sus canciones son himnos que salen de unas raíces que el artista tenía casi escondidas para sus fans. Los cortes suenan a folk, traen sonidos negros y un rock que recuerda más al hecho en el delta del Mississippi, que al que se podría hacer en cualquier garaje londinense.
LOS40
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Eso sí, por encima de melodías, prevalecen los arreglos de cuerda y una instrumentación cuidada, la siempre personal e inconfundible voz del músico. Un tema en el que detenerse: Nature is the law, donde comparte gorgoritos con el Beach Boy, Brian Wilson. ¿Alguien sabía que ambos tenían timbres tan parecidos?












