Especial
Bon Jovi en Barcelona, música por la cara
Los estadounidenses dan la campanada con un concierto sorpresa
Cuando Jon Bon Jovi se bajó del coche que le condujo a las fuentes de Montjuïc lo primero que dijo fue ?Incredible?. El mánager señaló que nunca habían tocado en un sitio tan bonito. Al final, los piropos que recibió la montaña de Montjuïc se tradujeron en un concierto de hora y diez, cuando en un principio sólo tenían que haber tocado 30 ó 40 minutos como máximo.
Bon Jovi, la cara amable del rock n? roll de las dos últimas décadas, ofreció un regalo a la ciudad de Barcelona que las cerca de 15.000 personas que lo pudieron disfrutar tardarán en olvidar. La gente no se lo podía creer, ?Pero es Bon Jovi, ¿en serio?? preguntaba una chica que pasaba por allí. Y es que un concierto en medio de la ciudad, sin promoción y de entrada gratuita, realizado por una banda como Bon Jovi se antoja, como poco, ?incredible? que diría aquél.
El público presente sabía que el concierto empezaría a las 18:30, así que 10 segundos antes de que se cumpliera el horario previsto empezó a corear una cuenta atrás que no tenía nada que envidiar a la de Cabo Cañaveral. ?? 3, 2, 1, 0?? justo en ese momento apareció en el escenario Josep Bartomeus, DJ de Los 40 Principales Barcelona, la radio que presentaba al grupo en Barcelona. Puntuales a su cita, Bon Jovi se alineó en el escenario en perfecta formación de acústico: 5 taburetes, guitarras acústicas, un teclado, y pandereta y congas para que no se aburriera Tico Torres.
Las canciones fueron cayendo de una manera un tanto caótica. Entre tema y tema decidían cual sería la canción que interpretarían luego. Algunas de ellas pertenecían a su nuevo disco Bounce, canciones como Everyday o Misunderstood, pero la mayoría eran grandes éxitos de la banda: Livin? on a prayer, Bed of roses o la atípica canción que cerro su show, That?s all right mama de Elvis.
Bon Jovi disfrutó tanto del concierto que no tuvo más remedio que alargarlo 40 minutos más de lo previsto. Un buen regalo para sus fans, para la ciudad de Barcelona y para todos los que ayer, sin quererlo y de casualidad, paseaban por las fuentes de Montjuïc.